Lunes 11 de septiembre del año 2023. Festival Internacional de Cine de Toronto. Spike Lee, uno de los cineastas más importantes del mundo se prepara para moderar una charla que durará más o menos 30 minutos, entre cuatro socios de antaño que por un poco más de dos décadas no se habían sentado juntos en la misma habitación, y mucho menos habían compartido el micrófono para hablar de algún proyecto conjunto.
El nombre de la banda de estos otrora colaboradores, está escrito en oro por la relevancia e influencia de su obra. El nombre de esta banda es Talking Heads.
El pretexto que llevó al grupo a animarse para reunirse una nueva vez, es el relanzamiento de Stop Making Sense, su documental en vivo lanzado en 1984, ahora restaurado en 4K y remezclado por el guitarrista de la banda, Jerry Harrison.
- CHECALO -
Desde que se supo de dicha reunión, inmediatamente las redacciones musicales y culturales explotaron en mares de notas y artículos al respecto. ¿Pero, qué la hace tan relevante? ¿Por qué la reunión tan simple de una banda para una sesión de preguntas y respuestas desata tantas expectativas?
En 2002 fue inevitable una reunión del grupo, por su inducción al Rock and Roll Hall of Fame
Stop Making Sense es el mejor filme de un concierto de todos los tiempos. Lo dice el propio Spike Lee.
En 2002, año de la última reunión del grupo, esto era inevitable, por su inducción al Rock and Roll Hall of Fame. En aquella ocasión, los Talking Heads fueron presentados por Anthony Kiedis, cantante de los Red Hot Chilli Peppers, quien dijo: «Puedes recordar el momento exacto en que escuchaste a los Talking Heads por primera vez, así como puedes recordar dónde estuviste cuando le dispararon a Kennedy, cuando mataron a Lennon o cuando Neil Armstrong caminó por primera vez sobre la Luna. Yo recuerdo perfectamente cuando los escuché por primera vez en 1977 con «Psycho Killer», tenía 15 años«, dijo el músico.
Las palabras de Kiedis son el reflejo perfecto de las generaciones posteriores a Talking Heads y la influencia del cuarteto neoyorquino sobre ellas. Sobre el post punk, la música alternativa, las artes audiovisuales, el MTV; Radiohead decide tomar su nombre por uno de sus sencillos de True Stories; Blur ha mencionado su influencia en el disco Think Tank, de 2003.
Puedes recordar el momento exacto en que escuchaste a los Talking Heads por primera vez, así como puedes recordar dónde estuviste cuando le dispararon a Kennedy, cuando mataron a Lennon o cuando Neil Armstrong caminó por primera vez sobre la Luna
Anthony Kiedis, Red Hot Chilli Peppers
Los mismísimos Simpson hacen referencia al grupo en su episodio
Dude, Where’s my Ranch?; el video de «Once in a Lifetime» es parte de la muestra perpetúa audiovisual del Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York.
Y de Talking Heads se desprende también una de las bandas más importantes del new wave, Tom Tom Club, quienes se anticiparon con su colaboración con Brian Eno, a todas las maravillas sonoras que estaban por ocurrir en los ochenta. Bueno, hasta «Burning Down the House», su éxito comercial más grande, es parte del soundtrack de aquella extrañísima y exitosa cinta Revenge of the Nerds, también de 1984, año del lanzamiento fílmico de Stop Making Sense.
Además debemos mencionar que son la más vanguardista de las propuestas que salieron de aquellos años de finales de los 70 de la escena de Nueva York, donde compartieron espacio y tiempo con los Ramones, Blondie, Television, Patti Smith y otras bandas en el CBGB. Sin mencionar el impacto de otras culturas ajenas a la occidental, que Talking Heads tuvieron sobre la cultura popular del hemisferio con las fusiones que lograron entre lo electrónico, el hip-hop, el afrobeat y el makossa, además de la admiración de Byrne por el jazz latino y la salsa y la creación de su sello Luaka Bop.
Limando asperezas
La carrera de las cabezas parlantes es una suerte de 15 años y ocho discos en estudio. Según palabras de David Byrne, el líder de la banda, «simplemente nunca hubo una separación oficial del grupo».
«Por lo que a nosotros respecta la banda nunca se separó realmente. David sólo decidió irse.» Comentó Chris Frantz en 1992.
«A veces a la gente le gusta leer sobre conflictos que tuvimos, pero la verdadera historia es que no tuvimos muchos conflictos con el grupo. Musicalmente, no puedo pensar en un momento en el que los cuatro miembros de la banda no estuviéramos de acuerdo. Donde vinieron los problemas fue en el lado comercial de las cosas, porque había una persona en la banda (David Byrne) que parecía pensar que tenía más derecho que todos los demás», comentó el propio Chris Frantz hace un par de años, en exclusiva con El Sol de México por el lanzamiento de su libro Remain in Love.
Pero los problemas de Talking Heads parecen haber sido los tradicionales problemas que han terminado con muchas bandas a lo largo de la historia del rock, una especie de separación que tiene que ver con la bifurcación de los caminos de sus miembros, ya sea por cuestiones personales o creativas.
