La Habana/Al menos tres medicamentos falsificados circulan en Cuba sin control sanitario, han advertido las autoridades de la Isla. Unas tabletas de domperidona de 20 miligramos y otros dos productos contra la artritis –que causaron alarma en 2018 y 2023 en Colombia– están en la lista negra del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed).
Las tabletas de domperidona, anunciadas como “analgésico y antiinflamatorio”, de la empresa canadiense Apotex INC, que circulan de manera ilegal, han sido detectadas en la Isla por no pertenecer al sistema de salud canadiense, de donde supuestamente proviene. La denuncia se hizo con base en “evidencias fotográficas”, gracias a las que el Cecmed concluyó el pasado 6 de julio que el código DIN 01940309 que viene en el pomo de domperidona “no existe”.
“Es un medicamento falsificado, por lo cual no se puede garantizar su calidad, seguridad y eficacia”, subrayó la dependencia cubana.
También se venden sin autorización las pastillas S-ARTRIT Plus y DolorEnd de 10 mg. Ambos productos se atribuyen a Laboratorios Naturales Homeopáticos de Cuba. Sin embargo, el Cecmed rechazó el pasado 24 de julio que estos “medicamentos” contra la artritis tengan registro sanitario en su base de datos, además de que “no existe ningún laboratorio farmacéutico con el nombre” que viene en las cajas.
- CHECALO -
En 2018 el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) de Colombia denunció la comercialización fraudulenta de ese mismo fármaco en el país, pero bajo el nombre de Dolor end Forte.
Lo mismo sucede con el producto contra la artritis S-ARTRIT Plus. El Invima alertó el 1 de agosto de 2023 sobre la comercialización ilegal de Sin Artrit Forte –antes Artrit LX–, un producto “sin registros sanitario”, cuyo “principio activo es el clorhidrato de procaína”, que no está reconocido para su uso en Colombia. A Cuba llegó con el nombre de S-ARTRIT Plus.
La venta de medicamentos falsos y productos alternativos vuelven a evidenciar el desabastecimiento de fármacos que azota a la Isla. El mercado negro se ha convertido en el abastecedor principal sin licencia de los cubanos y ahora incluso las tiendas virtuales que surten a los cubanos con productos comprados en Estados Unidos, y en dólares, ofertan medicinas. Algunos incluso solicitan una receta emitida en la Isla para entregar los productos, no porque se admitan en ese país, sino para librarse de los riesgos de vender fármacos fuertes –como los antibióticos– sin prescripción.
El pasado julio el Ministerio de Salud Pública admitió que, debido a trabas en la importación de materias primas o de medicinas ya elaboradas, en el país falta el 70% de los medicamentos básicos que necesitan los pacientes cubanos. La cifra es lapidaria: de los 651 productos que deberían venderse en las farmacias, solo 292 están disponibles y de manera intermitente.
El régimen, que tiene en la industria médico-farmacéutica una de sus principales entradas de divisas, ha buscado ayuda en el extranjero para revivir el sector, que quedó maltrecho luego de dedicar todos sus fondos a la elaboración de vacunas contra el covid-19. El Gobierno de India entregó el pasado jueves 10.000.000 de euros a Cuba, que fueron destinados a la compra de “ingredientes farmacéuticos activos”. Este viernes la empresa Farmacéutica 8 de Marzo reanudó la producción de antibióticos orales e incrementó las capacidades para los inyectables, informó la directora Xenia Madrazo Sagre.
Con el reinicio de esas operaciones “se producirán amoxicilina, cefalexina y cefixima, esta última en cápsulas y en suspensión, y los inyectables ceftriaxona, cefuroxima y ceftazidima”, confirmó la directiva. Aunque la primera entrega será dentro de 45 días, dado que las materias primas deben pasar por un análisis físico-químico y microbiológico para luego ingresar a la producción, subrayó la funcionaria.
La producción de estos fármacos darán una cobertura a la demanda del Sistema Nacional de Salud, de entre seis y 12 meses, dependiendo del surtido.
14ymedio ha documentado que, ante la falta de fármacos, los cubanos recurren constantemente al mercado negro en busca de antidepresivos, tranquilizantes, analgésicos, en farmacias improvisadas en todo tipo de locales. En estos sitios, que van desde un restaurante hasta una tienda de ropa, los costos por por una tirilla llega a alcanzar los 1.000 pesos.
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