La Habana/Un día después de que se hiciera pública la resolución para la contratación y comercialización de productos agropecuarios para 2025, que confirma la hegemonía estatal, la prensa oficial despierta con el dato incontestable de que los privados sustentan de manera rampante la producción de miel, suponiendo un 90% del total.
“Hoy, más del 90% de las colmenas cubanas pertenecen a apicultores privados, vinculados a cooperativas, muchos de ellos con cien o más colmenas y rendimientos superiores a los 45 kilogramos”, especifica una nota del diario Granma.
El texto no facilita datos del acopio de este producto, uno de los ocho renglones destinados preferentemente –el 90%– a la exportación. El principal cliente, según datos oficiales, es la Unión Europea, que adquiere el 90% del total, con Alemania como cliente más destacado. Las últimas cifras corresponden a 2022, cuando se recogieron 9.200 toneladas, una cantidad inferior a las 10.500 de 2021, récord histórico. Ese año, Granma también publicó un dato al que adjudicaba el éxito en la producción de miel: la tonelada se pagaba al productor a 35.200 pesos (unos 460 dólares en esa época en el mercado informal, pero solo 110 dólares al cambio actual).
Los guajiros privados son responsables de la aplastante mayoría de la producción agropecuaria de la Isla- CHECALO -
Hasta marzo de este año, detalla el medio oficial, Granma –segunda provincia productora– había recogido 220 toneladas, un 36% más que en el mismo período de 2018. En junio, ya se habían superado las 500 y la expectativa de lograr las 1.100 planificadas se mantiene como real, una anomalía en la Isla donde las previsiones casi siempre fallan. Además, Matanzas, Santiago y Camagüey, también territorios líder en la apicultura, esperan una buena marcha para los meses de octubre a diciembre, segundo pico de la producción anual.
Unos 1.800 productores de miel, que poseen más de 218.000 colonias de abejas en 6.922 apiarios venden a la empresa estatal Apicuba, que tiene 14 unidades de base y tres plantas procesadoras, una en Caimito (Artemisa), otra en Sancti Spíritus y una más en Contramaestre (Santiago de Cuba).
El Estado domina solo en la producción de proteína animal, sobre todo en el huevo
Se trata de un éxito anómalo en la economía cubana –aunque se sospecha que en 2022 y 2023 los ingresos no fueron tan cuantiosos– ya que en general el control estatal tiene efectos negativos sobre la producción privada, con otra notable excepción, el carbón de marabú.
Los guajiros privados —propietarios, usufructuarios o cooperativistas— son responsables de la aplastante mayoría de la producción agropecuaria, como demuestran los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei) sistemáticamente cada año. El economista Pedro Monreal expuso este jueves los datos más recientes, correspondientes al anuario de 2021, que indican que el sector privado gana en casi todos los indicadores, con el 83,4% de los frutales, 79,4% de los frijoles, 75,5% de las hortalizas, 76,7% de las viandas y 73,1% del maíz, además del 40,85 del arroz, la más repartida.
El Estado domina solo en la proteína animal, sobre todo en el huevo (89,2%), y más modestamente en la carne de bovino (71,7%) y cerdo (62%. Por último, la producción de arroz la encabezan las estatales Unidades Básicas de Producción Cooperativa con un 37%, pero los privados no se quedan atrás y aportan el 35,4% al total.
A pesar de la contundencia de estos datos, la resolución publicada este miércoles por el Ministerio de la Agricultura insiste, denuncia Monreal, en “el diagnóstico erróneo de que la contratación inadecuada es causa significativa de la débil capacidad de respuesta de oferta del agro”. Según el experto, “la nueva norma (…) expresa la arrogante noción de que la planificación centralizada es más efectiva que el mercado para asegurar el ‘cálculo económico’ (distribución racional de recursos)” y es una “variante de contratación ‘forzada’”.
“En su fabulación estatista, los planificadores pudieran estar aumentando la incertidumbre en el mayor segmento de actividad privada de Cuba, el cual no solamente es crucial para la seguridad alimentaria, sino también el mayor empleador del país”, advierte Monreal en su cuenta de X.
La Resolución indica que la contratación (cuota o cupo que el productor debe entregar al Estado por contrato) y comercialización del agro deben estar orientadas a “respaldar el Plan de la Economía” y aunque expresa que es indispensable “ dar respuesta a la demanda basada en el diagnóstico con enfoque nutricional, contentiva en el plan de acción para alcanzar la soberanía alimentaria y fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional”, deja muy claro que algunos productos seleccionados tienen como destino el turismo y la exportación, entre ellos la miel.
Para la “contratación de las producciones que constituyen rubros exportables”, el documento dispone que “se realiza de manera priorizada y exclusiva la contratación directa por el sistema empresarial especializado de los productos con destino a la exportación”, que son el tabaco, el carbón vegetal, la miel de abejas, el cacao y el café. Dicho con palabras más directas: el Estado se reserva el monopolio de la compra a los campesinos y fija el precio de estos cinco productos destinados a la exportación.
En cambio, aunque con muchas limitaciones, en el caso de las frutas y vegetales frescos, las cooperativas y campesinos aprobados “podrán acceder a las exportaciones (…) una vez que se hayan cumplido las cifras contratadas con las empresas estatales”.
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