La Habana/Desde inicios de año, y con la cooperación francesa, las autoridades cubanas han intentado poner en funcionamiento la ruta ferroviaria entre Santiago de Cuba y Manzanillo, y este martes ocurrió el milagro. Parada desde 2023, la locomotora se puso en marcha y anduvo las tediosas siete horas que demora recorrer los 192 kilómetros entre las dos ciudades, acompañada por los vítores de la prensa oficial y el propio ministro de Transporte, que celebró en redes sociales que el tren “cumplió su itinerario”.
“Hoy a las 5:15 am salió el tren Santiago de Cuba-Manzanillo desde la estación de ferrocarril Senén Casas Regueiro, y según nos informan directivos de la Unión de Ferrocarriles de Cuba (…), llegó a la estación ferroviaria de la ciudad de Manzanillo a las 12:15 pm”, aplaudió Eduardo Rodríguez Dávila en Facebook.
Echar a andar la mole de apenas seis vagones y una locomotora ha sido, en efecto, una proeza para las autoridades cubanas, que dependen desde 2022 –aunque solo ahora se vean los resultados– de la Agencia Francesa para el Desarrollo para reparar sus trenes.
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El reto ahora, según admite Sierra Maestra, es “mantener el cumplimiento del itinerario más allá de los primeros días y de ofrecer un servicio de calidad a los viajeros”. Algo difícil de lograr cuando el tren, que avanza a una velocidad máxima de 55 kilómetros por hora, tiene apenas 335 asientos y hace más de 30 paradas.
El reto ahora es “mantener el cumplimiento del itinerario más allá de los primeros días y de ofrecer un servicio de calidad a los viajeros”
Las autoridades han intentado desviar la atención hacia el servicio gastronómico que ofrece el vehículo y la futura posibilidad de comprar pasajes a través de aplicaciones móviles como Viajando. Sin embargo, no hay noticias de las ofertas o los precios de los alimentos. En cuanto a los pasajes, se cobran 120 pesos por adulto y 60 por niño, aunque según el tramo la tarifa disminuye.
En su primer recorrido, al tren ya lo esperaba una masa de cubanos desesperados por viajar debido a los altos precios del transporte privado y la desaparición del estatal. “El tramo con mayor afluencia de personas para abordar el tren fue Palma Soriano-Bayamo”, dijo Rodríguez Dávila, aunque aclaró que el viaje transcurrió con “disciplina”.
La estación de Manzanillo, adonde va a recalar el tren a punto de mediodía, se encuentra en estado deplorable, según pudo comprobar el pasado abril 14ymedio. Con montañas de basura alrededor y raíles defectuosos, la terminal incluso ha sido escenario de varios descarrilamientos, el más reciente el pasado 26 de marzo.
Según contaba entonces a este diario un trabajador ferroviario, las traviesas de madera podrida, los semáforos y señalizaciones rotos y los oxidados mecanismos de las vías no solo hacen probables los accidentes, sino que es casi imposible realizar una acción de desvío en caso de emergencia.
En esa terminal, gastada y semiderruida, desembarcarán a partir de ahora las decenas de cubanos que lleguen –los martes y sábados– a Manzanillo en el tren cuyo restablecimiento celebra la Unión de Ferrocarriles de Cuba. También la locomotora TGM8, de factura rusa, muestra desgastes por el uso, aunque no queda claro si es una de las que la Unión Soviética envió a la Isla en los años 80 o de las más recientes, entregadas en 2017 a La Habana.
Muchas de estas máquinas fueron destinadas inicialmente a la industria azucarera
Muchas de estas máquinas fueron destinadas inicialmente a la industria azucarera, pero el fracaso de las recientes zafras ha permitido que se reasignen al transporte de pasajeros. La locomotora que ahora se encarga de la ruta Santiago de Cuba-Manzanillo, por ejemplo, se dedicaba a la transportación de caña en Guantánamo.
La estatal también logró recuperar –gracias a la agencia francesa– la ruta La Habana-Manzanillo, que funciona cada cuatro días. Y en las provincias orientales están en funcionamiento las conexiones Holguín-Las Tunas, Guantánamo-Santiago y Guantánamo-Holguín.
Ahora los franceses se concentrarán en rehabilitar “casillas, vagones cisterna y locomotoras de mediano y alto porte” en los Talleres Ferroviarios de San Luis, para dedicarlas principalmente a la transportación de mercancías desde el puerto de Santiago de Cuba.
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