Madrid/La visita de Alexander Beglov, gobernador de San Petersburgo, a Cuba discurrió el pasado viernes con un telón de fondo cultural. El viaje coincidía con la celebración de los días de la ciudad imperial en la Isla, entre el 20 y el 26 de noviembre, con un programa que incluía desde un concierto en el Teatro Nacional, con piezas del Lago de los Cisnes, a presentaciones de cine soviético, exposiciones y mesas redondas sobre la literatura, entre otros temas. La prensa oficial también habló de la recepción de Miguel Díaz-Canel al dirigente, donde ambas partes se trasladaron afecto, calor humano y elogios a la figura de Fidel Castro.
Pero lo importante lo cuenta este lunes la prensa rusa. El comercio entre Cuba y San Petersburgo ha aumentado tres veces en comparación con el pasado año, en concreto, solo el primer semestre de 2024, la facturación ascendió a 10,6 millones de dólares.
“Ahora nuestras empresas digitales y farmacéuticas están ampliando la cooperación. El fabricante de San Petersburgo Active Component y la empresa cubana BioCubaFarma firmaron un contrato para el suministro de productos farmacéuticos a Cuba, y la empresa de San Petersburgo Geropharm recibió un certificado de cumplimiento de la norma de calidad internacional del organismo nacional de Cuba (Cecmed)”, dijo Beglov.
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Solo el primer semestre de 2024, la facturación ascendió a 10,6 millones de dólares
El gobernador pareció congratularse del estímulo que las sanciones internacionales han provocado en las economías de ambas partes en sus declaraciones a los medios locales. “Numerosas sanciones y varios embargos hacen que la industria de nuestros países sea más fuerte e independiente. Tenemos mucho en común con los socios cubanos en la búsqueda de la soberanía industrial y tecnológica; y el exitoso trabajo de San Petersburgo y las empresas cubanas en diversos campos es un vivo testimonio de esto”.
Entre los productos que la antigua ciudad imperial exporta a Cuba, el gobernador mencionó los muebles, los productos farmacéuticos y los compuestos químicos. Sin embargo, sin aportar datos, dijo que la Isla envía maquinaria y equipo eléctrico, precisamente algunas de las debilidades de la industria cubana y por cuyas carencias son frecuentes las quejas del Palacio de la Revolución.
Por lo demás, sí hubo mucho espacio para hablar de la cooperación cultural entre ambos países. Según Beglov, Díaz-Canel mostró mucho interés por la “memoria histórica”, en el marco de un acuerdo entre el Comité de control, uso y protección estatal de Monumentos Históricos y Culturales y el Consejo Nacional para el Patrimonio Cultural de Cuba, que estrechará la cooperación y el intercambio de experiencias en este sentido.
Además, se acordó ampliar la cooperación entre las universidades de San Petersburgo y La Habana, incluyendo proyectos científicos conjuntos e intercambio de estudiantes y maestros. Beglov visitó dos escuelas de La Habana, a las que acudió con el pertinente donativo, en este caso computadoras portátiles y otros materiales educativos, además de una promesa: pizarras digitales para el próximo año.
Belgov destacó los acuerdos entre varias instituciones educativas, incluyendo el estudio de español y animó a los maestros cubanos a tomar cursos avanzados de capacitación para profesores de lengua rusa en San Petersburgo para unirse a las 70.000 personas que hablan ruso en Cuba.
Animó a los maestros cubanos a tomar cursos avanzados de capacitación para profesores de lengua rusa en San Petersburgo para unirse a las 70.000 personas que hablan ruso en Cuba
Más allá de los acuerdos, abundaron las ceremonias, incluyendo las tradicionales ofrendas florales a José Martí o una visita al templo de la Madre de Dios de Kazan, en La Habana. Belgov recuperó los aires soviéticos para referirse a la ciudad que gobierna como Leningrado cuyos residentes, dijo, “recordarán siempre a aquellos patriotas cubanos que pelearon con ellos en uno de los sectores más difíciles del frente: el Nevsky Patchet”.
En San Petersburgo recuerdan, agregó, la visita de Fidel Castro en 1963, cuando “se reunieron calurosamente con el legendario comandante en las calles y estadios. El propio Fidel Castro consideraba Leningrado un lugar sagrado que simbolizó el coraje, la firmeza y la lucha por la libertad”, dijo.
Palabras más o menos, la única reacción que ha despertado la visita entre los lectores de la prensa oficial era muy clara. “Amigos, me complace mucho las visitas de las distintas personalidades rusas, chinas y de Vietnam y creo que tenemos que acabar de tomar sus experiencias económicas, para acabar de salir del estado negativo que tenemos –expone. Llevamos años con intercambios de experiencias y no acabamos de hacer lo que ellos nos proponen con la economía, por favor revisemos esas experiencias y veremos cómo un porciento del bloqueo se va eliminando”.
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