Madrid/A sus 83 años, el pianista cubano Chucho Valdés lleva más de una década intentando desmarcarse del régimen cubano, aunque nunca con tanto ahínco como desde que en 2021 se situó al lado de los manifestantes antigubernamentales. “Me da mucha tristeza lo que está sufriendo mi pueblo, incluida mi familia. Duele mucho ver las condiciones infrahumanas en las que subsisten. Basta ya de engaños y mentiras. Es imprescindible la ayuda humanitaria internacional”, escribió aquel día.
No tardaron en responderle quienes reconocieron su valor al clamar con toda claridad contra el Gobierno cubano, pero tampoco los que le recordaron el episodio por el que nunca será perdonado entre muchos exiliados que dudan de la honestidad del artista: su firma en la carta que en 2003 rubricó casi una treintena de artistas e intelectuales cubanos apoyando el fusilamiento de tres jóvenes que intentaron secuestrar la Lanchita de Regla para escapar a Estados Unidos.
Este sábado, el artista acudió al programa A Fondo, presentado por Juan Manuel Cao en América TeVé, donde se reivindicó como exiliado y desmintió de nuevo, por completo, haber firmado la misiva.
- CHECALO -
“Una cosa es que pongan tu nombre en un periódico porque sí y que te ensucien o traten de ensuciarte el prestigio o la carrera de una forma tan infame. Y es muy triste también que haya una duda, que quede una duda”
“Jamás, jamás”, insistió el músico, preguntado por el periodista. “Una cosa es que pongan tu nombre en un periódico porque sí y que te ensucien o traten de ensuciarte el prestigio o la carrera de una forma tan infame. Y es muy triste también que haya una duda, que quede una duda”, lamentó.
Valdés explicó que no solo sería incapaz de apoyar algo así, sino que ni siquiera estaba en la Isla cuando ocurrieron los hechos. “Yo estaba aquí, en Miami, cuando todo eso pasó. Yo estaba de gira en Estados Unidos, en la gira que siempre hago de primavera, era en marzo o abril. Y me entero, aquí en Miami, que yo estaba en un hotel con un amigo mío que se llama Raúl Artiles, y me dicen que estoy ahí, en una foto y que está mi nombre… Me destrocé, porque es muy triste que te utilicen”, lamenta.
El artista asegura que de todas las cosas que se han podido decir de él, esta es la peor que le ha pasado en la vida, porque no puede borrar la duda que queda en mucha gente, aunque sí dijo estar “tranquilo” con respecto a su familia y amigos, que “saben que nunca pasó”. El pianista es hijo de otra leyenda del piano en la Isla, Bebo Valdés, exiliado desde que el triunfo de la Revolución arruinó su trabajo en la escena musical cubana. Habiendo vivido en México, EE UU, España y Suecia –donde se estableció en 1963 y se volvió a casar– falleció en 2013, tras haber regresado a un éxito inusitado y volver a tocar con su hijo, que este sábado asintió cuando Cao lo llamó exiliado.
“Sí, sí, vivo en Broward”, dijo el artista, refiriéndose al condado del este de Florida donde tiene su vivienda principal, aunque también es conocido que pasa temporadas en Málaga, donde también tenía una residencia su padre, después de haber triunfado de la mano del director de cine y productor musical Fernando Trueba. Ambos, de hecho, participaron en el multipremiado documental sobre jazz latino Calle 54, que el cineasta madrileño rodó en Nueva York en 2000 y que contó con otros artistas cubanos.
«No existe respeto a la Constitución, que es es mayor desastre que puede hacer un país, y han abusado y hecho horrores durante muchos años»
Muchos echaron de menos la presencia en el filme de Arturo Sandoval –que posteriormente grabó un disco vinculado a él y llamado Calle 54: Música para los amigos–, quien también intervino en el programa de Cao este sábado y se refirió al asunto.
“Es muy triste, muy triste, pero bueno. Ese es el resultado de una dictadura oprobiosa que usa todo y a todos. Nos usa para su conveniencia. En Cuba la ley no existe, no se respeta absolutamente nada. No existe respeto a la Constitución, que es es mayor desastre que puede hacer un país, y han abusado y hecho horrores durante muchos años”, expuso antes de bromear y mostrar su afecto y respeto por su amigo, Chucho Valdés, que cerró el programa tocando, como en la apertura el programa.
Silvio Rodríguez, aunque más tibiamente, también se desmarcó hace años de haber firmado la carta de apoyo a los fusilamientos. “Nunca apoyé aquellas ejecuciones. Y estoy seguro de que ninguno de los firmantes de aquella carta lo hacía”, dijo en 2020, casi a la par que Valdés. Demasiado tarde, para algunos.
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