Llega a los cines Sonic 3, la esperada tercera película del erizo azul de SEGA. El proyecto devuelve a la saga a las salas dos años después de su anterior entrega. En esta ocasión, el objetivo es más ambicioso que nunca. Tras una primera cinta que enamoró al público infantil y a los fans de los videojuegos, la siguiente bajó algo el nivel. La serie de Knuckles tampoco emocionó, por lo que este filme debía recuperar la magia perdida por el camino. Para ello volvían a contar con el director Jeff Fowler a los mandos y con el mismo reparto de siempre, con Ben Schwartz como el intrépido protagonista y Jim Carrey como gran estrella.
La historia de Sonic 3 cuenta, además, con el aliciente añadido de presentar a Shadow, el temible erizo malvado de color negro. Este personaje es uno de los más populares de los juegos y ahora debuta en la franquicia con Keanu Reeves dándole voz. La trama de la cinta sigue cómo, tras su repentina aparición, el Equipo Sonic deberá hacer frente a la amenaza que supone para el futuro del planeta. Porque la ira acumulada del villano unida a la desmedida locura de Ivo Robotnik y su abuelo, Gerald Robotnik, puede conllevar la destrucción total del mundo.
Sonic 3
Sonic 3 es un nuevo triunfo para la querida saga. Una adaptación de los videojuegos que crece mucho en ambición, mantiene lo mejor de sus predecesoras y es capaz de ir más allá. Es mucho más rápida y vertiginosa, pero también más grande y épica. Un torbellino palomero irreprochable.
La secuela perfecta
tal y como podía intuirse, Sonic 3 es más grande y ambiciosa que sus dos predecesoras. La saga necesitaba dar un salto hacia el vacío con una aventura mucho mayor. Las expectativas estaban por todo lo alto y por fortuna, Jeff Fowler ha cumplido a la perfección. La cinta crece y amplía horizontes sin dejar en ningún momento de lado el legado que han construido en los años anteriores.
Mención especial merece Shadow, que desde el primer minuto evidencia que es la justificación ideal para esta nueva aventura. Reeves otorga la profundidad exacta al personaje con su remarcada voz estilo John Wick. Y su intrahistoria y arco de desarrollo, aunque predecible, está muy bien trabajado para tocar los puntos más sensibles de la película.
Por lo demás, el director da por sentado que a estas alturas todo el mundo conoce ya no solo las habilidades de los protagonistas, sino también sus personalidades. Sosteniéndose en varios guiños al pasado, Sonic 3 construye mirando siempre hacia adelante, recogiendo las virtudes que mejor funcionaron en sus predecesoras. Es decir, muchísimo humor, innumerables dosis de acción y, sobre todo, un Jim Carrey absolutamente desatado.
Jim Carrey se roba el show
El actor confesó tras Sonic 2 que no volvería salvo que le llegara un guion de oro, pues su idea era jubilarse. Pero Fowler decidió jugar fuerte y enviarle el guion de Sonic 3 impreso en tinta de 24 quilates. El resultado es que Carrey no solo retoma su papel de Ivo Robotnik sino que, además, asume también un segundo personaje: el de su propio abuelo, Gerald Robotnik. Con este doble papel, el icónico actor recupera su mejor versión y ofrece otra interpretación para la historia del cine de comedia.
Es obvio que la película trata de poner en Shadow y su trágico pasado todo el corazón y el peso dramático para equilibrar las cosas. Pero es inevitable que Jim Carrey se convierta en el gran eje vertebral de la cinta. Sus escenas elevan siempre el nivel con gags cada vez más disparatados. Levantarán las carcajadas no solo en los niños sino también en los adultos que acepten sumergirse en la propuesta y dejarse llevar.
Puro entretenimiento
Porque lo mejor que hace Sonic 3 es no sobrepasarse en sus pretensiones. La película simplemente quiere ser un entretenimiento muy divertido y frenético con el que hacer pasar dos horas de lo más agradables en el cine. No plantea profundos mensajes ni pretende excederse con ideas rompedoras. Es una secuela de manual y muy simple (¿quizá demasiado? da igual) que abraza su propia naturaleza sin miedo.
Fowler le imprime a su historia un ritmo salvaje que no da tiempo ni de parar a respirar. Parece como si el propio Sonic hubiera manejado la cámara. Tanto que, eso sí, puede llegar a resultar extenuante. En cuanto a las escenas de acción, son más que suficientes y cuentan con la épica necesaria para mantener a los fans al borde del asiento. La batalla final, tan comparada recientemente con Dragon Ball, es espectacular. Y a nivel visual, el diseño caricaturesco de todos sus personajes vuelve a ser irreprochable y llamativamente detallado y colorido. En cierto sentido, Sonic 3 deja el mismo regusto que las películas del cine de superhéroes de hace unos años, cuando el género se encontraba en pleno apogeo.
Con todos estos ingredientes, Sonic 3 consigue ser una película muy fresca, divertida y ambiciosa. Un estreno palomitero ideal para disfrutar en familia estas navidades. Amplía el universo de la saga con la presentación de nuevos personajes que, hay que reconocerlo, eclipsan a los ya conocidos. Y aunque lanza una clásica moraleja para el público más joven, en ningún momento pretende ser más de lo que es. Paramount vuelve a acertar con una cinta que, como mínimo, mira cara a cara a la primera y, en realidad, la supera en muchos aspectos.
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