Entre los efectos de los vertederos de basura al aire libre está la contaminación atmosférica y marina, enfermedades y crisis ambiental.
Natalia Matamoros
En México, una emergencia silenciosa amenaza la salud de millones de personas: la proliferación de vertederos de basura a cielo abierto. Este problema, crónico en muchas regiones del país, se intensificó en los últimos años debido al crecimiento descontrolado de las ciudades, la falta de infraestructura adecuada para el manejo de residuos, y una gestión ineficiente de los desechos.
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En las zonas populares de la Ciudad de México es común observar montañas improvisadas de basura en las banquetas, paraderos de autobuses, debajo de los puentes y terrenos abandonados.
Estos lugares son focos de contaminación que agudizaron el problema de contaminación del aire en la metrópolis por las constantes emanaciones de carbono y gas metano, así como la proliferación de fauna nociva.
¿Por qué no funcionan los vertederos?
La acumulación de basura, según Nancy Merary, representante del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), obedece a las fallas del sistema de recolección y la ausencia de rellenos sanitarios en el área metropolitana. Esto porque los más cercanos están ubicados en otros estados centrales como Morelos e Hidalgo.
Como resultado, incrementó la formación de tiraderos improvisados de desechos no sólo en la región central del país, sino, en otras regiones.
Los vertederos a cielo abierto, de acuerdo con Merary, no disponen de una infraestructura óptima para el tratamiento de la basura. Tampoco cuentan con:
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Sistema de manejo de lixiviados (líquidos que provienen de los residuos descompuestos que liberan sustancias que se disuelven en el agua).
Métodos de separación de los desperdicios.
Geomembranas.
Procedimientos de compactación.
Chimeneas para el procesamiento de partículas contaminantes.
Cifras del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) indicaron que el 87% de los tiraderos de basura son a cielo abierto y sólo el 13% tienen la infraestructura de relleno sanitario.
“Es en estos lugares donde se impacta todo. Se impacta el aire por las partículas porque pues si no se cubren los residuos, todo queda volando, y a lo mejor no lo vemos pero son partículas muy pequeñas.
También se impactan los mantos acuíferos porque no hay esta capa que impida la filtración de los jugos de los desechos a la tierra y eventualmente al subsuelo. Se impacta porque termina contaminándose el agua con metales pesados y con contaminantes graves, pero también se impacta porque hay fauna nociva”.
¿Cómo manejan la situación en Guerrero?
En Guerrero la situación es crítica, ya que, hay municipios que ni siquiera disponen de servicios de recolección. Las comunidades improvisan tiraderos y los queman. En esas zonas el servicio de recopilación y disposición final no existen y esto agrava la problemática ambiental, señaló Fernando Terrazas, miembro del colectivo “Iniciativa Guerrero”.
Son contadas las jurisdicciones que cuentan con relleno sanitario: Acapulco, Zihuatanejo y Chilpancingo disponen de una infraestructura para el depósito de desechos que está a punto del colapso. El huracán Otis no sólo generó destrucción a su paso, también toneladas de escombros que provocaron la saturación del basurero. Según los cálculos de Terrazas, el trayecto de Otis por Acapulco generó cerca de 300 mil toneladas de residuos:
“El caso de Acapulco, después del huracán Otis, de acuerdo a la Secretaría de Gestión de Riesgos y Protección Civil de Guerrero, se generaron 300 mil toneladas de residuos de cualquier tipo. Y, solamente como un referente de esos 300 mil, Acapulco diariamente genera 200 toneladas por día.
Imagínate, de la noche a la mañana se acumularon 300 mil toneladas. Entonces eso hizo que el relleno sanitario de Acapulco, que ya estaba en su proceso de saturación, tuviera un colapso”.
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Afectaciones en la fauna marina
En el municipio de La Paz, en Baja California Sur, improvisaron tiraderos ante la falta de recursos para la construcción de un relleno sanitario. Felipe Morales, miembro del “Frente en Defensa del Agua”, detalló que alrededor de los depósitos clandestinos viven cerca de cinco mil familias que continuamente presentan afecciones respiratorias. La causa es la mala calidad del aire que generan las combustiones espontáneas del vertedero.
Los ecosistemas marinos también son afectados, pues en temporada de huracanes, los fuertes vientos arrastran los desperdicios hasta los ríos que desembocan en el mar. Las playas reportaron niveles alarmantes de concentración de basura que amenazan los arrecifes, peces, tortugas, y otras especies:
“Los olores cuando tenemos tormentas o lluvias, genera justamente un impacto ecológico por los olores y por los lixiviados. No está protegida las capas de subsuelo entonces no se sabe a ciencia cierta hacia dónde se vaya esa contaminación porque está sobre una falla tectónica que se llama ‘Falla de la paz’. Están sobre un enjambre sísmico, le llaman los geofísicos”.
Un panorama similar ocurre en Cholula, Puebla. Allí, gracias a la presión vecinal, en varias ocasiones clausuraron el principal vertedero de la región porque cumplió su ciclo de vida útil. Desde la carretera Cholula San Andrés Calpan se divisa una pirámide de 20 metros de desechos.
Los olores, gases provenientes de los incendios, provocaron enfermedades y el surgimiento de una bacteria que afecta la salud de los adultos mayores que viven en los fraccionamientos y comunidades cercanas.
María Garza, residente del Fraccionamiento Las Garzas III, expresó que cerraron vías para exigir a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que obligue a la empresa Profaj Hidro Limpieza, que operaba el relleno sanitario, a reparar el daño. Podrá hacerlo a través de labores de compactación de basura y tratamiento de lixiviados.
De esta manera, evitarán la infiltración de líquidos contaminantes al suelo, así como la contaminación atmosférica generada por los gases:
“Estamos muy cerca de relleno y pues tenemos muchas alergias y problemas gastrointestinales. O encontraron alguna que otra bacteria por ahí que enfermó a la gente de la tercera edad y pensamos que fue por eso porque estamos muy cerca y la gente de le tercera edad ya casi no sale, prácticamente viven aquí.
Entonces no encontramos otra razón, más que pudiera ser la contaminación por el aire y que, con ese aire, ellos hayan adquirido alguna bacteria así como las enfermedades como las gripas y rinitis alérgica”.
Evitar generar más basura
Más allá de la construcción de una infraestructura óptima y de servicios de recolección eficientes, la académica Nancy Merary opinó que urge reducir la cantidad de basura que genera el país. Al día, aseguró, producimos 120 mil toneladas de desechos a nivel nacional. Una manera de minimizar las cantidades de basura es crear un marco legal que obligue a las empresas productoras de envases a fabricar piezas reciclables o reutilizables.
También es necesario concebir una estrategia para el manejo de residuos orgánicos a través del fortalecimiento de las plantas de compostaje. En México son pocos los laboratorios dedicados a procesar los desechos orgánicos:
“Se necesita avanzar en una ley de responsabilidad extendida al productor donde verdaderamente asuman su responsabilidad sobre aquello que nos venden y cómo nos lo venden. Idealmente se busca que los envases sean reutilizables, pero si esto no es posible, por lo menos que sean reciclables.
Y que, quienes nos venden esos productos, vuelvan a utilizarlos en los procesos productivos. Es decir, si tu me estás vendiendo una botella de agua o refresco y no me garantizas que sean reutilizables, entonces que sea reciclable”.
Los expertos advierten que de no tomarse las medidas necesarias, el país enfrentará a una crisis ambiental y sanitaria de proporciones irreversibles. Y, las comunidades afectadas, seguirán cargando con el peso de esta negligencia colectiva.
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