La Habana/Siguiendo la experiencia de la gasolinera Tángana, ubicada en El Vedado (La Habana), la financiera Cimex, Cuba Petróleo (Cupet), la Policía y otras autoridades locales han decidido extender la forma de gestión al resto de los servicentros del municipio Plaza de la Revolución. Las medidas se toman “a partir de denuncias, quejas e insatisfacciones de la población” y contempla la compra de combustible para plantas eléctricas particulares, siempre que el cliente presente una carta de autorización del intendente municipal.
Del grupo de estaciones de servicio del municipio, son “en particular los de Rampa” los que más incomodidades han generado entre los compradores. Así lo argumenta al menos Esther Pérez Trujillo, mandamás y organizadora de colas en los servicentros de Guanabacoa, que compartió este sábado el anuncio en el grupo de Telegram a través del que gestiona todo lo que ocurre en los locales de Cupet en el municipio.
Todo en mayúsculas y aludiendo a “dos encuentros con las autoridades”, Esther repasa las normas: Solo se venderán 40 litros de combustible “para cada vehículo” y, “en el caso de las motos, llenar el tanque”. Por si no ha quedado claro, acota que “no se permite echar en pomos adicionales u otros ‘tanques’ agregados”, a los que se refiere como “innovaciones” de los conductores. En el caso de las plantas eléctricas, previa autorización, solo se venderán 20 litros por cliente.
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Esther añade una excepción a las medidas, que no se adoptarán “si existiera disponibilidad de combustible”, una situación que pocas veces se da en los servicentros habaneros que no cobran en divisas. La encargada lo tiene claro, y añade: “Recordamos que hoy existe un déficit, por lo que todos conocemos, en la importación de los hidrocarburos. Hoy el país prioriza el abastecimiento para la generación eléctrica”.
Solo se venderán 40 litros de combustible “para cada vehículo” y, “en el caso de las motos, llenar el tanque”
La capataz de las gasolineras de Guanabacoa también reconoce que la “disponibilidad de más ‘pistolas’ o bombas de abastecimiento” es una queja frecuente de quienes llegan a repostar a las instalaciones de Cupet. El problema, no obstante, no tendrá solución en el futuro cercano. “Se nos informa de que no existe la posibilidad [de sumar nuevos equipos], y que actualmente se encuentra en un proceso de negociación para restablecer las existentes, situación que no será posible resolver en lo inmediato –zanja y repite la frase canónica– por las situaciones que todos conocemos en el ámbito económico”.
El comunicado, que recuerda los puntos donde pueden recargarse las tarjetas con las que los cubanos se ven obligados a pagar por el combustible que adquieren, también explica que será Cimex, que controla los pagos, transacciones y operaciones comerciales, quien se responsabilice por el servicio en las gasolineras. Para ello, la Unión de Informáticos de la provincia garantizará que el sistema de pago se mantenga “fluido y funcional”. Las quejas por la “caída del sistema” o porque “no pasan las tarjetas” han sido frecuentes desde que el régimen anunció que los pagos se harían solo por esa vía.
Del orden de la cola y “la implementación de las formas más adecuadas, que garanticen mejor organización y control”, está a cargo el Consejo Popular de La Rampa.
Pese a la llegada de varios petroleros con combustible en las últimas semanas, la Isla no da señales de mejoría de su crisis energética. Incluso con la bajada de temperaturas que experimenta el país este fin de semana, el déficit reportado por la Unión Eléctrica para la hora pico es de 1.421 megavatios, un 40% del consumo nacional.
A la bahía de La Habana llegó el pasado 14 de noviembre el tanquero PVT Clara, con bandera de Panamá y propiedad de la Corporación de Transporte PetroVietnam. La carga del petrolero, que llegará este lunes a Santiago de Cuba, fue declarada como “aceite vegetal”, pero el hecho de que se almacene un alimento en depósitos usados para combustible hace dudar a los expertos de esa afirmación. Además, el barco partió el pasado 14 de septiembre de Kaliningrado, cerca de donde están los pozos petroleros de los que se extrae el crudo ruso Urals, y se encontraba desde el pasado 2 de octubre frente a las costas cubanas.
A la bahía de La Habana llegó el pasado 14 de noviembre el tanquero ‘PVT Clara’, con bandera de Panamá
Asimismo, el 11 de noviembre atracó en la Isla el Elandra Redwood, procedente de Ámsterdam, con combustible, y el Eco Merlin, con gas licuado, se encuentra desde hace días frente a las costas cubanas.
A finales de octubre la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, anunció que enviaría a Cuba donaciones “humanitarias” de combustible para paliar el daño al sistema energético tras el paso del huracán Oscar. Coincidiendo con el comunicado, el tanquero Vilma entregó a inicios de noviembre una carga en Cienfuegos y, tras regresar al puerto de Pajaritos-Coatzacoalcos, volvió a la Isla este sábado.
También el Ocean Mariner, que atracó en Santiago de Cuba antes del impacto del huracán Rafael, se encuentra de nuevo rumbo a ese puerto desde la refinería de Ciudad Madero, en Tampico. Su llegada está programada para el próximo día 20, según las aplicaciones de rastreo marítimo.
El régimen también ha recibido ayuda desde Venezuela. El Alicia llegó a Matanzas en los primeros días de este mes y ya se encuentra en La Habana tras recargar en el puerto de José.
Por último, Rusia dio un crédito de 60 millones de dólares a la Isla para adquirir unas 80.000 toneladas de combustible. El país parece tener creadas las condiciones para mantener a flote el sistema eléctrico por al menos algunas semanas, pero las autoridades siguen programando apagones, reportando déficits de casi la mitad de la generación y asegurando, como Esther, que no hay combustible.
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