El proyecto Jardines de Colibríes busca que la especie sobreviva en entornos urbanos
Son guardianes de la polinización y de la biodiversidad
, sostuvo la ornitóloga María del Coro Arizmendi en entrevista // Hace 10 años se instaló el primero, en la FES Iztacala
▲ La Ciudad de México hizo un gran trabajo; ojalá pueda replicarlo el gobierno federal
, planteó la investigadora.Foto Sergio Vega Hernández
- CHECALO -
Eirinet Gómez
Periódico La Jornada
Viernes 28 de febrero de 2025, p. 8
Con 80 aleteos por segundo y la habilidad única de volar hacia atrás, los colibríes no sólo fascinan por su destreza aérea, sino que son guardianes de la polinización y conservación de la biodiversidad
, explicó la ornitóloga María del Coro Arizmendi Arriaga, impulsora en México del exitoso proyecto Jardines de Colibríes, cuyo propósito es contribuir a la conservación de la especie en entornos urbanos, donde el ser humano ha alterado, parcial o completamente, el ecosistema.
En entrevista con La Jornada, en el contexto del décimo aniversario de la instalación del primer jardín en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, la investigadora destacó que estas pequeñas aves, al alimentarse del néctar de flores, transportan polen de una planta a otra, favoreciendo la perpetuación de especies vegetales claves para el equilibrio ecológico.
Ochenta por ciento de las plantas esenciales para la alimentación de la humanidad dependen de polinizadores como abejas, mariposas, escarabajos, murciélagos y colibríes.
Su presencia también contribuye a la diversificación de la flora, lo que a su vez beneficia a otros organismos, como insectos y aves. Su presencia fomenta la creación de espacios verdes más resilientes y aumenta la biodiversidad, elementos fundamentales para mitigar los efectos del cambio climático
, agregó.
Los colibríes enfrentan múltiples desafíos en su lucha por sobrevivir, desde la pérdida de hábitats naturales debido a la urbanización y a la deforestación, hasta amenazas en las ciudades como los gatos y bebederos mal diseñados. Frente a este panorama, iniciativas como los Jardines de Colibríes han surgido como una solución prometedora.
Impulsados por Arizmendi Arriaga en la Ciudad de México, estos espacios verdes están diseñados para proveer refugio y alimento mediante el uso de plantas nativas adaptadas al clima y las lluvias locales.
El proyecto forma parte de un trabajo conjunto con Estados Unidos y Canadá, por conducto de la Campaña de Protección de Polinizadores de América del Norte (NAPPC). La primera de estas áreas se instaló en 2014, en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Desde entonces, se han multiplicado por toda la ciudad, alcanzando más de 500 áreas dedicadas a la conservación
Esta propuesta representa una respuesta concreta y efectiva para preservar la biodiversidad en zonas urbanas
, explicó la especialista.
En Iztacala se documentó la presencia hasta de ocho especies de colibríes, incluyendo el Berilo Coronado (Amazilia beryllina) y el Pico Ancho (Cynanthus latirostris).
Plataforma para la investigación
Además, estos sitios han servido como plataformas para la investigación científica, donde una veintena de estudiantes ha explorado temas como la interacción de los colibríes con las plantas, los efectos del cambio climático y la presencia de otros polinizadores
La pérdida de bosques y selvas constituye la mayor amenaza para los colibríes, ya que reduce drásticamente las fuentes de alimento y los refugios disponibles. En entornos urbanos, los bebederos mal diseñados o la caza accidental de gatos también representan riesgos significativos.
Cada terreno ganado por el hombre es un espacio que pierden los polinizadores
, advirtió Arizmendi.
Además del papel que juegan los Jardines de Colibríes, destaca el trabajo de Catia Lattouf, quien transformó su hogar en Polanco en un santuario de colibríes, donde realiza un trabajo crucial en la rehabilitación de estas aves. En entrevista por separado, contó que diariamente recibe de cuatro a cinco ejemplares heridos.
Desde 2012, cuando recibió al primero de ellos, se corrió la voz y ahora la buscan desde varios países de América Latina. Me interesa concientizar a la gente, decirle que los polinizadores dan alimento a la humanidad
.
Sobre el trabajo de Lattouf, Arizmendi destacó: Ella realiza una buena labor rehabilitando, curando y liberándolos de inmediato. Sin embargo, no todos pueden hacerlo, ya que muchos intentan mantenerlos en cautiverio, lo que es incompatible con la supervivencia de esta especie
.
La científica, quién tiene 30 años realizando estudios sobre estas poblaciones, mencionó que los Jardines de Colibríes se han consolidado como alternativa replicable y de bajo costo para proteger a las aves y promover una mayor armonía con la naturaleza.
La Ciudad de México hizo un gran trabajo; ojalá pueda replicarlo el gobierno federal para promover mayor armonía con la naturaleza y garantizar que las generaciones futuras sigan disfrutando de estos fascinantes seres.