Un equipo de científicos de la India y Reino Unido ha descubierto que la creatina, además de ser uno de los suplementos más utilizados en los gimnasios, podría ser también muy útil para ayudar a personas con depresión.
En realidad, esto es algo que ya se sabía. En estudios anteriores se vio que la creatina ayudaba a potenciar el efecto de algunos antidepresivos. Sin embargo, lo que querían estos científicos era comprobar si también podría complementar los efectos de la terapia psicológica. Por eso, han llevado a cabo un estudio con 100 pacientes diagnosticados con depresión de leve a severa. Unos tomaron placebo junto a la terapia y otros creatina. Ocho semanas después, todos habían mejorado los síntomas de la depresión, pero el cambio había sido mucho mejor en los que tomaron creatina.
No es un ensayo clínico completo, por lo que será necesario investigar más en esa línea. Sin embargo, los autores del estudio son muy optimistas con respecto a sus implicaciones en un futuro. Y es que la terapia psicológica es indispensable, pero siempre será mucho más sano mezclarla con un suplemento con muchos menos efectos secundarios que los fármacos convencionales.
¿Antidepresivos sí o no?
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, actualmente hay en el mundo 280 millones de personas con depresión. Es un problema de salud mental muy serio, para el que desgraciadamente a veces no se da con el tratamiento adecuado.
- CHECALO -
La primera estrategia siempre debe ser la terapia psicológica. A veces basta con ella, pero en otras ocasiones se debe recurrir a los fármacos antidepresivos. Existe una gran disputa entre los detractores de unos y de otros. Algunos psicólogos opinan que se abusa de los psicofármacos, mientras que ciertos psiquiatras creen que la terapia no sirve de nada y que los antidepresivos son indispensables.
Es cierto que no se sabe con exactitud el papel de los antidepresivos. La hipótesis serotoninérgica, que apoya que la depresión se debe solo a un desequilibrio de serotonina que se puede compensar con fármacos, no goza de suficiente evidencia científica. Por eso hay quien considera que no deberían recetarse nunca. Pero la realidad, esa en la que coinciden cada vez más profesionales, es que a veces los antidepresivos ayudan a los pacientes a centrarse en la terapia. Los antidepresivos son solo una tirita que tapa la herida para que no sangre, pero es la terapia psicológica la que la cicatriza poco a poco para que no vuelva a sangrar. A veces, es necesaria una combinación de ambos tratamientos.
El problema es que hay pacientes que son resistentes tanto a la terapia como a los psicofármacos. Su depresión no remite de ninguna de las maneras, por lo que se deben ir probando nuevos medicamentos y estrategias. Por eso se probó en su día a combinar los antidepresivos con suplementos como la creatina. ¿Pero no sería magnífico que bastase con ella?
El papel de la creatina frente a la depresión
La creatina es un compuesto derivado de tres aminoácidos (los bloques que componen las proteínas), que se encuentra presente naturalmente en nuestro cuerpo, sobre todo en los músculos y el cerebro.
En los músculos experimenta una serie de modificaciones para transformarse en fosfocreatina, una sustancia que se almacena como fuente de energía. Cuanta más creatina, más energía. Por eso se usa a menudo para mejorar el rendimiento físico. Además, ayuda a mejorar el crecimiento muscular, de ahí que los culturistas la consuman muchísimo.
Pero no solo mejora el rendimiento a nivel muscular. También se ha visto que tiene un papel similar en el cerebro, donde mejora el rendimiento cognitivo. Por eso, se lleva años estudiando para tratar ciertos tipos de demencias. Y también afecciones de salud mental, como la propia depresión.
Está claro que potencia los efectos de los psicofármacos, pero ahora sabemos que también lo hace con la terapia.
Terapia y creatina: no se necesita nada más
Los autores del estudio que se acaba de publicar quisieron probar los efectos de combinar la creatina y la terapia cognitivo conductual. Esta es la corriente terapéutica psicológica con más evidencias científicas. Por lo tanto, es la que recomiendan los psicólogos con una base científica más sólida para trabajar la depresión.
En el estudio se contó con la participación de 100 pacientes de la India con distintos niveles de depresión. Todos tuvieron que contestar a un cuestionario con el que se evaluó su nivel de depresión en una escala que va del 0 al 27. De media, los pacientes obtuvieron un 17,6.
Después de este primer cuestionario se dividieron en dos grupos. Todos ellos recibieron terapia cognitivo conductual cada dos semanas, pero además tomaron diariamente una misma dosis que en el primer grupo fue de creatina y en el segundo de un placebo. Ellos no sabían si les había tocado el placebo o no.
Ocho semanas después solo quedaban 60 personas. Los demás habían abandonado el estudio. Cuando se les repitió el cuestionario todos habían mejorado su puntuación, pero sobre todo se vio una gran mejoría entre los que tomaron creatina. Para ellos, la media fue de 5,8, mientras que para el resto fue de 11,9. Es la diferencia entre una depresión leve y otra moderada.
Aún queda mucho por estudiar
El estudio tiene limitaciones. Para empezar, no es un ensayo clínico en el que se debe pasar por varias fases con una cantidad cada vez mayor de participantes. Además, es posible que los voluntarios que abandonaron el estudio fueran los que tenían una depresión más grave, por lo que podrían haber distorsionado los resultados. Aun así, el abandono fue homogéneo entre los dos grupos, así que ese no fue un gran problema.
De cualquier modo, habrá que seguir investigando antes de recomendar la creatina abiertamente para personas que acuden a terapia por depresión. Lo que está claro es que, si llega el momento, será un grandísimo avance, pues los antidepresivos son seguros y bien tolerados por la mayoría de las personas, pero es innegable que cuentan con efectos secundarios que no se experimentarían con la creatina. Por ejemplo, no es necesario introducirlos y retirarlos despacio por miedo a un rebote o síndrome serotoninérgico. La creatina tampoco engorda, algo que puede pasar con muchos antidepresivos, consiguiendo afectar aún más negativamente a la salud mental de los pacientes. Y, por supuesto, tienen otros muchos efectos secundarios más graves que, aun siendo poco probables, están ahí.
Hoy por hoy a veces no queda más remedio que tomarlos, pero es muy esperanzador saber que en el futuro se podrían obrar cambios como este.
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