Mucho antes de que se creara la primera máquina voladora, desde hace miles de años atrás, los seres humanos han reportado haber visto fenómenos inexplicables en los cielos. El primer registro data del año 1450 antes de cristo (3500 años atrás). Se trata de una tableta de piedra que documenta con jeroglíficos la conquista de Napata por los ejércitos del Faraón Tutmosis III. Según lo escrito en ella, una estrella bajó del cielo para asistir al Faraón en su lucha. Se posicionó encima del ejército Nubio y comenzó a iluminar sus rostros con fuego. Aterrorizados por ese portento, los soldados enemigos huyeron hacia las montañas. El líder egipcio experimentó aquello como un milagro, un regalo de los dioses. Desde entonces estas apariciones han estado ligadas con la religión. Un hecho que Hynek, el protagonista de esta historia, estudiaría a fondo.
Nuestra actual obsesión cultural por los OVNIs nació a finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando múltiples pilotos estadounidenses reportaron haber visto naves voladoras completamente diferentes a cualquiera conocida. En 1947, el piloto Kenneth Arnold reportó haber visto un conjunto de naves completamente redondas volando en formación. Sus superiores descartaron automáticamente su testimonio, afirmando que había sido una alucinación. Arnold decidió llevar su historia a la prensa, y luego de discutir lo que había visto con el reportero Bill Bequette, este dio origen al término «flying saucers» o platillos voladores para describir las extrañas naves.
Aquí es que entra en escena J. Allen Hynek, el astrónomo que sería contratado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para determinar la misteriosa naturaleza del fenómeno OVNI. Formaría parte del proyecto Sign y luego del proyecto Grudge, el objetivo de ambos era examinar meticulosamente los reportes que tuvieran que ver con objetos voladores no identificados. Inicialmente, Hynek pensaba que se trataba de una tontería, por lo que sería pan comido explicar todos los casos y así despejar las dudas del público. Lo que descubrió lo convertiría en una persona completamente diferente.
Hynek refuta los avistamientos
Hynek puso manos a la obra, buscando explicaciones comunes y corrientes para todos estos supuestos fenómenos inexplicables. Algunos resultaron ser simples eventos meteorológicos, como una nube de forma extraña. Otros coincidían con la apariencia de un meteorito desplomándose. Y unos cuantos eran simples objetos hechos por el hombre como globos. Cuando terminó de clasificar todos los eventos, 20% de ellos no tenían explicación clara, por eso eran objetos voladores no identificados.
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La curiosidad científica de Hynek había sido estimulada. El próximo paso tenía que ser investigar a fondo ese 20% restante para así llegar al fondo del misterio. Pero el gobierno de los Estados Unidos no compartía esa curiosidad. El objetivo del proyecto era proveerle al público explicaciones poco interesantes para que dejaran de preocuparse por objetos voladores extranjeros durante los comienzos de la Guerra Fría.
En 1949, el proyecto Grudge publicó un reporte que afirmaba: «No hay evidencia que los objetos reportados son el resultado de un desarrollo científico avanzado, proveniente del extranjero; por lo tanto, no constituyen una amenaza directa a la seguridad nacional». Su conclusión era que se redujera la escala de las investigaciones sobre objetos voladores no identificados.
Nadie quedó convencido por el reporte del proyecto Grudge. El público seguía obsesionado y maravillado frente al misterio de los OVNIs, y muchos habían comenzado a pensar que le gobierno estaba escondiendo algo. Para remediar esta situación, el gobierno decidió intentarlo otra vez, volviendo a llamar a Hynek para que participara en el proyecto Blue Book. En esta ocasión, el astrónomo tendría permitido investigar los casos que no había podido explicar. Lo que encontró iba a dejarlo marcado de por vida.
Hynek cambia de parecer
Cuando por fin pudo investigar detalladamente esos casos que no pudo explicar la primera vez, Hynek se encontraba cada vez más convencido de que este fenómeno era digno de estudio científico. En conversaciones con los testigos que reportaron haber visto algo inexplicable, el astrónomo se dio cuenta de que no se trataba de sujetos confundidos o poco confiables. Quedó sorprendido por sus explicaciones vívidas y racionales. Sin embargo, al poco tiempo se dio cuenta de que la Fuerza Aérea no lo había vuelto a llamar para tomarse en serio el misterio, sino para que sirviera de instrumento para poder extinguir el interés por él.
El ejemplo más infame sucedió en el estado de Michigan en 1966. Luego de que cientos de personas afirmaran haber visto una serie de misteriosas luces en el cielo por varias noches seguidas, el gobierno se apresuró a proveer una explicación mundana. Hynek daría una conferencia de prensa en la que afirmaría que esas «luces en el cielo» fueron causadas por gases de pantano. El científico se convirtió en el hazmerreír de la nación. La explicación oficial resultó tan ridícula que recibió incontables burlas, además de aumentar las sospechas de que el gobierno estaba desesperado por encubrir la verdad. Llegó hasta el punto en que Hynek fue llamado a testificar en una audiencia del Congreso para explicar lo sucedido. Rompiendo con las directivas de la Fuerza Aérea, el astrónomo le dijo a los congresistas que el asunto merecía una investigación científica seria. Para 1969 el proyecto Blue Book era historia.
Libre de la molesta supervisión del gobierno, Hynek promovería públicamente el estudio científico riguroso de lo que llamaría «ufología» (por las siglas en inglés UFO, unidentified flying object). En 1972 publicaría su primer libro sobre el tema, The UFO Experience: A Scientific Inquiry. Ahí revela todo lo que aprendió mientras trabajaba para la Fuerza Aérea y cómo sus investigaciones lo llevaron a cambiar de parecer.
Hynek encuentra la fama
En el mismo libro, Hynek describe la observación que lo haría famoso, diciendo: «Los encuentros cercanos de primer tipo son en los que el OVNI es visto desde una distancia suficiente para definir detalles. En un encuentro cercano de segundo tipo, el OVNI tuvo un efecto físico, como el de incinerar árboles, asustar animales o hacer que el motor de un auto deje de funcionar. En un encuentro cercano de tercer tipo, los testigos reportan haber visto a los ocupantes del OVNI cerca o dentro de él».
Esa última categoría inspiró la legendaria película de Steven Spielberg, Encuentros cercanos de tercer tipo. Hynek trabajó como consultor para el filme, luego de recibir dinero por el uso de su término. También aparece brevemente en la escena final. Su perfil público ya era lo suficientemente reconocible para convertirse en el principal comunicador del fenómeno a nivel mundial. Asistiendo a varios programas populares como el Dick Cavett Show y siendo entrevistado por Tom Snyder para la NBC. También dio una charla sobre los OVNIs en la ONU y recientemente, en el 2019, se estrenó una serie basada su vida titulada Project Blue Book.
¿Por qué la Fuerza Aérea estaba tan apresurada en descartar el fenómeno OVNI como una simple tontería? ¿Acaso querían tranquilizar a un público ya nervioso por los peligros de la Guerra Fría? O quizás no les convenía que se descubriera la verdad. No tenemos la respuesta. De cualquier manera, el intento del gobierno por esconder lo que estaba sucediendo tuvo el efecto opuesto, incentivando una obsesión con la posibilidad de que los extraterrestres hayan visitado nuestro planeta, que perdura hasta nuestros tiempos.
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