En la Feria Internacional del Deporte se exhibe el desastre del deporte cubano

La Habana/Un joven con zapatillas remendadas, haciendo una pirueta para caer entre colchonetas viejas y sacos de yute: en esa y muchas otras imágenes se resume el divorcio entre la Feria Internacional del Deporte en Cuba y la realidad. El evento concluyó esta semana en el Coliseo de Ciudad Deportiva, en La Habana, dejando un mal sabor de boca a los entrenadores y atletas que llevan meses reclamando insumos para un entrenamiento digno. 

Para muchos de los presentes –en su mayoría vinculados con el mundo del deporte–, la Feria fue “un circo” diseñado para pregonar vínculos del sector con las pymes o con empresas extranjeras dedicadas a la venta de artículos deportivos. Rogelio, un ex entrenador entrevistado in situ por 14ymedio, lo ilustra con un ejemplo. 

“En mi provincia, cuando una pyme se interesó en confeccionar la vestimenta de los atletas de la Eide (Escuela de Iniciación Deportiva), la respuesta fue negativa. Entonces, ¿de qué Feria me están hablando?”, cuestiona. 

El jueves, último día del evento, la Feria abrió a todo tipo de público, no solo deportistas. Se llevaron a cabo actividades recreativas, con música, venta de comida, feria agropecuaria, mesas de dominó y hasta un animador propagandista. El éxito fue escaso y la gente, desganada, trataba de mantener el ritmo que exigía el animador bajo el sol del mediodía. 

Alrededor de las pistas de Ciudad Deportiva corrían también niños descalzos. 

Al pie de la cobertura de Jit, el medio oficialista especializado que reportó el evento, un usuario lanzó la pregunta: “¿Qué es lo que se exhibe en esa Feria? ¿El desastre del deporte cubano?”. El lector subrayaba la incoherencia de celebrar con bombo y platillo un sector donde cada nivel, desde el estudiantil hasta el profesional, sufre un “franco deterioro”.  

Encajonadas en varios pabellones dentro del Coliseo, unas 92 entidades –15 extranjeras y el resto nacionales– participaron en la Feria. De las cubanas, 26 eran empresas privadas con un stand dedicado a exhibir sus productos. El mayor interés no lo concretaba la venta de insumos deportivos, sino una pyme que vendía miel. 

Otra atracción fue la presencia de glorias del deporte en la Isla, como Javier Sotomayor –involucrado recientemente en un escándalo financiero con el fisco cubano del que ha intentado desvincularse– que posaba para las cámaras de sus admiradores. 

La Comercializadora e Importadora del Inder (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación) mostraba balones, raquetas, mallas y bates de los que sus deportistas carecen. La estatal Acopio, frutas y vegetales que hace años no llegan a los comedores de las Eide provinciales. En otras casetas se vendían camisetas y monos deportivos entre los 3.000 y 5.000 pesos cubanos. 

Junto al recinto ferial de Ciudad Deportiva, quienes abandonan se quedaron con otra imagen irónica: la del Circo Nacional de Cuba, un símbolo más de lo que alguna vez la propaganda presentó como un “logro” de la Revolución.