El dólar cae a 300 pesos cubanos después de haber rozado los 400 el pasado mayo

Madrid /La Habana/El precio de las divisas en el mercado informal cubano cae a plomo en los últimos días, con un ritmo que ha cogido por sorpresa incluso a las perspectivas más recientes de El Toque, el medio que desde hace tres años monitoriza y difunde la tendencia, ganándose incluso la declaración de guerra del oficialismo por, presuntamente, inflar la tasa para generar descontento.

“Para el 31 de diciembre se prevén tasas alrededor de 325-335 pesos por 1 dólar (…) y en los escenarios central y máximo”, auguraba el economista Pavel Vidal en el último informe del Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), que dirige. El documento se divulgó el pasado 18 de diciembre, cuando la moneda estadounidense se vendía aproximadamente a 325 pesos, una tasa en la que llevaba estancada, con leves oscilaciones, los últimos cuatro meses.

Algo ha cambiado en los últimos días y este jueves la moneda se cambia a los 300 pesos por dólar en que se instaló ayer, aunque todo invita a pensar que el descenso continuará. Se percibe en la calle, donde cunde la desesperación entre quienes se dedican a la compraventa. “Nadie está cambiando divisa, ni dólar ni euro, nada”, cuenta Alexis, un habanero ducho en estas lides desde hace años. “Yo solo conozco aquí, en estos momentos un lugar donde compran, pero no lo digo a nadie”, admite sonriente a 14ymedio. Según su versión, la última vez que vendió, le ofrecieron cinco pesos por debajo de la tasa del día publicada por El Toque.

El documento se divulgó el pasado 18 de diciembre, cuando la moneda estadounidense se vendía aproximadamente a 325 pesos, una tasa en la que llevaba estancada, con leves oscilaciones, los últimos cuatro meses

“Yo creo –augura Alexis– que se debe a que los privados compraron e invirtieron mucho en la navidad y el fin de año, tienen mucho producto y la gente ha agotado su dinero cubano y anda tratando de vender dólares”. En su opinión, las cosas cambiarán en enero, cuando los privados agoten lo que importaron para las fiestas y vuelva a ser necesario obtener divisas. 

Sin embargo, su sospecha no tiene en cuenta las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno. Por un lado, la obligación para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de vender al por mayor solo con la mediación del Estado y la prohibición explícita de hacerlo para los trabajadores por cuenta propia. Las disposiciones indican que los privados que pueden vender de forma mayorista son “los que tienen aprobada la producción como actividad principal”, es decir, vendiendo solo lo que elaboran, una decisión que está llevando al cierre a muchos privados que se dedicaban a la importación con fines de reventa. 

Además, hay mucha incertidumbre con el anuncio que Manuel Marrero hizo ante la Asamblea Nacional la pasada semana. En presencia de todos los diputados y el propio Raúl Castro, el primer ministro dijo que el Gobierno va a introducir un nuevo régimen cambiario en el país con «mayor flexibilidad», que varíe de acuerdo con las «condiciones de oferta y demanda» y con «una tasa al día», con el objetivo es que el Estado pueda competir en el negocio cambiario, que actualmente se produce mayoritariamente de forma irregular. Esto supondría la introducción de una tasa flotante y no fija como hasta la fecha, pero nadie sabe cómo se va a concretar y si una decisión tan reclamada por los economistas se hará –contra la costumbre– de forma adecuada.

“Desde al menos 2020 lo estábamos pidiendo mis colegas y yo –admitía un economista cubano en un foro privado–. Al menos un paso correcto o en la dirección correcta, aunque dependerá de la tasa. Y pensar que técnicamente se pudo hacer desde el primer momento”, sostenía, aunque indicando la importancia de que el Banco Central de Cuba actúe de manera independiente para que la medida sea acertada.

“Si usan el mercado cambiario para recaudar divisas provocarían una mayor depreciación de la tasa de cambio, lo cual también es inflacionario y desestabilizante”

“Si usan el mercado cambiario para recaudar divisas provocarían una mayor depreciación de la tasa de cambio, lo cual también es inflacionario y desestabilizante”, señaló Pavel Vidal. “Para que el mercado cambiario formal que van a crear sea sostenible deben cumplir al menos estas dos cosas: que vendan todos los dólares que compren, y que la tasa flote de acuerdo a las condiciones del mercado. Los incentivos políticos para que esto no ocurra son grandes”, sentenció.

La discusión se acentuó esos días en círculos interesados en ese mercado, dando lugar a todo tipo de especulaciones sobre la tasa de convergencia, la escasez de efectivo en la calle y los riesgos de que el Estado termine por imprimir más papel moneda, generando más inflación. Se sugería que la tasa de partida podría rondar los 325 pesos, en similitud con la del mercado informal la semana pasada, pero el descenso actual es cada día más pronunciado y los mensajes de venta por, incluso, 250 pesos el dólar se multiplican.