▲ Daniel Piedrahita, tecnólogo agropecuario, está a cargo de la reserva más grande del mundo de orquídeas, un banco genético para evitar la desaparición de especies.Foto Afp
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Periódico La Jornada
Martes 23 de julio de 2024, p. 6
La Ceja., En el noreste de Colombia existe una colección de 25 mil orquídeas, la pasión
de Daniel Piedrahita. Las cultiva exóticas y nativas, regaladas, compradas y hasta clonadas, en un esfuerzo por salvar de la extinción a las especies amenazadas.
Es lo mejor que me ha pasado
, admite el tecnólogo agropecua-rio de 62 años a cargo de una reserva de más de 5 mil tipos de todo el mundo, en el municipio La Ceja, departamento de Antioquia.
Las protege de la deforestación, la principal amenaza de estas flores y muchas otras especies vegetales y animales en Colombia, uno de los países más biodiversos del mundo, que será anfitrión de la Conferencia de las Partes, COP16, este año.
Dentro de dos invernaderos rectangulares se despliegan desde la Cattleya trianae, insignia nacional, hasta la Masdevallia veitchiana, de la inca Machu Picchu, pasando por un clon de la ya extinta Lycaste skinneri, de Guatemala.
La afición de Piedrahita es de larga data y encontró tierra fértil en este país andino con la mayor cantidad de especies de orquídeas y donde se descubren nuevas variedades con regularidad.
Unas tamaño miniatura con diminutas manchas, otras con llamativos pétalos de bordes ondulados.
Es un banco de germoplasma importantísimo, un banco genético, el cual tengo responsabili-dad de cuidar, de no dejar morir ni una planta y que cada una se reproduzca perfectamente
, expresa el fundador del santuario Alma del Bosque.
Unas 20 especies de la reserva están amenazadas y su sueño es reintroducirlas en sus lugares de origen.
El santuario es también laboratorio para multiplicar orquídeas en peligro como la Anguloa brevilabris o la Dracula nosferatu, exclusivas de Colombia.
La clonación consiste en polinizarlas para reproducir un clon puro
y así obtener una cápsula de semilla, que se convertirá en una orquídea tras un proceso que puede durar años.
“Tengo la obligación de volver a poner plantas en la naturaleza», enfatiza. Es mi obligación moral, personal
.
La Lycaste skinneri, flor nacional de Guatemala, fue la primera clonación de Piedrahita hace dos años. De pétalos pálidos y centro amarillo, la orquídea conocida como monja blanca ha desaparecido de su hábitat en el país centroamericano, pero subsiste en su reserva y en otros lugares como el sur de México, donde se encuentra al borde de la extinción.
Ya están en el laboratorio desarrollándose las semillas para que en unos años podamos irnos a repoblar y reintroducir esta especie y (…) que no se nos vuelva a perder
, detalla Piedrahita.
El siguiente paso es clonar las orquídeas colombianas antes de que desaparezcan.