La Habana/El tablero político de Estados Unidos puede estar a punto de cambiar y los servicios de inteligencia del mundo entero tienen los ojos puestos en Washington. Cuba tiene intereses en juego y –según la agencia Associated Press (AP)– forma parte, junto a Rusia, Irán y China, de los Estados que intentan “interferir en la democracia estadounidense este año electoral”.
La advertencia la realizó este lunes un grupo de funcionarios de inteligencia de EE UU, que contaron al diario sobre las “operaciones de influencia” para afectar no solo las presidenciales, sino también los comicios de la Cámara de Representantes y el Senado. La estrategia –que se repite con cada elección– es elaborar campañas que permitan “ayudar o perjudicar” a candidatos según los intereses de cada Gobierno extranjero.
Cuba es uno de los “países pequeños” que, junto a potencias como China o Rusia, está “con toda seguridad” involucrado. Un funcionario de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional no reveló a AP en cuántas candidaturas se ha interesado La Habana, pero garantizó que su entidad ha investigado las que creen que ponen en riesgo la seguridad nacional de EE UU.
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En elecciones pasadas, explicó el funcionario, Cuba ha brindado apoyo sobre todo a candidatos que están a favor de una mejor relación de Washington con el régimen y que podrían ser actores importantes a la hora de reducir sanciones económicas.
La fuente no detalló a qué candidato estaría apoyando La Habana en estas presidenciales
Sin embargo, la fuente no detalló a qué candidato estaría apoyando La Habana en estas presidenciales. Tanto la Administración de Trump, que puso fin al deshielo de Obama, como la de Biden –especialmente tras la represión a las manifestaciones multitudinarias del 11J– han aumentado las sanciones al régimen.
“Funcionarios de Rusia, China, Irán y Cuba han rechazado las acusaciones de que sus Gobiernos están tratando de interferir en las elecciones estadounidenses, a pesar de los indicios de que el uso de desinformación diseñada para influir en el resultado de las elecciones de este año está aumentando”, explicó.
Hay una batalla por el control de la Cámara y el Senado –organismos que hacen un contrapeso significativo al poder que ostenta la Casa Blanca y en cuyo equilibrio se basa la democracia estadounidense–, afirma la agencia, que podría decidirse situando a determinados candidatos en “un puñado” de puestos clave. Un informe publicado este lunes por la Oficina señala también que la atención puesta en las presidenciales impide que muchos noten el trabajo de Gobiernos enemigos con los candidatos a senadores y congresistas.
“Los líderes de Rusia y China entienden el sistema político estadounidense lo suficientemente bien como para reconocer que las reñidas elecciones de este año crean buenas condiciones para el uso y la difusión de la desinformación”, explicó a The Washington Post el funcionario.
En resumen –según las conclusiones de la inteligencia estadounidense–, el Kremlin apoya a Donald Trump, que se ha manifestado contrario al apoyo a Ucrania y crítico con la Otan; China ha adoptado una postura neutral en lo que a candidatos presidenciales se refiere; Irán se opone a que Trump sea reelegido, porque aumentará la tensión armamentística con Teherán y hay un juramento de venganza sobre la mesa, tras eliminación del general iraní Qassem Soleimani por parte de fuerzas estadounidenses.
Moscú aspira a “erosionar” las candidaturas de los políticos que están a favor de ayudar a Ucrania
Moscú aspira a “erosionar” las candidaturas de los políticos que están a favor de ayudar a Ucrania, añadió, lo cual incluye tanto a demócratas como a republicanos que han mostrado una postura favorable a Kiev. China, por su parte, ha apuntado a los que apoyan a Taiwán en su separación económica y política de Pekín, y operan creando grandes campañas de desinformación.
“Las operaciones de influencia pueden incluir afirmaciones falsas o exageradas y propaganda diseñada para engañar a los votantes sobre candidatos, temas o contiendas específicas. También pueden incluir publicaciones en redes sociales u otro contenido digital que busque suprimir el voto mediante la intimidación o brindando a los votantes información falsa sobre los procedimientos electorales”, aseguró el funcionario.
Hay riesgo de ciberataque a los sistemas electorales. Para evitarlos, Washington ha destinado un presupuesto para blindar la tecnología de la votación. Las precauciones permiten asegurar –dice el periódico– que “no hay forma de que un adversario extranjero pueda alterar los resultados generales”, pero las campañas y la desinformación son imposibles de controlar.
Hay numerosos casos de manipulación de afirmaciones que se presentan como incendiarias, sobre todo sobre la inmigración, la economía del país o la estrategia frente a desastres. Cuando la Oficina del Director de Inteligencia Nacional detecta que un candidato ha sido blanco de este tipo de campañas, lo somete a una “sesión informativa defensiva” para que tengan herramientas con vistas al contraataque informativo.
La estampida migratoria de cubanos hacia EE UU, el interés económico de cubanoamericanos con alto poder adquisitivo en el sector privado de la Isla, la asfixia financiera del régimen, la cercanía geográfica y el acercamiento –tanto histórico como reciente– de Cuba a China, Irán y Rusia, convierten a La Habana en un peligro factor que no debe ser subestimado durante la contienda electoral del próximo noviembre.
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