La cola de «vulnerables» para comprar gas no para de crecer en Sancti Spíritus

Sancti Spíritus/Casi todos en la cola peinan canas, llevan un bastón o arrastran algún problema grave de salud. La fila de los «vulnerables», como se le llama oficialmente, rodea a partir del mediodía la oficina de la empresa Cuba Petróleo (Cupet) en la ciudad de Sancti Spíritus. Cada persona carga con un drama que quiere explicar ante el funcionario de turno. El objetivo es obtener un permiso especial para comprar un cilindro de gas licuado sin tener que esperar semanas, como el resto de los clientes del monopolio estatal.

Entre los que aguardan hay todo tipo de casos. Ancianos con enfermedades crónicas, vecinos que vienen en nombre de alguien postrado en una cama, madres con hijos con discapacidades que necesitan alimentarse con estabilidad. Ante ellos están los oídos endurecidos por las quejas del empleado que tiene la posibilidad de decidir si en un hogar esa tarde se come caliente o no. El que logre sensibilizarlo con su tragedia saldrá de ahí con un papel que garantiza un turno para comprar el producto con más celeridad.

«En mi caso tengo a mi madre que es una mujer discapacitada y a mi hijo que es autista, les tengo que dar muchas veces puré de vianda y frijoles»

«En el punto de balitas de gas llaman a uno de la cola normal y a otro de los vulnerables, van alternando», explica a 14ymedio una mujer que este miércoles estaba frente al local de Cupet. «En mi caso tengo a mi madre que es una mujer discapacitada y a mi hijo que es autista, les tengo que dar muchas veces puré de vianda y frijoles. Para eso necesita tener gas, porque «no hay quien se ocupe de dos personas enfermas y de una cocina de carbón o leña a la misma vez».

Sin embargo, el número de vulnerables ha crecido tanto en los últimos meses que muchos de los que llegan se van con las manos vacías. «Dicen que hay que regresar mañana que ya hoy solo van a atender hasta el hombre del pulover azul», grita una mujer. Tras su aclaración, se escuchan las quejas y varios de los que esperan se separan del grupo. Son, probablemente, los que tampoco comerán caliente hoy.