Trucos científicos para triunfar en las tandas de penaltis

Este 2024, la Eurocopa de fútbol masculino nos está dando espectáculos que pasarán a la historia. Uno de ellos, sin duda, es la tanda de penaltis con la que finalizó ayer el partido entre Eslovenia y Portugal. Tras acabar el partido y la prórroga con ningún gol en sus marcadores, el pase a cuartos de final tuvo que decidirse en los 11 metros. Para ello, la selección eslovena contaba con un experimentado portero, Jan Oblak, mientras que Portugal apostó por el joven Diogo Costa, de 24 años. A pesar de su corta edad, es conocido por ser un buen parador de penaltis. Al menos durante los partidos, pues esta era su segunda tanda final. Pero no dejó lugar a dudas en que evitar los goles a balón parado es lo suyo, pues no permitió entrar en la portería portuguesa ninguno de los balones lanzados por los jugadores eslovenos. Está claro que Costa es muy bueno parando penaltis. ¿Pero qué es necesario para ello?

La ciencia lleva muchísimos años intentando estudiarlo. Hay quien dice que los penaltis son una cuestión de azar, mucho más que de buen fútbol. Hasta cierto punto lo son. Es verdad que el azar juega un papel importante. No obstante, no es el único factor que influye en que el balón acabe dentro o fuera de la portería. Hay buenos lanzadores y buenos porteros de penaltis. Se ha visto que hay jugadores que lo hacen mejor que el resto y eso no es una cuestión de suerte, sino, sobre todo, de psicología.

La psicología y la física son dos factores esenciales a la hora de parar o marcar un penalti. Puede que Diogo Costa lo tenga muy bien estudiado y por eso sea tan bueno. Pero veamos qué es eso que él y otros jugadores de fútbol deberían tener en cuenta.

El tiempo es oro para los porteros

En 2018, un equipo de científicos de la Vrije Universiteit de Amsterdam realizó un estudio dirigido a analizar estadística y psicológicamente las estrategias de los porteros a la hora de enfrentarse a los penaltis.

Estos siempre se lanzan a una distancia de 11 metros. Aunque depende de la fuerza con la que se lance el balón, este tarda una media de 0,5 segundos en llegar hasta la portería desde el momento en que se produce la patada. Ese es el tiempo que tiene el portero para decidir qué hacer. Sin embargo, solo en lanzarse suelen tardar unos 0,6 segundos y 1 segundo completo si hay que saltar a la esquina de la portería. Por ese motivo, la decisión se debe tomar antes de que se produzca la patada. Es aquí donde suele decirse que entra en juego el azar. No obstante, se ha visto que algunos porteros son muy buenos descifrando las expresiones de los lanzadores durante la carrera y justo en el momento del impacto del pie sobre el balón.

Incluso hay porteros que, a base de experiencia, conocen las preferencias de cada jugador. En este estudio, uno de sus autores menciona a Jens Lehmann, un portero alemán conocido por su capacidad para parar penaltis. Algunos analistas deportivos comprobaron que con el paso del tiempo llegó a calcular el lado al que lanzaban con más probabilidad los jugadores de otros equipos y también el tiempo que debería esperar para lanzarse a por el balón con cada uno.

Obviamente, ese no puede ser el caso de Diogo Costa, pues es un jugador muy joven, que aún no ha tenido tiempo de aprender las técnicas de sus adversarios. No pasa nada, pues hay otros muchos factores que intervienen en los penaltis.

La psicología del buen portero de penaltis

Un estudio de 286 penaltis realizado en 2007 puso de manifiesto que si los porteros se quedasen en el centro de la portería pararían muchos más penaltis. No obstante, en el 93,7% de las ocasiones optan por saltar a un lado o a otro. 

Tras entrevistar a varios porteros veteranos, los investigadores comprobaron que, si les marcan un penalti, se sienten peor después de la inacción. Es decir, si se quedaron en el centro de la portería y no pudieron parar el balón, las sensaciones son peores que si no lo paran pero al menos han saltado a un lado para intentarlo.

¿Quién lanza primero?

A la hora de comenzar una tanda de penaltis, el árbitro lanza una moneda para ver quién lanza primero. El ganador del juego de cara o cruz decide si su equipo empieza o le cede esa oportunidad a sus oponentes. Lo mejor, según las estadísticas, es tirar primero. Esto se debe también a una cuestión de psicología, ya que, si el primer lanzador marca un gol, el segundo tendrá una presión extra a la hora de lanzar.