La displasia de cadera es una de las afecciones ortopédicas más comunes en animales de compañía. Esta enfermedad degenerativa provoca una malformación en la unión del fémur y la pelvis, lo que puede derivar en un desplazamiento y hasta luxación de cadera.
Según el doctor Mauricio Pereira, veterinario de la Universidad Nacional (UNA) especialista en Ortopedia, esta condición puede afectar también a los felinos, aunque su incidencia es menor.
“La displasia de cadera es una condición articular que, en el caso de los caninos, afecta principalmente a razas grandes y gigantes”, explicó el experto.
Entre las razas de perros más propensas a desarrollar displasia de cadera se encuentran el Pastor Alemán, Labrador Retriever, Golden Retriever, Rottweiler, San Bernardo, Mastín Napolitano, Mastín Inglés, Terranova, Bulldog Inglés y Boxer.
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Estas razas, debido a su tamaño y peso corporal, tienen mayor predisposición a desarrollar esta condición. No obstante, también puede presentarse en otras razas e incluso en perros mestizos con genética de razas predispuestas.
Entre los síntomas más frecuentes que presentan los animales afectados, el doctor Pereira señala la claudicación o rigidez en los miembros posteriores, así como dificultades para subir gradas, echarse o incorporarse, especialmente en superficies resbaladizas.
“Estas dificultades son señales claras que deben alertar a los propietarios”, enfatizó.
El diagnóstico de esta enfermedad se realiza mediante estudios radiográficos, los cuales permiten observar los cambios en la articulación de la cadera. Una detección temprana es clave para manejar la condición y mejorar la calidad de vida de las mascotas.
“Es fundamental acudir al médico veterinario para que sea él quien realice el diagnóstico respectivo”, recomendó el especialista.
La prevención también juega un papel crucial, sobre todo en razas predispuestas. Pereira sugiere que los propietarios de perros de razas grandes y gigantes realicen estudios radiográficos de control al menos una vez al año. Además, medidas como el control del peso, una dieta balanceada y el ejercicio moderado pueden contribuir a reducir el impacto de la enfermedad.
La displasia de cadera es una condición que afecta no solo la movilidad de las mascotas, sino también su bienestar general. Por ello, la atención oportuna y el seguimiento veterinario son esenciales para garantizar una mejor calidad de vida a largo plazo.
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