El reencuentro de Guillermo Hermoso y ‘Venadito’: Un toro que ganó la vida

El destino tenía preparado un desenlace distinto para “Venadito”. Apenas un día después de aquella faena memorable en la Plaza de Toros Nuevo Progreso, el rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza y el bravo toro de la ganadería de Peñalba se miraron nuevamente, esta vez con la serenidad de quienes han librado juntos una batalla inolvidable.

En los corrales, donde aún resuenan los ecos de la ovación del domingo, el matador y el astado de 500 kilogramos se encontraron en un ambiente muy distinto al del ruedo. Ya sin la tensión del combate, sin la embestida feroz ni la danza precisa del jinete y su cabalgadura, sólo quedó el respeto mutuo. “Venadito” cambió su destino: en lugar de ser parte de la lidia, ahora será semental en su ganadería, perpetuando su bravura en la sangre de futuras generaciones.

Guillermo Hermoso aún asimilaba lo vivido en la tarde anterior. “Feliz y todavía sin acabar de querer toda la emoción que vivimos ayer, en toda la tarde, y en especial en mi segundo toro, el quinto de la tarde, porque es un toro especial, un toro soñado, y me permitió realizar esa faena soñada y en la cual el toro se ganó el derecho de vivir”, expresó el rejoneador.

El navarro revivió esos instantes de entrega total: “Fue todo tan rápido, tanta locura, que hay momentos en los cuales me voy viendo vídeos y voy recordando cosas… porque creo que fue un toro bravísimo, con una calidad enorme”.

En la calma de los corrales, sin el fragor de la arena de la Plaza Nuevo Progreso, quedó claro que “Venadito” no solo ganó la vida, sino también un sitio en la historia y en la memoria de los aficionados tapatíos que fueron testigos de la presentación del hijo de la leyenda, que está por forjar su propia carrera a punta de valentía y gallardía.

SV