Buenos Aires/El nuevo ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Gerardo Werthein, asumió este lunes el puesto con el encargo del presidente Javier Milei de hacer una purga en la Cancillería: identificar a los diplomáticos “traidores” y a los “enemigos de las agendas de la libertad”.
Milei decidió la sustitución de Diana Mondino por Werthein, un millonario empresario con solo cinco meses de experiencia diplomática como embajador en Washington, cuando Argentina votó en las Naciones Unidas a favor de levantar las sanciones a Cuba, en línea con la posición histórica de este país.
“Son traidores de la patria, los vamos a echar y hacerlos pagar”, dijo este lunes Milei sobre Mondino y sus colaboradores en una inclasificable entrevista concedida a su propia pareja, Amalia Yuyito González, conocida por ser protagonista de la farándula argentina y quien presenta un programa en televisión.
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Entre palabras de amor, tocamiento de manos, besos, lágrimas, canciones y confesiones íntimas, Milei fue contando a Yuyito sus planes para el Ministerio de Exteriores: “No solo le costó el puesto a Mondino (la votación sobre Cuba), sino que todos los responsables van a ser sumariados y echados. Viven una vida parasitaria», afirmó.
“No solo le costó el puesto a Mondino (la votación sobre Cuba), sino que todos los responsables van a ser sumariados y echados. Viven una vida parasitaria»
“Yo había definido que mi alineamiento era con Estados Unidos e Israel, nosotros teníamos que estar ahí. Por eso el imperdonable error que cometió Mondino le costó el puesto en 30 minutos”, siguió el presidente en su arenga contra la excanciller y el cuerpo diplomático.
Horas después tomó posesión como canciller Werthein, un judío heredero de un gran imperio familiar, que juró su cargo sobre la torá.
Estos hechos ocurren tras semanas de tensiones dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde apenas se atiende a la prensa y quienes hablan, tanto funcionarios como diplomáticos de carrera, lo hacen en el anonimato por temor a represalias.
El terremoto se desató el 18 de octubre, cuando el presidente de la derecha radical dirigió una carta al cuerpo diplomático en la que escribía, entre otras cosas, que Argentina transita hacia “un cambio de época” que «debe reflejarse en el plano internacional”.
En la misiva remarcaba, como ya lo había hecho ante la Asamblea General de la ONU, que «la Agenda 2030 no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los estados-nación».
También les avisaba de que la nueva “doctrina” implica que “ningún funcionario de esta administración ni quienes representan a la Argentina en el exterior deben acompañar ningún proyecto, declaración, resolución o documento que establezca violaciones al derecho a la vida, la libertad y la propiedad”.
La carta concluía con la sentencia: “Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado”.
“Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado”
Doce días después, el 30 de octubre, en coincidencia con el anuncio del cese de Mondino, la Presidencia argentina emitió un comunicado que diplomáticos y analistas calificaron de “inquietante”, ya que terminaba con el anuncio de que el Gobierno iba a realizar una auditoria del personal de carrera de la Cancillería.
El objetivo, según indicaba el comunicado oficial, es “identificar a los impulsores de agendas enemigas de la libertad”, lo que se ha interpretado desde los medios de comunicación como el inicio de una purga dentro del Ministerio.
Este lunes, poco antes de la asunción de Werthein como canciller, Milei pidió la renuncia voluntaria de todos los secretarios y subsecretarios del Ministerio.
El canal TN informó de que entre las tareas encomendadas por Milei al nuevo canciller están, además de identificar a los diplomáticos díscolos, cerrar embajadas, reducir los sueldos, recortar personal y acabar con los beneficios de los programas de acumulación de millas de las aerolíneas.
En un día que marcará un antes y un después en la política exterior argentina, Yuyito terminó su entrevista viral a su pareja-presidente dándole un beso y diciéndole “te quiero”.
Werthein, nuevo jefe de la diplomacia, nació hace 68 años en Buenos Aires y pertenece a una de las familias empresariales más poderosas de Argentina.
El grupo Werthein es uno de los conglomerados económicos más grandes del país y, según su propia descripción, cuenta con un «portfolio diversificado en áreas de media tech, información, entretenimiento, seguros, salud, agroindustria, alimentos y bebidas, desarrollos inmobiliarios y tecnología».
El nuevo canciller es uno de los herederos de este imperio y fue figura clave en la expansión de los negocios familiares hasta su distanciamiento en 2019.
Durante su carrera empresarial, ocupó numerosos puestos de jerarquía en distintas empresas del conglomerado, entre los que destaca el de vicepresidente de Telecom, por entonces una de las mayores compañías de telefonía del país.
En la declaración jurada presentada al asumir en mayo pasado el cargo de embajador en Washington, Gerardo Werthein declaró un patrimonio de más de 85.000 millones de pesos (unos 85 millones de dólares).
En la declaración jurada presentada al asumir en mayo pasado el cargo de embajador en Washington, Gerardo Werthein declaró un patrimonio de más de 85 millones de dólares
El nuevo canciller se graduó en Ciencias Veterinarias por la Universidad de Buenos Aires y, durante años, se dedicó a la equitación, donde llegó a competir como profesional, en paralelo a sus actividades empresariales. Esto le llevó a involucrarse en organismos deportivos tanto a nivel local como internacional y entre 2009 y 2021 fue el presidente del Comité Olímpico Argentino.
Werthein, además, impulsó la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento (Enard), que apoya a algunos de los principales atletas. Desde 2011, el nuevo canciller argentino es miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) y, desde 2020, es miembro de su Junta Ejecutiva, entre otros cargos.
Si bien Werthein tuvo buena relación con la mayoría de los jefes de Estado de la historia reciente de Argentina, su relación con Milei es muy cercana desde que el mandatario triunfara en las elecciones presidenciales en noviembre de 2023.
Ese mismo mes, el empresario acompañó y ofreció su avión privado a Milei para viajar a Washington, donde se reunieron con el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, con representantes del Gobierno de Joe Biden encargados de asuntos latinoamericanos y con el expresidente Bill Clinton.
En mayo pasado, Milei designó a Werthein como embajador en Estados Unidos, un cargo muy relevante si se tiene en cuenta el alineamiento incondicional del mandatario con Washington y con Israel en materia de política internacional. Desde entonces, el empresario ha acompañado al presidente argentino en numerosos viajes a Estados Unidos y Europa, en los que se reunieron con líderes políticos y empresariales, incluido Elon Musk.
El corto paso del nuevo canciller por la embajada en Washington estuvo centrado, según la prensa local, en conseguir inversiones para Argentina, en un contexto económico muy complicado para el país suramericano.
Tras su designación, Werthein brindó una escueta declaración a medios locales en la que anticipó su intención de «fortalecer la presencia de Argentina en el escenario internacional» y «modernizar su diplomacia», y destacó que el país tiene «una sola política exterior, la que define el presidente».
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