El deseo compartido de un mundo mejor ya es posible y está en marcha
: Valentina Leduc
▲ Fotograma de la cinta Los sueños que compartimos.
- CHECALO -
▲ Sobre estas líneas, Valentina Leduc y el fotógrafo Juan Carlos Rulfo.
Ana Mónica Rodríguez
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de marzo de 2025, p. 7
Una mirada esperanzadora
que reimagina al mundo desde la resistencia comunitaria es la que recreó la realizadora Valentina Leduc Navarro en su ópera prima Los sueños que compartimos, donde plantea narrativas inspiradoras en torno a tres colectivos, en diversas latitudes, en defensa de sus tierras.
La cinta, que es un acto de imaginación rebelde y vislumbra un mejor futuro, será estrenada el 5 de abril en el festival Ambulante; además, tendrá proyecciones en universidades públicas y privadas con la intención de ampliar las audiencias, a la par que se visibilizan problemáticas a través de una obra luminosa, donde personas dijeron: basta a la voracidad capitalista, que se organizaron e hicieron frente a diversas problemáticas y han logrado avances en su territorio
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El debut de Leduc como directora sucede de manera natural, al ser una reconocida editora, con una trayectoria que incluye cuatro premios y cinco nominaciones de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. En el documental contó con la fotografía de Juan Carlos Rulfo, música original de Leonardo Heiblum y Natalia Pérez Turner; además, fue producido por figuras claves del cine mexicano como Bertha Navarro, Alejandro Springall, Carolina Coppel, Eduardo Díaz Casanova y Mariana Castro.
Valentina Leduc Navarro contó en entrevista: “la película surge a partir del viaje que hicieron las delegaciones zapatistas a Europa en la gira Por la vida, la cual fue para encontrarse con colectivos y resistencias que estuvieran defendiendo sus territorios, la tierra y el planeta”.
Desde antes, recordó, tenía la necesidad de encontrar historias, donde se pudiera trabajar el tema de la esperanza, no en términos de pensamiento positivo, sino como lo que significa, que es la posibilidad de imaginar algo nuevo, algo que todavía no nace o que podemos construir, porque si no hay esperanza no avanzamos, ni caminamos y tampoco tenemos dirección
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Geografía de resistencias
Los sueños que compartimos, filmada en más de 10 locaciones en México y Europa, traza una geografía de resistencias que une territorios, lenguas y luchas: desde los Caracoles Zapatistas en Chiapas hasta comunidades en Alemania, Galicia, pasando por la defensa del agua y el territorio en Puebla, donde se han enfrentado a megaproyectos extractivistas en defensa de la vida, la autonomía y la dignidad
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Con esas tres historias, busqué –dijo– salir de la narrativa apocalíptica que predomina en los medios de comunicación y paraliza cualquier acción de cambio. En la cinta, acompañamos a esas comunidades que lograron avances en sus objetivos de proteger la vida en sus territorios, con crisis tremendas, pero a través de las cuales se plantea que todo puede cambiar desde la inspiración colectiva
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De 102 minutos de duración, la cinta transporta a un utópico 2050, es una mirada en retrospectiva de los momentos clave que hicieron posible un mundo mejor, un verdadero cambio mundial: el fortalecimiento de redes comunitarias, la articulación de resistencias alrededor del planeta y el cuidado colectivo de la vida, todo posible gracias al viaje transatlántico emprendido por las comunidades mayas zapatistas que visitaron infinidad de territorios, muchos más allá de lo que registra esta película; era imposible estar en todos, pero sí profundizamos en tres resistencias
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Ese momento histórico, “me pareció adecuado documentarlo y fue lindo porque fue un encuentro de pueblos con pueblos, y seguimos, de alguna manera, su viaje; tanto el equipo de Diego Osorno como el mío estuvimos en la salida de los Caracoles zapatistas, pero él se subió al barco e hizo la cinta La montaña (la aventura del zapatismo en altamar) y, nosotros que los vimos salir, los recibimos después en Europa y seguimos esa ruta en algunos territorios, porque fueron a muchos y no era posible abarcar todos”.
Un nuevo horizonte
Lo que sí, es que nosotros profundizamos en tres historias de resistencia; una en Alemania en defensa de sus bosques contra una mina de carbón a cielo abierto; una más en Puebla, en defensa del agua y en Galicia, varias familias empezaron a enfrentar un grave problema de monocultivo de eucalipto que, no sólo está deteriorando de manera irreversible la fertilidad de la tierra, sino también provoca incendios peligrosos para las aldeas y comunidades
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Entonces, en Los sueños que compartimos, el viaje zapatista teje de alguna manera las tres historias y la narrativa de la película; se reconstruye una línea de acontecimientos reales que comienzan a partir de ese momento y abren la posibilidad de un nuevo horizonte, de soñar despiertos, de imaginar que podemos construir otro futuro, que es posible, gracias la organización colectiva y comunitaria
, puntualizó la realizadora sobre su documental que está hecho con acciones, sobre lo cual tenemos mucho material
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En el rodaje, que llevó casi tres años, de manera intermitente, Leduc se acompañó por Juan Carlos Rulfo como fotógrafo. Seguimos los procesos de los tres colectivos, tanto en México como en Europa y tuvimos una maravillosa comunicación íntima con cada una de las resistencias; al grado que ellos mismos nos adelantaban qué iba a pasar y así podíamos estar en el momento adecuado. En tiendas de campaña, nos quedamos a dormir y a vivir en Alemania y Puebla, una en un bosque y, otra donde están las instalaciones de la empresa Bonafont
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Valentina Leduc Navarro, quien logró el desafío de ganar la confianza de esos colectivos, propone en su cinta una narrativa distinta sobre el presente y su potencial transformación; además, su película, lejos de la parálisis del desastre, apuesta por la imaginación política, la organización colectiva y el deseo compartido de que un mundo mejor es posible y ya está en marcha
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Por su parte, Raúl Romero, de la Red Universitaria Anticapitalista y colaborador de La Jornada, adelantó que la cinta será proyectada el 9 de abril en las Islas de Ciudad Universitaria; un día después en la Autónoma de la Ciudad de México, plantel Del Valle, y mantienen acuerdos con las universidades Iberoamericana y la Autónoma Metropolitana, sede Cuajimalpa, para llevarla a sus recintos.
Se nos atraviesa Semana Santa, pero después continuaremos buscando espacios; es una película narrada en clave de esperanza, que retrata muy bien el tamaño de la devastación ambiental en el mundo, la cual no sólo conecta el nombre de empresas y corporaciones que saquean, sino que visibiliza, el otro lado el de las resistencias.
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