Reyes Martínez, Ana Mónica Rodríguez y Eirinet Gómez
Periódico La Jornada
Martes 18 de febrero de 2025, p. 7
El fallecimiento de Yolanda Yvvone Montes Farrington, mejor conocida como Tongolele, sacudió al mundo del espectáculo. A través de redes sociales y portales digitales, figuras e instituciones del ámbito cultural lamentaron la partida de la emblemática bailarina, cuya presencia escénica y exuberante belleza la convirtieron en un ícono.
- CHECALO -
La escritora y periodista Elena Poniatowska, quien la entrevistó en varias ocasiones, evocó el impacto que generaba en su público: Cuando fui a verla, la audiencia estaba compuesta casi exclusivamente por hombres. Eran albañiles, obreros, gente con mezclilla de verdad, no como la que después se puso de moda. Algunos llevaban hasta su lonchera para no perderse el espectáculo. Tenía algo muy simpático, muy del pueblo. No era esnob ni chocante. Cuando la invitaron al cabaret El Patio, todo se volvió más sofisticado, pero antes era una figura profundamente popular, y eso era muy bonito
, recordó.
Sobre la percepción de la sensualidad en esa época, la escritora reflexionó que era un tiempo muy infantil, “una especie de sexualidad de ‘a ver qué agarro’. Como si la mujer fuera una piñata que, al romperse, esparciera frutas y dulces. Así como los niños se lanzan para recogerlos, los espectadores de entonces parecían arrojarse para verla”.
Poniatowska recordó que Tongolele dejó su huella en la danza y enseñó a muchas mujeres cómo moverse en el escenario.
El investigador y escritor Iván Restrepo destacó la relevancia de Tongolele en la cultura popular mexicana:
Las tres grandes figuras del medio siglo, en la época de oro del espectáculo en México, fueron Tongolele, en el baile; María Victoria, en la canción, y Dámaso Pérez Prado, en la música. Tres personajes fundamentales del erotismo, en el buen sentido de la palabra.
▲ La escritora y periodista Elena Poniatowska, quien entrevistó en varias ocasiones a Tongolele, evocó el impacto que generaba en su público: Cuando fui a verla, la audiencia estaba compuesta casi exclusivamente por hombres. Eran albañiles, obreros, gente con mezclilla de verdad. Algunos llevaban hasta su lonchera para no perderse el espectáculo
, recordó. La imagen fue capturada en 1950.Foto tomada del libro Armando Herrera, el
fotógrafo de las estrellas, editado por el FCE
Iván Restrepo subrayó que la actriz tuvo una vida impecable, sin escándalos. Única. La hicieron y tiraron el molde. Fue un símbolo de sensualidad, pero nunca de vulgaridad
.
Sobre su impacto en la sociedad, agregó que cuando yo salía con ella y la gente se acercaba a pedirle un autógrafo o una foto, las que más lo hacían eran las mujeres. Pudo pensarse que, por ser un símbolo sensual, habría rechazo, pero fue todo lo contrario
.
Tongolele, consideró el articulista, desafió los cánones morales de la época y tuvo muchos detractores en ciertos sectores que la veían como exótica o vulgar. Sin embargo, el respeto y la admiración hacia ella se expresaban de muchas formas, no sólo en México, sino en América Latina, Estados Unidos y Europa.
La Secretaría de Cultura Federal, de la Ciudad de México, la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Salón Los Ángeles y la Asociación Nacional de Actores lamentaron el fallecimiento de esta figura de la época dorada del espectáculo en el país.
Su talento, energía inconfundible y presencia en el escenario marcaron una época en la que la danza y la música latina brillaron como nunca
, Tongolele no sólo se destacó como bailarina y actriz, sino que también fue un referente de la mujer latina fuerte, elegante y auténtica
, expresaron en sus mensajes de despedida.
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