Omara Portuondo anuncia su «retiro definitivo» de los escenarios a punto de cumplir 94 años

La Habana/Omara Portuondo se retira. Lo anunció este jueves su hijo y representante, Ariel Jiménez Portuondo, tras el fiasco de su último concierto en Barcelona, donde la nonagenaria cantante quedó desorientada y tuvo que ser bajada del escenario. La artista sigue en la ciudad española, atendida por un médico que viaja con ella y en compañía de su orquesta. 

A punto de celebrar sus 94 años, Portuondo ya no se presentaba en escenarios cubanos aunque sí en el extranjero. Cada concierto, sin embargo, ha sido casi una despedida al público, según relató su hijo. Sus presentaciones eran cada vez más breves –”por su edad y condiciones de salud”–, aunque la cantante insistía en mantenerse activa. 

“Por recomendaciones médicas, la posibilidad de que siga cantando, ensayando y grabando, contribuye favorablemente a su salud mental, aunque a un ritmo moderado y siempre de acuerdo a su estado físico. Para ello se le realizan exámenes periódicos y se monitorean sus indicadores”, explicó Jiménez. 

Como Portuondo se mostraba dispuesta, la familia organizó junto a Cuza Agency y la Orquesta Failde un homenaje a la legendaria agrupación Buena Vista Social Club. “Ella aparecería para interpretar unos pocos temas, desde su condición de protagonista excepcional de ese proyecto y del mismo modo en que lo hacía con la nómina original”, afirmó su hijo. Habría cuatro conciertos fuera de Cuba, con tiempo para que la artista descansara. 

Cantó en Colombia y Gran Canaria hace varias semanas y no hubo inconvenientes, pero este miércoles, en el Palau de la Música de Barcelona, Portuondo sufrió un ataque de “fatiga y desorientación” y fue bajada del escenario. La Orquesta Failde continuó el concierto, no sin tensiones. 

Según los medios españoles, Portuondo solo pudo cantar un fragmento del bolero Lágrimas negras antes de quedarse en silencio. El público –que llegó a pagar hasta 75 euros por una entrada al Palau– llegó a gritar “explotadores” y “déjenla descansar” a los organizadores, a lo cual Ethiel Failde, director de la orquesta, respondió que los gritos eran una falta de respeto a Portuondo. “Ella misma en persona pidió cantar”, dijo, y recordó que “Omara siempre ha dicho que quería morirse en el escenario”. 

Tras el episodio, Jiménez y el equipo de Portuondo decidieron “anunciar el retiro definitivo” de la cantante. La despedida será en Budapest, un lugar exótico para homenajear a quien ha sido, durante décadas, un símbolo de la música tropical. Durante el encuentro, “Omara no cantará”. 

“Luego de esto, y por las razones que compartimos antes, seguirá ensayando y grabando desde su estudio en casa o participando en homenajes y encuentros con el público que la quiera agasajar, solo en la medida en que su salud y disposición lo indiquen”, informó su representante. 

Nacida en 1930, Portuondo fue una de las voces más reconocidas de la música cubana desde los años 50

Nacida en 1930, Portuondo fue una de las voces más reconocidas de la música cubana desde los años 50. Fue parte del cuerpo de baile del cabaret Tropicana y formó parte de la generación de oro del bolero cubano. En 1952 se une a la orquesta Anacaona y al año siguiente, a las D’Aida, junto a Elena Burke, Moraima Secada, Haydée Portuondo y Aida Diestro. 

Tras el triunfo de la Revolución –a la que fue afín toda su vida, llegando a firmar en 2003 la carta que apoyaba el fusilamiento de los jóvenes que secuestraron la Lancha de Regla para escapar a EE UU– se convirtió en solista y aprovechó el circuito de la cultura oficial. Cantó junto a las agrupaciones más célebres de la época, como Los Papines o el proyecto Buena Vista Social Club, lanzado en 1996 bajo la batuta de Ry Cooder, tras el éxito arrollador de la película de Wim Wenders, y que recuperó recuperar el público internacional que había perdido la música tradicional cubana desde 1959. 

Recibió un Grammy Latino en 2009, al Mejor Álbum Tropical Contemporáneo por su disco Gracias, que representaba una despedida al público. Para ese momento, ya había recibido todos los galardones posibles de parte del Ministerio de Cultura, incluyendo el Premio Nacional de Música en 2006 y el título de Heroína Nacional del Trabajo.