review con características y opinión personal

Hace tan solo unos meses, Realme lanzó en España uno de los móviles que puede hacer que los usuarios que buscan un Android de gama premium, duden de Xiaomi: el Realme GT 7 Pro; y ahora, la firma asiática vuelve a la carga con dos nuevos smartphones con un precio más reducido, pero con un objetivo muy similar: demostrar que hay vida más allá de Xiaomi. Hablamos de los Realme 14 Pro y 14 Pro+. 

En Hipertextual, hemos podido probar en profundidad ambos modelos, que llegan con algunas similitudes y diferencias muy importantes. Aquí vamos a centrarnos en el que, por especificaciones y precio, probablemente sea la mejor opción que puedes encontrar en el catálogo de la marca: el Realme 14 Pro. 

Este móvil, reiteramos, es muy parecido al modelo Pro+, sobre todo físicamente. Pero tienen grandes cambios en apartados como la pantalla, el procesador o la cámara. Son los siguientes.

• El Realme 14 Pro tiene una pantalla una menor resolución y el brillo también es diferente en los dos modelos.
• También tiene un procesador diferente: un chip MediaTek frente al Qualcomm Snapdragon de la versión Pro+.
• Su cámara principal, aunque es de la misma resolución, no es exactamente el mismo sensor. La cámara secundaria tampoco es la misma, ni la cámara para selfies.
• Hay, por supuesto, una diferencia importante en el precio: el Realme 14 Pro cuesta 100 euros menos.

Más allá de saber si el Realme 14 Pro es capaz de rendir en sus diferentes apartados, la duda que más me ha surgido durante estas semanas de prueba es si realmente merece la pena ahorrarse 80 euros y apostar por esta variante en vez de la versión Pro+. 

El Realme 14 Pro cambia de color con el frío

Lo que más llama la atención del Realme 14 Pro no son las diferencias respecto a la variante Pro+, sino su diseño, que es algo que no he visto nunca en un móvil. 

A priori, el aspecto del Realme 14 Pro no llama demasiado la atención: bordes curvados, marcos de aluminio delgados y de policarbonato que intentan imitar al aluminio y una trasera —también de plástico— coronada por un gran módulo fotográfico cuyo bisel también imita al aluminio y es de exactamente el mismo tono que los marcos.

¿Lo llamativo? En que el Realme 14 Pro cuenta con un acabado que es capaz de cambiar de color. Se trata de la versión en tono blanco, que tiene como una especie de diseños en un color algo más dorado. Pues bien, dentro de la trasera hay unos pigmentos termocroicos que, a una temperatura inferior a 16 grados, son capaces de cambiar el color blanco a uno más azulado. Y lo cierto es que los resultados son bastante sorprendentes. Al ponerlo en la nevera o simplemente al rociarlo con agua fría, podemos ver cómo los tonos y las líneas van pasando a un tono más frío. 

Es una característica diferencial y muy bienvenida, pero claramente, no supone un motivo de compra. De hecho, y en mi opinión, preferiría optar por un tono negro más elegante y atractivo, pues este no hace que el móvil luzca muy bonito o muy premium. 

Este curioso diseño, eso sí, se complementa con una pantalla que a priori puede ser escasa, pero que me ha dejado sorprendido para bien. Hablamos de un panel de 6,77 pulgadas con una resolución Full HD+, así como con una tasa de refresco de 120 Hz y un brillo de 800 nits con picos de hasta 4.500 nits. 

Es un panel con una muy buena interpretación de los colores, un ángulo de visión excelente y, en líneas generales, una muy buena nitidez. Esos 800 nits de brillo son suficientes en la mayoría de casos. Además, Realme cuenta con una opción que permite incrementar el brillo por encima del extra, algo que puede ser especialmente útil en entornos con mucha luz solar.

Por poner alguna pega, la ligera curvatura en la pantalla, si bien aporta una estética un tanto diferente y llamativa, tiende a crear sombreados. No es nada molesto, pero sí lastra ligeramente la experiencia. 

Rendimiento y autonomía

Para este Realme 14 Pro, la compañía ha apostado por un procesador MediaTek. Concretamente, el Dimensity 7300, SoC que hemos visto en una gran cantidad de modelos, como en los Redmi Note 14 Pro, y que, en este caso, llega acompañado con 8 o 12 GB de RAM, así como con 256 o 512 GB de almacenamiento interno. 

En líneas generales, el Realme 14 Pro ofrece un rendimiento más que suficiente para el día a día, con la posibilidad de ejecutar cualquier aplicación sin ningún problema: no hay cortes ni ningún lag importante, a excepción de algún que otro juego puntual con gráficos elevados. El Realme 14 Pro también hace una buena gestión del calentamiento, aunque sí que es verdad que tiende a sufrir durante usos prolongados de juegos. 

Respecto a la batería, el teléfono tiene los mismos 6.000 mAh que su hermano mayor, que son más que suficientes para aguantar durante una larga jornada. De hecho, y si no realizas un uso muy intensivo, más allá de navegación por redes sociales, algún que otro vídeo, etc., puedes llegar a los dos días de uso sin ningún problema. Mención especial a la carga rápida de 45W, aunque no se incluye el cargador en la caja.

Un apartado fotográfico con muchas ausencias y algo de IA

Pasamos a uno de los apartados donde más diferencias hay con el Realme 14 Pro+: el fotográfico. En este caso, Realme ha apostado por un total de dos sensores. Por un lado, un Sony IMX882 de 50 megapixeles. Por otro, una cámara monocromática de 2 megapixeles.

Resulta extraño que, ni siquiera, Realme haya apostado por el característico sensor ultra gran angular de 8 megapixeles que tienen, incluso, móviles más económicos que este. De hecho, hubiese preferido un gran angular a este sensor monocromo que prácticamente no he utilizado durante mis semanas de uso.