De qué va ‘Vinagre de manzana’, la durísima serie de Netflix

Vinagre de manzana, la nueva miniserie de Netflix, cuenta la historia de la influencer australiana Belle Gibson, que se volvió famosa casi de la noche a la mañana. Todo por asegurar en sus redes sociales que había logrado recuperarse del cáncer cerebral que sufría, gracias a una dieta natural, amor y determinación. En las semanas siguientes, su experiencia se volvió viral a nivel mundial. Cosmopolitan la nombró la mujer del año en 2014 y Gibson publicó el superventas The Whole Pantry, en el que contaba a detalle sus vivencias. 

Pero en 2015, se descubrió la verdad. Belle Gibson no solo no había padecido de cáncer jamás, sino que, además, engañó a sus seguidores con dietas y consejos médicos sin base científica. Para entonces, su imperio online implosionó y debió afrontar una serie de demandas. Pero más allá del escándalo y la crisis de reputación, su viralidad se volvió parte de un debate mayor: la capacidad de las celebridades de redes sociales, para volverse gurús médicos o suplantar a profesionales de la salud con terapias pseudo milagrosas que suponen un riesgo grave para la salud. 

A lo largo de sus seis episodios, Vinagre de manzana no solo plantea lo anterior. También, investiga en la personalidad de Gibson, que fraguó un engaño que involucró horas de contenido con temática médica y hasta una serie de tratamientos en apariencia efectivos. Paso a paso, el escenario en que una celebridad mediática puede suplantar a la autoridad médica o científica, lleva el guion a lugares más complicados y a la manera de como el desprecio a la ciencia y los logros científicos, se convierte en una potencial amenaza de salud pública.

Una historia incómoda para un caso controvertido

Creada por Samantha Strauss y escrita por Anya Beyersdorf, Vinagre de manzana relata a detalle el auge y caída de Belle Gibson entre 2014 y 2016. Pero además, profundiza en un tema que se ha vuelto alarmantemente común en la última década. La capacidad de las redes sociales, para volverse un vehículo para la estafa médica a un nivel cada vez más complicado. En este mismo año, la miniserie Scamanda, relató lo acontecido con Amanda Riley, otra bloguera y madre que aseguraba haber sobrevivido al cáncer gracias a terapias alternativas. Una afirmación que le permitió hacerse famosa y recibir donaciones por $100,000 dólares, solo para después comprobarse que mentía.

Un detalle que la producción de Netflix no olvida y que sirve de contexto para su argumento. Belle (Kaitlyn Dever), es una mujer que desea ser famosa. Pero mucho más, que está obsesionada con la atención pública a un nivel como para resultar patológico. La serie explora entonces, en la manera en la que, paso a paso, su protagonista construye un imperio instantáneo a base de mentiras. Tantas y tan complicadas, como para que la trama deba dedicar casi un capítulo entero en sus implicaciones. 

Gibson no solo mentía en su diagnóstico de cáncer cerebral, que fue el que divulgó con mayor frecuencia en diferentes plataformas. Además, lo hizo con una multitud de cuadros médicos gravísimos que se volvieron cada vez más elaborados, disparatados y, al final, inverosímiles. Vinagre de manzana reconstruye a detalle el método de estafa de Gibson e indaga el motivo por el que nadie sospechó de sus terapias en apariencias milagrosas.

La mayoría, incluía curas en tiempo récord de cuadros cancerígenos, diabetes y lupus. Todo, en medio de contenido que la convirtió en una de las primeras influencers de la salud. Por lo que el argumento tiene especial cuidado, en mostrar, hasta qué extremo, la falta de crítica y de mecanismos para descubrir engaños de semejante magnitud, permite su existencia.

Un largo trayecto hacia el escándalo

A lo largo de cinco años, Belle Gibson afirmó sufrir de cardiopatías, diabetes y un cúmulo de numerosas enfermedades sin explicación. Todos cuadros médicos de los que mejoraba gracias a una dieta sin azúcar, gluten, carne roja y otras sustancias que consideraba tóxicas. Vinagre de manzana muestra cómo la influencer, creó una base de seguidores que creían ciegamente la dieta y el tratamiento que promocionaba. Más preocupante aún, que lo ponían en práctica, a partir de la certeza de que la medicina actual es invasiva y cuando no, peligrosa. 

Uno de los puntos más interesantes de la serie, es, de hecho, dejar claro que el furor por terapias de salud alternativas o pseudocientíficas, tiene su origen en un tipo de paranoia muy específica. El argumento explora, entonces, cómo Gibson manipuló empresas y a la opinión pública de Australia y hasta cierto punto mundial, haciéndose eco de teorías de la conspiración. 

De asegurar que la quimioterapia y la radioterapia empeoran cuadros de cáncer, a insistir en la posibilidad de que una alimentación más saludable es la única clave para mejorar cualquier dolencia. Todo, sin el más mínimo indicio o prueba que demuestre la afirmación. Vinagre de manzana muestra cómo su protagonista se aprovechó de ese falta de cuestionamiento público para volverse una celebridad. Un giro de los acontecimientos que muestra un panorama preocupante acerca de la confianza en la medicina. El elemento más preocupante que la serie deja a su paso.