La Habana/Como si no bastara con su desaparición de los mercados cubanos por la inflación y el tope de precios, el frijol negro se enfrenta desde el pasado junio a otro enemigo. La chinche negra, una plaga que la prensa oficial califica de “exótica” y que hace su aparición en Cuba por primera vez, amenaza con lastrar las plantaciones de la legumbre en la Isla.
Los primeros afectados son los municipios de Imías, Maisí y Baracoa, en la provincia de Guantánamo, donde la plaga ha arrasado con 55 hectáreas de frijol gandul, caballero y habichuela.
La chinche ni siquiera figura en la lista oficial de plagas en cuarentena de la Isla, según aclaró al diario local Judith Medina, jefa del departamento de Sanidad Vegetal, pero ya “constituye un reto para la delegación de la Agricultura”. Según explican las autoridades, la chinche negra se alimenta de hojas y tallos jóvenes o adultos, causando “marchitamiento, decoloración y crecimiento retardado”.
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“Por la amplia gama de huéspedes y el valor económico de las plantaciones, se intensifica la vigilancia en la siembra del frijol, la capacitación a las bases productivas, campesinos, técnicos y fitosanitarios sobre las medidas para frenar su propagación”, aclara Venceremos, que incluye dentro de las medidas para combatir la plaga el uso de insecticidas como Bimida, Bunker y Cipermetrina.
La escasez de pesticidas y fertilizantes en la Isla para atender todo tipo de plantaciones ha sido reconocida incluso por las autoridades del Gobierno, lo que pone en tela de juicio la capacidad del Ministerio de la Agricultura para enfrentarse a la plaga. Proveniente de Asia, la chinche negra o del frijol negro no solo ataca a este tipo de cultivo, sino que es capaz de extenderse a otras plantaciones de importancia en la Isla, como el maíz, el boniato, el arroz, la papa o la caña de azúcar.
Por su parte, el frijol ya sufre desde hace semanas los altibajos de los topes de precios a varios productos esenciales
Por su parte, el frijol ya sufre desde hace semanas los altibajos de los topes de precios a varios productos esenciales –incluyéndolo–, lo que ha propiciado su desaparición súbita de los mercados.
En una reciente visita a los puestos de varios comerciantes en La Habana, 14ymedio conoció la causa de la ausencia: “El problema es que quieren que lo vendan por debajo del precio al que se compró. Nosotros lo pagamos a 340 pesos la libra y ellos (el Gobierno) quieren que lo vendamos a 300”, explicaba a este diario un vendedor de Neptuno y Gervasio.
El pasado 12 de julio, la gobernadora de La Habana, Yanet Hernández Pérez, firmó una resolución mediante la que se fijaban los precios máximos de los productos agropecuarios. La norma afecta a 21 productos, que a partir de ahora se comercializaran por libra de la manera siguiente: boniato, yuca y aguacate, 45 pesos; malanga Colocasia, 75 pesos; malanga Xanthosoma, 100 pesos; plátano vianda, frutabomba y piña, 50 pesos; plátano burro, plátano fruta, pepino, guayaba y mango, 40 pesos; calabaza, frutabomba verde y maíz tierno, 30 pesos; quimbombó, 65 pesos; habichuela, 60 pesos; frijol negro, 300 pesos; frijol colorado, 350 pesos, y arroz, 180.
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