Cuando Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, periodistas de todo el mundo viajaron a la frontera entre Polonia y Ucrania para cubrir un éxodo de refugiados que huían de las bombas rusas.
Entre ellos estaba Pablo González, un periodista español independiente que trabajaba en Polonia desde 2019 para la agencia de noticias española EFE, Voice of America y otros medios. Reporteros afincados en Varsovia le conocían como un reportero extrovertido al que le gustaba beber cerveza y cantar en karaokes hasta la madrugada.
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Dos años y medio más tarde fue enviado a Moscú como parte de un canje de prisioneros, dejando a su espalda misterios sobre su identidad real y preocupaciones sobre cómo gestionó Polonia un caso en el que fue acusado de ser espía ruso.
En los primeros días de la guerra, González hizo reportes para televidentes en España sobre los refugiados que llegaban a la estación de tren en la localidad fronteriza polaca de Przemysl.
Pero antes de que se cumpliera una semana de guerra, agentes de seguridad polacos entraron en la habitación donde se alojaba y le arrestaron. Le acusaron de “participar en actividades de inteligencia extranjera contra Polonia” y dijeron que era agente de la GRU, la inteligencia militar rusa.
Sus amigos estaban perplejos, y mientras Polonia mantenía retenido sin juicio a González durante semanas que se convirtieron en años, algunos se mostraron escépticos y organizaron protestas en España reclamando su liberación. Las autoridades nunca detallaron las acusaciones.
Pero el jueves por la tarde, el corpulento reportero de 42 años, que lleva barba y la cabeza afeitada, fue recibido por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, tras ser liberado en el mayor canje de prisioneros desde la era soviética.
Su inclusión en el acuerdo parecía confirmar las sospechas de que González era un agente ruso que utilizaba su tapadera como periodista.
González, que nació como Pavel Rubtsov en 1982 en la Moscú soviética, viajó a España con su madre española a los 9 años, se convirtió en ciudadano y recibió el nombre español de Pablo González Yagüe. Se dedicó al periodismo y trabajó para medios como Público, La Sexta y Gara, un periódico nacionalista vasco.
No está claro qué llevó a Polonia a detenerle. La investigación sigue clasificada y un vocero de los servicios secretos dijo a The Associated Press que no podía decir nada más allá de lo que indicaba un breve comunicado.
Polonia mantiene alto el nivel de alerta tras detener a una serie de sospechosos de espionaje y sabotaje, dentro de lo que las autoridades describen como una guerra híbrida de Rusia y Bielorrusia contra Occidente.
Los servicios de seguridad polacos dicen que Polonia le incluyó en el intercambio de prisioneros debido a la estrecha alianza polaco-estadounidense y por “intereses comunes de seguridad”. En su comunicado, dijeron que “Pavel Rubtsov, agente de GRU detenido en Polonia en 2022, había realizado tareas de inteligencia en Europa”.
El jefe del servicio británico de inteligencia exterior, MI6, sir Richard Moore, dijo en el Foro de Seguridad de Aspen de 2022 que González era un “ilegal” detenido en Polonia tras “hacerse pasar por un periodista español”.
El término “ilegal” se refiere a espías que operan bajo una tapadera extraoficial, de modo que no disfrutan de inmunidad diplomática.
“Estaba intentando ir a Ucrania para formar parte de sus esfuerzos de desestabilización allí”, dijo Moore.
Otra pista sobre sus actividades llegó del medio independiente ruso Agentstvo, que reportó que en 2016, Rubtsov estableció una amistad con Zhanna Nemtsova, hija del líder opositor ruso Boris Nemtsov, asesinado en Moscú en 2015, y la espió.
Periodistas afincados en Polonia que conocían a González dijeron que utilizaba el país como base para viajar a antiguos países soviéticos como Ucrania y Georgia. Tenía licencia para manejar un dron y lo utilizó para tomar imágenes aéreas de Auschwitz-Birkenau para cubrir el 75to aniversario de la liberación del campo de exterminio en 2020.
Voice of America, una organización con financiamiento del gobierno estadounidense, confirmó que trabajó brevemente para ellos, pero después han eliminado su trabajo de su sitio web.
“Pablo González contribuyó a unas pocas historias de VOA como independiente durante un periodo de tiempo relativamente breve a partir de finales de 2020”, dijo la vocera Emily Webb en respuesta a una pregunta por email. “Como independiente que proporcionaba contenido para una serie de medios, sus servicios se contrataron a través de una tercera empresa utilizada por medios noticiosos de todo el mundo”.
“En ningún momento tuvo acceso a ningún sistema de Voice of America ni credenciales de VOA”, dijo Webb. “En cuando VOA supo de las acusaciones, retiramos su material”.
Como el sistema judicial polaco estaba politizado durante un gobierno populista entre 2015 y 2023, algunos activistas temían que no se estuvieran respetando los derechos del detenido. Reporteros Sin Fronteras fue uno de los grupos que pidió que fuera enviado a juicio o liberado.
El grupo mantiene su posición de que no debería haber permanecido tanto tiempo retenido sin juicio. “Eres inocente hasta que un juicio demuestre que eres culpable”, afirmó á AP el viernes Alfonso Bauluz, responsable de la oficina del grupo en España. Expresó su frustración por el secretismo que rodea el caso y el hecho de que al parecer no habrá ningún juicio, y dijo que Polonia no ha presentado las pruebas que tiende contra González.
Sin embargo, el grupo también dijo que espera que González dé una explicación ahora que está libre.
Jaap Arriens, un video reportero holandés que trabaja en Varsovia, alternaba con el hombre al que conocía como Pablo en Varsovia y Kiev, así como en Przemysl poco antes de su detención.
Arriens le describió como un hombre cordial y divertido, con una actitud muy masculina y el pecho cubierto de tatuajes, que una vez mostró en un bar.
En general, González encajaba bien, aunque parecía tener más medios que el periodista independiente medio. Siempre parecía tener los celulares y computadores más nuevos y caros, y trabajaba en la frontera entre Polonia y Ucrania con el MacBook Pro de 14 pulgadas más reciente. Tenía mucho dinero para gastar en bares.
Recordaba que una vez, González dijo: “la vida va bien, la vida va casi demasiado bien”.
“Y pensé, ‘hombre, la vida de independiente nunca es demasiado buena, ¿de qué hablas?’ No conozco a ningún independiente que hable así”, comentó.
El abuelo de González emigró de España a la Unión Soviética cuando era niño durante la Guerra Civil española. González era conocido como un nacionalista vasco con lazos con el movimiento independentista de la región.
Se sospecha que Rusia respalda movimientos separatistas en España y otros lugares en un esfuerzo de desestabilizar Europa.
La esposa de González en España ha hecho campaña en su defensa durante su detención en Polonia, a pesar de que no vivían juntos en el momento de su arresto.
Durante los últimos años, seguidores gestionaban una cuenta en Twitter, ahora X, para pedir su liberación.
Cuando el gobierno ruso anunció que Pavel Rubtsov había llegado a Moscú el jueves, la cuenta @FreePabloGonzález tuiteó “Este es nuestro último tuit: Pablo es al fin libre. Gracias infinitas a todas”.
Los que han seguido el caso esperan ahora a ver su próximo movimiento.
González tiene ciudadanía española y el derecho a regresar a la Unión Europea. Su esposa fue citada en medios españoles diciendo que espera que pueda regresar a España.
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