desaparición, duelo y relaciones familiares

Ana Mónica Rodríguez

Periódico La Jornada
Domingo 9 de marzo de 2025, p. 6

Arcelia Ramírez, ganadora del Ariel a Mejor Actriz en 2023, quien ha interpretado a complejos y potentes personajes femeninos, aseguró que en el 8 de marzo se visibilizan la lucha de las mujeres por conquistar sus derechos, así como los enormes progresos de sus batallas y se devela todo lo que falta por recorrer en ese arduo camino.

Todavía existen muchas exigencias por cumplir y hay que sumar energías para que esta evolución continúe, expresó la actriz, quien también encarna la fortaleza de una madre de familia, en la obra Todos eran mis hijos, la cual tendrá nueva temporada en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, a partir del 13 de marzo.

El impactante montaje, de un clásico de Arthur Miller, dirigido por Diego del Río, ganador del Ariel por su cinta Todo el silencio, explora temáticas como la desaparición, el duelo, las relaciones familiares y la responsabilidad social e individual en un contexto familiar.

Universal y vigente

Es una obra muy importante en el realismo estadunidense que como todos los clásicos se vuelve universal y vigente; es fundamental revisitarla para poner sobre la mesa el contenido humano; se abordan las relaciones entre los padres e hijos, así como la responsabilidad que tenemos frente a los demás y de la sociedad hacia nosotros.

La historia se contextualiza dos años después del fin de la devastadora Segunda Guerra Mundial y lo que sucede en el seno de una familia que tiene a un hijo desaparecido. Esta situación marca el tono en el que se desarrollan los conflictos, pero en ese núcleo familiar tienen un tremendo secreto, el cual tiene que ver con el juicio que se le hace al socio de Joe Keller, acusado de vender material defectuoso al ejército, lo que causó la muerte de 21 pilotos.

Puntualizó: a partir de esta circunstancia se desarrolla el entramado que nos permite explorar las temáticas dichas anteriormente, pero tejiendo una trama que en su momento más álgido se torna insostenible.

En el montaje, también se plantean las batallas íntimas y se plantea cómo un joven tiene que luchar por conquistar su lugar en el mundo y construir la vida que desea, mientras mi personaje de Kate Keller está en una batalla contra los prejuicios, la circunstancia familiar y las relaciones complejas entre padres e hijos.

Ramírez, dijo sobre la fuerza interpretativa que se requiere en la obra: es muy difícil; como en los buenos textos, hay personajes que son como cebollas, con una capa tras otra y de enorme complejidad; hay situaciones límite y de mucha tensión. Es una dramaturgia maravillosa y la manera de abordarla de Diego del Río es muy interesante. Incluso esta temporada, porque la estrenamos hace más de un año, ha habido un cambio de tono y se torna más potente. Es un nuevo desafío.

Con mínimos recursos escénicos para destacar la teatralidad y la fuerza actoral, se recurre a una iluminación, que devela ambientes sencillos, la cual contrasta con la emocionalidad de cada acto, mientras que el vestuario, neutral y verosímil, refuerza la conexión con la época sin disfrazarla. Esta apuesta escénica permite que la potencia de la narrativa de Miller resuene con toda su fuerza.

La actriz, con más de 40 años de trayectoria, agregó: la economía de elementos escenográficos apela al trabajo actoral y a la relación entre lo que ocurre entre el espectador y el actor; los mínimos que hay en el escenario ayudan a contar la historia, pero la apuesta está en el trabajo del elenco y en lo que nos pasa por la cabeza, las entrañas y el corazón a través de los personajes.

Arcelia Ramírez ha trabajado en cine, teatro y televisión y a lo largo de su carrera, que comenzó en 1985 con la película El centro del laberinto, ha sido nominada a importantes galardones. En ocho ocasiones al Premio Ariel, el cual ganó en 2001 y 2023; este último precisamente por la película La civil, por la que fue ovacionada en el Festival de Cannes. En esta cinta, Ramírez hizo un homenaje a las madres víctimas de la violencia y visibilizó las desapariciones en México, en el personaje de doña Cielo, quien busca a su hija secuestrada por el crimen organizado.

Y, entre sus múltiples interpretaciones, también encarnó a Inés Durán, una mujer víctima de violencia intrafamiliar, abnegada, sumisa y maltratada por su esposo en la telenovela Vencer el miedo, entre un sin fin de roles, en que ha dado vida a mujeres de diversos ámbitos, estratos y oficios.

Junto a Arcelia Ramírez se suman al reparto en Todos eran mis hijos, José del Río, Ana Guzmán, Gonzalo de Esesarte, Fabiola Villalpando, Nicolás Pinto, Aída del Río, Evan Regueira, Abraham Jurado y Eugenio Rubio. Se presentará del 13 de marzo al 13 de abril, los jueves y viernes a las 20 horas, así como sábados y domingos a las 17 horas en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, ubicado en avenida Revolución 150.