Los minions están de vuelta con Gru 4. Mi villano favorito. La aclamada saga infantil regresa una vez más para endulzar el verano de los más pequeños. Y esta vez lo quieren hacer con nuevas ideas pero el mismo humor de siempre. Para ello han presentado a un supervillano temible y brutal e incluso superhéroes. Todo para prolongar la vida de una de las franquicias más exitosas de todo el siglo XXI.
Las cosas han cambiado mucho desde la primera entrega. Gru tiene ya toda una familia. Además de sus tres pequeñas e inseparables niñas y sus siempre leales minions, ahora se suman también su mujer y su nuevo hijo. Pero las cosas no son tan sencillas. Alistado en el bando de los buenos, su trabajo pasa por detener a los peores villanos del mundo. Y eso le pondrá en el camino de Maxime Le Mal, uno de sus más grandes rivales cuando solo era un joven estudiante. Una enemistad que resurgirá y obligará a Gru a llevar una nueva vida de incógnito para proteger a su familia.
Gru 4. Mi villano favorito
Illumination se embarca en una nueva y entretenida aventura que complacerá a los más pequeños con su ritmo acelerado y su siempre irreverente humor. Sin embargo, no aporta nada especialmente novedoso a la saga y muchas de sus ideas no logran llegar a buen puerto. O al menos no tanto como prometen en un primer momento.
Fieles a sí mismos
Desde Illumination han tenido claro cuál era el camino a seguir. Todas las entregas anteriores han funcionado bien. La taquilla ha respondido y los niños han salido felices y sonrientes del cine. Así que no había motivos para alterar la fórmula en Gru 4. Mi villano favorito. La película sigue la misma estructura de siempre. Gru se cruza con un nuevo supervillano que tiene unos planes terribles y que le obligará a vivir una aventura drástica con el destino del mundo -esta vez de SU mundo- en juego.
A este respecto, la saga ha ido perdido mucha originalidad con los años. La compañía sigue manteniéndose muy imaginativa, y ahí están los divertidos minions superhéroes que ahora replican abiertamente a Marvel y DC. Pero los pilares básicos son los mismos de siempre. No hay motivos para arriesgar porque son unos cimientos sólidos y eficaces. Pero lógicamente cada película que pasa se siente menos fresca que las anteriores. Y menos emotiva, pues la conexión con sus protagonistas no es tan potente y visceral.
Dentro de esa imaginación de la que el estudio siempre ha hecho gala, en Gru 4. Mi villano favorito destacan los mencionados minions superhéroes pero también el gran dilema al que se enfrentan los protagonistas. Para mantenerse a salvo, deben mudarse a una ciudad nueva y asumir identidades totalmente nuevas. Las premisas de todas esas tramas son fascinantes, pero el filme adolece de algunas carencias.
Y es que, aunque las ideas sean buenas, no acaban de explorarlas del todo. Ver a Gru reconvertido en el vecino ideal y optimista al estilo Ned Flanders es genial. Pero todo se queda en cuatro escenas sueltas que no se consolidan en algo realmente sólido que mueva al personaje por un verdadero arco argumental.
Para colmo, la propuesta de presentar a tantos personajes con tantas tramas no resulta confuso, pero sí extenuante. Gru 4. Mi villano favorito es muy divertida y se pasa en un suspiro, tan solo es hora y media. No hay oportunidad de aburrirse. Pero en el fondo parece una sucesión de pequeños momentos sueltos que deberían tener mayor cohesión. No hay un hilo que vertebre sus historias secundarias, que acaban cayendo en el ostracismo sin afectar en absoluto a la principal.
Menos minions
Lo de los minions es aún más doloroso. Gru 4: mi villano favorito pone mucho foco en su gran protagonista. Lo cual es estupendo. Pero el punto fuerte de la franquicia son los simpáticos seres amarillos de ojos saltones. Y aunque siguen desatando las mayores carcajadas, por desgracia en esta entrega su participación es algo más residual de lo que nos gustaría. Bob, Kevin y Stuart siguen siendo los principales, aunque la cinta incluso se encarga de eliminar al último al encerrarlo en una máquina expendedora.
En cuanto a la trama superheroica, todo queda reducido a algo muy secundario e inconexo que, de nuevo, perfectamente podría no estar en el filme y no afectaría en absoluto a la historia. Alivia los momentos de mayor tensión y ayuda a oxigenar la trama principal con sus excentricidades y locuras. Pero no va más allá y es una lástima. Al menos la presencia de Gru Jr. compensa en parte esa vis cómica en las escenas clave de la película.
En definitiva, Gru 4. Mi villano favorito se convierte en una nueva entrega de la saga que no brilla pero tampoco desentona. Se mantiene en la línea de las anteriores y recupera una vez más la esencia humorística y de aventuras, aunque pierde en originalidad y sentimiento. Un pastiche de ideas que podrían estar mejor desarrolladas y conectadas pero que a buen seguro entretendrán a los más pequeños.
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