▲ Recreación de ejemplares del Fona herzogae en una ilustración de Jorge González.Foto Europa Press
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Periódico La Jornada
Miércoles 10 de julio de 2024, p. 6
Madrid. Un antepasado del Thescelosaurus muestra que estos animales pasaron al menos parte de su tiem-po en madrigueras subterráneas.
Esta nueva especie de dinosauro contribuye a una comprensión más completa de la vida durante el Cretácico medio, tanto en la superficie como bajo tierra.
El Fona herzogae vivió hace 99 millones de años en lo que hoy es Utah. En ese momento, la zona era un gran ecosistema de llanura aluvial intercalado entre las orillas de un enorme océano interior al este y volcanes activos y montañas al oeste. Era un entorno cálido, húmedo y fangoso con numerosos ríos que lo atravesaban.
Paleontólogos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y del Museo de Ciencias Naturales desenterraron este fósil, entre otros, en Cedar Mountain en 2013.
Grandes bíceps asociados a tareas de excavación
Fona era un dinosaurio herbívoro de cuerpo pequeño, del tamaño de un perro grande, con un diseño corporal simple. Carece de las características de sus parientes altamente ornamentados, como cuernos, acorazados o cresta. Como otros animales conocidos por cavar o excavar, tiene músculos grandes en los bíceps, fuertes puntos de unión muscular en caderas y piernas, huesos fusionados a lo largo de la pelvis y extremidades traseras proporcionalmente más grandes que delanteras. Pero esa no es la única evidencia de que este animal pasó tiempo bajo tierra.
El registro fósil se inclina hacia animales más grandes, principalmente porque en entornos de llanuras aluviales como el Mussentuchit, los huesos pequeños en la superficie a menudo se dispersan, se pudren o son carroñados antes del entierro y la fosilización
, dice en un comunicado Haviv Avrahami, autor del artículo publicado en The Anatomical Record.
“Fona a menudo se encuentra completo, con muchos huesos preservados en la pose original de muerte, pecho hacia abajo con las extremidades anteriores abiertas y en condiciones excepcionalmente buenas. El que ya hubiera estado bajo tierra en una madriguera antes de morir hizo este tipo de preservación más probable.”
Lindsay Zanno, directora de paleontología en el Museo de Ciencias Naturales, está de acuerdo.
Conservación, una prueba
“Los esqueletos de Fona son más comunes de lo que podríamos predecir para un animal pequeño con huesos frágiles. La mejor explicación de por qué encontramos tantos y los recuperamos en pequeños grupos de varios individuos es que vivían al menos parte del tiempo bajo tierra. Básicamente, Fona hizo el trabajo duro por nosotros, enterrándose por toda esta zona”, explicó.
Los investigadores han encontrado túneles y la cámara del pariente más cercano al Fona, Oryctodromeus, en Idaho y Montana, hallazgos que respaldan la idea de las madrigueras.
El nombre de la especie rinde homenaje a Lisa Herzog, directora de operaciones de paleontología del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte, por sus invaluables contribuciones y su dedicación a la paleontología.
Se quería honrar la mitología indígena de Guam, de donde son mis antepasados chamorros
, dice Avrahami. “En el mito, Fo’na se convirtió en parte de la tierra cuando murió, y de su cuerpo surgió una nueva vida, lo que para mí se relaciona con la fosilización, la belleza y la creación. Es probable que Fona estuviera cubierta de una capa de plumas de colores”.
Fona también es pariente lejano de otro fósil de Carolina del Norte: Willo, un Thescelosaurus neglectus, con adaptaciones para un estilo de vida semifosorial o parcialmente subterráneo, según una investigación publicada en 2023 por Zanno y David Button.