Finalmente, tras muchos rumores al respecto, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha hecho pública su decisión de no presentarse a la reelección frente a Donald Trump. Es algo que muchos estadounidenses pedían desde que comenzó a mostrar signos de problemas de salud. Sin duda, el último debate con el candidato republicano fue la gota que colmó el vaso, después de que se mostrase confuso, apático y más afectado mentalmente de lo que se podría asumir de un caso de nerviosismo. Parecía que la salud de Biden estaba resentida.
El propio presidente, de 81 años, ya había anunciado que solo se retiraría de la política por recomendación médica. Por eso, dada su decisión, podría pensarse que hay algo de su salud que no ha contado todavía. O quizás simplemente haya pensado que, en el momento en el que se encuentra la campaña, es lo mejor para todos.
Sea como sea, son muchos los médicos que han analizado en la distancia la salud de Biden desde que empezaron los primeros episodios de confusión. La Casa Blanca hizo público el pasado mes de febrero un informe en el que se mostraban los resultados del último chequeo del presidente y se concluía que seguía siendo apto para el cargo. ¿Pero faltaba alguna prueba por hacer o simplemente ha empeorado después?
Los últimos informes sobre la salud de Biden
En el informe publicado por la Casa Blanca se muestra un análisis pormenorizado de la salud de Biden. 20 médicos de distintas especialidades comprobaron el estado del presidente, incluyendo nuevos tratamientos y terapias ajustadas a sus necesidades.
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Por ejemplo, se hace especial énfasis en el tratamiento de presión positiva en las vías respiratorias al que se ha sometido a causa de la apnea obstructiva del sueño con la que ha lidiado en los últimos años. En primer lugar se sometió a una cirugía de los senos nasales que mejoró mucho su condición, pero seguía sin poder dormir adecuadamente. Es por esto por lo que se decidió probar esta nueva terapia a la que ha respondido muy bien.
Por otro lado, el presidente de los Estados Unidos se ha sometido a una revisión dermatológica a causa del carcinoma de las células basales por el que fue intervenido en 2023. Los médicos señalan que se pudo retirar la zona afectada por completo y que no ha habido metástasis, por lo que se encuentra bien.
A nivel digestivo tiene algunos episodios de reflujo gastroesofágico, pero nada grave. Y también se habla de una espondilolisis causada por osteoartritis en la columna.
Se menciona que en ese equipo de 20 médicos que han analizado la salud de Biden había un neurólogo y que este no encontró nada grave que remarcar. No obstante, los neurólogos que vieron el reciente debate frente a Trump creen que se le deberían realizar más pruebas.
La opinión de los neurólogos
Uno de los neurólogos que se han manifestado recientemente sobre la salud de Biden ha sido el doctor Sanjay Gupta. En un análisis publicado en CNN, el médico opina que hubo varias señales en el debate que muestran que el presidente podría tener alguna afección neurológica.
Concretamente, hace referencia a las divagaciones confusas, la pérdida repentina de la concentración, la detención en el habla o la ausencia de animación facial. Con esto último se refiere a la inexpresividad de su cara durante el discurso, frecuentemente perdido y con la boca abierta.
El doctor Gupta incide mucho en que todo esto denota preocupación, pero que lógicamente no se puede hacer un diagnóstico solo con esa observación. Por eso, insiste en que tanto él como muchos de sus compañeros creen que debería hacerse pruebas neurológicas y publicar los resultados.
Se hizo esta propuesta después del debate, pero desde la Casa Blanca señalaron que no lo veían necesario. Ahora que ya no es candidato a la presidencia puede que se haga esas pruebas y no vea la necesidad de hacerlas públicas. No obstante, la salud de Biden sigue siendo una cuestión de estado que preocupa mucho al país norteamericano.
Posibles causas de una afectación neurológica
Según señala Gupta, se sabe que Biden tuvo que ser intervenido en el pasado a causa de dos aneurismas. Una de ellas se rompió en 1988. Desde entonces, ha evolucionado bien. No obstante, se sabe que este tipo de afecciones pueden aumentar el riesgo de sufrir demencia a una edad más avanzada. ¿Podría ser ese el caso del presidente de los Estados Unidos? Tendremos que esperar para saberlo. De momento, lo único que se ha hecho público desde la Casa Blanca es un positivo en COVID-19 por el que se le ha estado tratando con Paxlovid. Es cierto que este virus puede afectar al sistema nervioso, pero parece que lo que le ocurre a la salud de Biden es previo a la infección. Puede que haya otro motivo y que sea ese el que ha conducido a su dimisión.
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