He aquí al viejo y querido maestro, lo veo venir en el recuerdo con su lerdo caminar, su lánguida figura y sus manos desgonzadas de tanto martillar el piano; el cabello hirsuto, oculto por el sombrero Tardán, los ojos inundados de melancolía, de pasado, de añoranzas y recuerdos. Todos en el puerto de Veracruz y en el ambiente musical le llaman Memo, de cariño, aunque en su acta de nacimiento se registra su nombre de pila: Guillermo Salamanca Herrera.
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Ernesto Márquez: Tumbando caña
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