La Habana/El Centro de Contaminación y Química de la Atmósfera (Cecont) reveló este sábado cuáles son las ciudades y municipios de Cuba con la peor calidad de aire. Se trata de Mariel (Artemisa), Nuevitas (Camagüey), Moa (Holguín), Cienfuegos, Matanzas, Santiago de Cuba y La Habana. La mayoría de estas locaciones son grandes puertos del país, albergan centrales termoeléctricas o flotantes, o industrias altamente contaminantes.
La lista, que dio a conocer Rosemary López Lee, directora del Cecont, incluye también a Camagüey y Santa Lucía, también en esa provincia,Holguín y Nicaro –la capital del níquel cubano–, Pinar del Río, Artemisa, San José de las Lajas (Mayabeque), Cárdenas (Matanzas), Ciego de Ávila, Las Tunas, Bayamo (Granma) y Guantánamo.
A pesar de describir la situación como “preocupante” y afirmar que “urge revertirla”, López Lee no dio a conocer una sola cifra que permita calibrar la gravedad del problema. Afirmó, eso sí, que el Cencont ha estado monitoreando el aire cubano durante los últimos 15 años.
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El Cencont ha estado monitoreando el deterioro del aire cubano durante los últimos 15 años
Las investigaciones del Cecont indican que el dióxido de nitrógeno (NO2) es el mayor contaminante de la atmósfera cubana. Otros químicos, como el dióxido de azufre (SO2) y el monóxido de carbono (CO) –los cuales están asociados a la quema de combustibles fósiles– también envenenan el aire de la Isla. Aludió también al “material particulado pm10 y pm2,5”, vinculados con el metano.
Según López Lee, otro factor agrava la crisis del aire en Cuba: las condiciones meteorológicas como la calma relativa del viento o el fenómeno conocido como inversión térmica, que se presenta cuando la temperatura de las capas más altas de la atmósfera es inferior a la que hay en la superficie. “Si ambos factores se combinan, los compuestos contaminantes no logran dispersarse y quedan suspendidos y retenidos en los niveles bajos de la atmósfera, incluso cerca de la superficie”, alertó.
Por eso, explicó, “urbes de gran tamaño como La Habana” han quedado cubiertas por “una densa bruma capaz de limitar la visibilidad al mirar a la distancia, similar a la observada cuando Cuba está bajo la influencia de las nubes de polvo del Sahara”.
El dióxido de nitrógeno (NO2) es el mayor contaminante de la atmósfera cubana
El diagnóstico del Cecont detalla que la mala planificación a la hora de construir fábricas y centros industriales afectó a las ciudades cercanas. Alertó sobre el uso de tecnologías obsoletas por parte de la industria y el transporte, y lamentó la falta de un sistema de tratamiento y limpieza del aire que colapsó desde el Período Especial y que son las principales causas detrás de esta crisis.
En La Habana, las zonas más comprometidas están ubicadas a lo largo del anillo industrial que se extiende en los alrededores de la bahía. La directora del Cecont señaló expresamente a la refinería Ñico López y el grupo electrógeno de Regla como los principales culpables de la contaminación en el aire capitalino. “Es necesario detallar que una buena cantidad de centros industriales incumplen con las normas de calidad del aire establecidas, respecto a la distancia mínima que debe haber entre ellos y la zona residencial”, dijo.
Las calderas, hornos e incineradores utilizadas en la industria también representan focos de contaminación notables que suman partículas de polución a la atmósfera.
El sistema de tratamiento y limpieza del aire en la Isla colapsó desde tiempos del Período Especial
El problema para el aire habanero se agrava, en gran medida, gracias a que los centros industriales de la ciudad incumplen las normas de calidad del aire establecidas por las autoridades, respecto a la distancia mínima que deberían respetar con las zonas residenciales cercanas, explicó López Lee.
Las centrales eléctricas flotantes que operan en Cuba desde 2019 juegan un papel protagónico en el daño medioambiental y del que el régimen guarda silencio, a pesar de las inmensas columnas de humo que han llegado a lanzar las patanas, cargadas de monóxido de carbono (CO) y óxido de nitrógeno (NOx).
En agosto pasado se pudo conocer, por una polémica tras la instalación de patanas de la compañía turca Karpowership –la misma que opera en Cuba–, el daño que provocan las centrales flotantes. Una patana con chimeneas de 55 metros de altura y 1,8 de diámetro emite a la atmósfera 100 miligramos de NOx por cada metro cúbico y 290 de CO a una temperatura de 45 ºC. Estos datos permiten dar una idea del saldo medioambiental que supone el uso de estas embarcaciones, paradas en Cuba durante las últimas semanas por falta de combustible.
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