▲ Lora incitó al público no sólo a cantar sus rolas, sino a ser ellos en plenitud de desmadre.Foto n Yazmín Ortega Cortés
Juan José Olivares
- CHECALO -
Periódico La Jornada
Domingo 16 de febrero de 2025, p. a27
El Tri, banda del bienamado majadero Alex Lora, celebró en un estadio GNP lleno 56 años de rolar con canciones, mismas que la han erigido como personaje único gracias a su manera de abordar historias cotidianas de marginalidad, amor, desamor y desmadre.
Lora, cronista urbano casi involuntario y mirada marginal de un plano mundano, es pilar en el rock en nuestro país.
El Tri y su inmanente audiencia multigeneracional tomaron ayer el GNP y lo hicieron suyo con su percepción razonada, la de una emoción detonada por la música, así sea muy guarra.
Viva México, cabrones, y que viva el rocanrol
, dijo El Kori, cómo le decían de chavo al señor Lora, cantautor que ha forjado su propia estética y peculiar forma de comunicación con su público y ahora es símbolo en la música popular de México
Lora y su Tri no regatearon anoche una sola estrofa, una sola armonía ni ritmo en el racimo de rolas de rock urbano, rock marginal chido llevado al plano comercial. Otros lo siguen haciendo en las orillas de la gran urbe, mismos lares donde otrora se montaron los primeros escenarios de esta banda que la rompe donde toca.
Lora y el Tri han decidido decir siempre su verdad, misma que ha conmovido a generaciones de seguidores que sienten en él la misma esencia de libertad de lustros atrás que han podido dispersar por todo el país y también fuera.
Cincuenta y seis años de rock de México para el mundo
, anunció Lora y con batería y coro de un monstruo conformado por miles sonó el Himno Nacional Mexicano, luego de El boogie de El Tri y La raza más chida.
Canten con huevos… Y que chinguen a su madre los políticos corruptos hijos… Viva la virgen de Guadalupe, y que viva el rocanrol…
Se escuchó la precisa armónica de Rafa Salgado y el griterío inmensa con los yeah yeah
, detonados por su estilo rocanrolero y blusero.
El Tri cerró una gira que viajó por todo México y Estados Unidos mostrando sus letras simples, directas y hasta altisonantes, con las que es difícil no conectar.
Ahora, tras cientos de presentaciones en variopintos recintos, ahora ocupa un lugar privilegiado en la historia del rock mexicano debido a su habilidad comunicativa, a su forma de a raz de piso con la banda, como hizo en este recinto. A ver chamacos, ya canten
, sonaba la decibélica voz chillona de Alejandro Lora Serna, personaje que ha dejado huella en el horizonte de la música popular, no solamente en la del rock.
Lora habló con su publico. Los incitó no sólo a escuchar sino a ser ellos mismos en plenitud de desmadre.
Y ésto lo ha hecho por décadas en lugares marginales tanto como en los del mainstream, como este estadio. Al margen está su rasgo prolífico. Lora tiene más de 500 canciones, algunas plasmadas en 30 discos, cuya característica es lo gráfico y literal, la vida cotidiana de cierto sector social.
El Tri con Rafa Salgado, Lalo Toral, Lalo Chico, Óscar Zárate, Charlie Valerio, Alejandro Álvarez, y por ahí, Felipe Chacón y Antonio Alba (el danzante y su grupo que inicio el espectáculo), denunciaron con sus rolas la corrupción, las injusticias, la opresión a clases marginadas, demostrando en sus composiciones preocupación por algunos sectores sociales como los niños y adolescentes.
Y todo esté empuje ha sido por culpa del rocanrol
. Acto seguido se escuchó Todo por el rock and roll y una lluvia de rolas para ser felices
, puntualizó el roquero gritón que agradeció a la gente que vino de toda Latinoamérica. Y también a la banda chilanga
. Y soltó Chilango incomprendido. Si quieren cantar está bien, si no, me vale verga
, dijo Lora con florido español, clásico en él.
Es más, si Lora no suelta improperios no es un concierto de El Tri, cuyo logro es el de su presencia, el de su transversalidad en las generaciones, que presentes cantaron al unísono sus rolas. Pero reclamaba que no lo siguieran: en redes sociales van a decir que los asistentes al GNP no tienen huevos
.
Lora, especialista en mostrar sus posibilidades comunicativas con la canción roquera, cantó, tocó, gritó y dirigió a sus seguidores que todo le aplaudieron y que en cada oportunidad le reviraban diciéndole hulero, hulero
; al menos así se escuchaba.
Sonaron rolas como Perro negro y callejero, Metro Balderas, El niño sin amor, Abuso de autoridad, Todo me sale mal, Chavo de onda, Pobre soñador, Todo por el rock and roll, A huevo la cagas, Viva el Rocanrol, Las piedras rodantes, María Sabina, entre otros de sus éxitos… piezas que hicieron la fiesta porque muchas de ellas ya son parte del imaginario popular mexicano, lo que ha erigido a El Tri como un legado chilango para la humanidad.
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