«Cuando era más joven, no era tan agradable estar conmigo. Cuando trabajaba en algunos proyectos de Talking Heads era más bien un pequeño tirano». Declaró para la revista People David Byrne. Sin embargo, a pesar de las causas de la separación del grupo, se han reunido en un momento donde los ex miembros de la banda parecen estar en condiciones óptimas para ilusionar a sus fans con algo más que el remaster de Stop Making Sense, y en un tiempo donde muchos actos de su generación están cursando por una especie de despedida, de recta final o de reacomodo: Devo acaba de anunciar el final de sus presentaciones en vivo; Depeche Mode está de gira mundial, con conciertos de estadio pero ya nada más con la presencia de la mitad original de la banda, Martin L. Gore y David Gahan, luego de la muerte de Andrew Fletcher.
La banda se ha reunido en un momento donde sus miembros parecen estar en condiciones óptimas para ilusionar a sus fans con algo más que el remaster de una película
Deja de tener sentido
En 1983 Talking Heads atravesaban por una etapa donde al fin, después de un lustro de trabajo duro y aceptación unánime de la prensa, gozaban de éxito comercial. «Burning Down the House» llegaba al Top 10 del Hot 100 de Billboard y su nuevo disco, Speaking in Tongues, consiguió la certificación Platino en Estados Unidos.
Superar su trabajo creativo de Remain in Light fue algo difícil y agotador, y precisamente cuando la banda había conseguido ya la atención del gran público, las tensiones en el grupo comenzaron debido a la megalomanía creativa de David Byrne, y la presión que él aplicaba sobre sus compañeros.
En su libro el ya citado Remain in Love, Frantz evoca que la dupla suya con su esposa, la bajista Tina Weymouth, sin hacer a un lado a Jerry Harrison, era la parte fundamental para que el trabajo de Byrne encontrara los resultados finales y excelentes que tuvieron durante todos sus años juntos.
De hecho menciona que en algunas canciones que eran colaboraciones grupales, David haya solicitado que sólo se acreditaran como composiciones suyas y no del grupo, prometiendo las correcciones debidas en el momento en que sus compañeros lo encararon.
Del éxito de Speaking in Tongues surge la gira de Talking Heads de 1983 – 1984, de donde se documentan un trío de presentaciones en el Teatro Pantages de Hollywood. La idea de hacer este «documental en vivo», fue del cineasta Jonathan Demme, director de súper películas como Philadelphia y The Silence of Lambs, quien al ver lo espectacularmente sencillo pero extremadamente conceptual de los shows, le sugirió a la banda captar este espectáculo, porque «era un show coral».
Damme, quien falleció en 2017 por cáncer pancreático, no estaba para nada equivocado en su interpretación sobre el show conceptual de los Talking Heads, en donde cada track, desde «Psycho Killer» hasta «Burning Down the House», cumple la regla minimalista del menos es más, y en su minimalismo surge una especie de un todo complejo que parece como las cúpulas de Richard Buckmister Fuller.
En el inicio tenemos a David Byrne solitario en el escenario junto a una grabadora de cassettes, interpretando una versión acústica de «Psycho Killer», para después, poco a poco ir introduciendo al resto de la banda y los músicos que lo acompañan.
Stop Making Sense, nombre extraído de una frase del éxito «Girlfriend is Better», es considerado uno de los testimonios en directo más importantes en la historia de la música contemporánea, donde podemos apreciar las inquietudes audiovisuales de los Talking Heads, mismas que ya habían plasmado de manera excepcional en «Once in a Lifetime» antes del arribo de MTV, en el video de «Burning Down the House» con sus proyecciones digitales a través de los primeros proyectores de computadora o también en los videos de «Road to Nowhere» y «Wild Wild Life», que consiguieron el reconocimiento de los VMA y la revista NME, colocándoles como uno de los reyes del video en los años ochenta.
Para el director de cine Spike Lee, Stop Making Sense es la mejor película de un concierto de todos los tiempos
De alguna forma, este trabajo es uno de los predecesores directos a los espectaculares shows conceptuales de Laurie Anderson, Peter Gabriel y el Zoo TV Tour de U2 en los siguientes años.
Con un costo de alrededor de un millón de dólares, el éxito de la cinta sextuplicó las ganancias de su producción y colocó como una iconografía de museo el traje oversize de David Byrne para este show, idea de un amigo suyo que le sugirió que todo es más grande en un escenario.
Durante la reciente charla en el Festival de Cine de Toronto, Chris Frantz dijo que estaba muy feliz de estar con sus compañeros, lo que provocó una ovación de pie por parte de los asistentes; el resto de la banda según sabemos, se sentó lejos uno del otro durante la proyección, excepto Chris y Tina, por supuesto.
A finales de este mes, Stop Making Sense estará disponible en IMAX y salas convencionales dependiendo la fecha y el territorio donde se ubiquen los fans, los cuales podrán descubrir y redescubrir este filme de culto.
«El hecho es que hay una nueva tecnología para traer de nuevo a los cines a una nueva audiencia la cinta», dijo en Toronto Jerry Harrison.
«Mientras estaba viendo la proyección pensé, esto es el por qué vamos a los cines, no es lo mismo que verlo desde mi computadora», añadió.
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Con toda su influencia, Stop Making Sense nos ha convocado ahora para recordarnos que en su reestreno sus creadores han negado una posible reunión definitiva, pero también es el pretexto perfecto para desmenuzar la importancia de la banda, su influencia y el por qué es tan importante una simple ronda de preguntas y respuestas… Si tu nombre es Talking Heads.
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