Breve digresión obligada. Inexcusable, el caso del futbol profesional en México, donde unos cuantos poderosos, intocados por la autoridá, hacen grandes negocios a costa de una sociedad esperanzada en dejar de ser perdedora en materia futbolística, sin que crítica especializada ni dueños pongan un hasta aquí al mediocre y añejo desempeño de clubes y selecciones. Lo que no miden autoridades omisas ni estos millonarios amateurs del balompié y sus marionetas es la bomba de tiempo que representa en el ánimo de la sociedad repetir la versión de derrotados una y otra vez. La nuestra es una sociedad donde no abunda precisamente el pan y escasea el circo de calidad. ¿Habrá posibilidades de poner orden en el futbol profesional de México o es otro tema tabú?
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