▲ Las interpretaciones de María Victoria fueron censuradas por la organización religiosa La Vela Perpetua porque las melodías incitaban al pecado, al goce
, comentó Iván Restrepo durante una plática en el Centro Cultural Pedregal, donde se exhibe Miradas a María Victoria.Foto cortesía del recinto
Merry Macmasters
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Periódico La Jornada
Lunes 3 de marzo de 2025, p. 6
La cantante y actriz María Victoria cumplió 98 años el pasado 26 de febrero. Su amigo Dámaso Pérez Prado y Las Tres Conchitas lo festejaron con Las Mañanitas en una versión muy singular
durante la plática en la que el investigador musical Iván Restrepo analizó una selección de canciones interpretadas por la diva. La actividad se realizó en el Centro Cultural Pedregal, donde se exhibe Miradas a María Victoria.
La velada comenzó con un homenaje –Benny Moré entonó Mangoleles– a una gran amiga de la cantante, Yolanda Montes Tongolele, fallecida el pasado 16 de febrero. Durante seis años María Victoria y Tongolele fueron las que más aplausos recibían
en la obra musical Perfume de gardenias.
Las canciones sirvieron para mostrar el mundo en el que vive una mujer única que hace parte de las grandes figuras que dieron el mayor esplendor al medio musical y artístico en México, el de los años 40 y 50, y destacadamente a la cultura popular
. Tres de estas figuras: Tongolele, Pérez Prado y María Victoria transformaron el panorama sensual de México y América Latina
.
De acuerdo con Restrepo, articulista de La Jornada, “María impone un estilo único de decir las canciones. Lo hace por medio de la RCA Victor a cargo del más importante director artístico que hemos tenido: Mariano Rivera Conde, quien la rodea de los mejores compositores y arreglistas, como Juan Bruno Tarraza, pianista y autor de Soy feliz –canción que consagró a María– , y de Besar, el bolero que Carlos Monsiváis siempre le pedía a la Toya que le cantara”.
Al igual que “Yolanda y Pérez Prado, María es garantía de éxito para los empresarios y las disqueras. Impone un estilo interpretativo y una forma de vestir que realza su bien formado cuerpo, por lo que se la llamó ‘La estatua que canta’. Debido a ese atuendo y la manera de comunicarnos las canciones, María despierta la indignación de las integrantes de La Vela Perpetua, quienes dictan la lista de las películas que no se pueden ver y prohíbe las melodías que incitan al pecado, el goce”.
La canción Pero qué bonito siento, de Tarraza, en la voz de María Victoria, desató la censura, a la vez que se convirtió en un éxito. Según Restrepo, Como un perro era una canción que la homenajeada no podía interpretar en los teatros porque le ganaba la risa debido a los comentarios del público, aunque quedó inmortalizada en un disco
.
María Victoria no se encasilla y varía su estilo de acuerdo con la canción que interpreta
como se demuestra en Dancero, bolero jazzeado; también, en el bolero mambo, Amor quedito.
En el teatro, La criada bien criada, que estelarizó, tuvo la temporada más larga y exitosa de los años 70, con más de 2 mil representaciones. “Cuando estaba en su apogeo, sugerí a algunos colegas de la universidad ir a verla. Se negaron porque lo in era Seki Sano, Héctor Mendoza, Juan José Gurrola, Juan Ibáñez, Héctor Azar o Salvador Novo, precisamente directores que admiraban a María. Luego supe que esos exquisitos habían ido a verla”, señaló el periodista y ambientalista.
Del teatro, la radio y el disco, la estrella pasó al cine, medio en el que ha realizado más de 30 películas. En la televisión María Victoria protagonizó una serie histórica
, La criada bien criada.
Amigo de la actriz, Restrepo contó: “un día Teté –hija de María– me llamó para invitarme a comer a su casa con su esposo Román y María. Me pidió que llevara a Tongolele. Al llegar, le dije: ‘Teté, traigo un regalo muy especial para tu mamá’. Me respondió que me traía otro: María Luisa Landín, una de las figuras que siempre he admirado y que inmortalizó el bolero Amor perdido”. En seguida, se escuchó Pa’ qué me sirve la vida, canción que María Victoria y María Luisa grabaron juntas con el Mariachi Vargas.
El regalo de Restrepo para la diva fue “una grabación que no está en ningún catálogo de la obra de su autor Pérez Prado, que no se escuchó en México, aunque sí en Centro y Sudamérica. Se trata del mambo María”.
Entre las decenas de premios y reconocimientos que ha recibido la homenajeada, Restrepo destacó María Victoria, el alma en el cuerpo, libro de Beatriz Espejo, el documental Cuidadito, cuidadito, de Sergio Muñoz, y uno reciente, Las victorias de María, producto de la televisión veracruzana. Por supuesto que se escuchó Cuidadito, al igual que Mil besos, con arreglo de Juan García Esquivel.
Por otro lado, recalcó “la miopía y la ignorancia de las autoridades culturales que le negaron el Teatro Bellas Artes para un concierto-homenaje, alegando que lo de María no era cultura. Con razón José Antonio Alcaraz llamó al Teatro Blanquita ‘el Bellas Artes de los pobres’, y al de Bellas Artes, ‘El Blanquito’, por su frialdad y porque allí no se animaba el público”.
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