La Habana/Luego de 10 meses de “acoplamiento”, el grupo estatal BioCubaFarma estableció una empresa de capital 100% cubano en la ciudad de Shijiazhuang, en la provincia china de Hebei. Este lunes, la compañía, con un fondo de 500.000 dólares, completó su inscripción y está lista para iniciar sus operaciones, que van desde la importación y exportación de productos farmacéuticos hasta servicios de consultoría.
Para la prensa china, que dio este jueves la noticia del asentamiento definitivo de la corporación cubana en la Zona de Alta Tecnología de Shijiazhuang, la empresa representa una inversión extranjera más, entre muchas. Para la parte cubana, en cambio, es un paso importante en la expansión de sus actividades médico-farmacéuticas y una oportunidad para pactar con Pekín otros acuerdos beneficiosos para la Isla.
Según el medio Sina, se espera que en un futuro cercano BioCubaFarma establezca otro centro, esta vez dedicado a la biomedicina, lo que “profundizará aún más la cooperación” entre ambos países.
- CHECALO -
Según el medio ‘Sina’, se espera que en un futuro cercano BioCubaFarma establezca otro centro
La Zona de Alta Tecnología de Shijiazhuang también tiene especial interés en el establecimiento del grupo empresarial cubano en la región y, durante los meses de acomodo, se produjeron varios intercambios entre los responsables de la zona y los cubanos. El propio representante de BioCubaFarma en Pekín, Su Li, además de varios técnicos y especialistas cubanos y miembros de la Embajada de la Isla en ese país fueron invitados a un recorrido por el área.
El representante chino, por su parte, también visitó Cuba en agosto pasado en un recorrido que incluyó el Centro Cubano de Ingeniería Genética y Biotecnología, los laboratorios AICA –que fabricaron la vacuna Abdala contra el covid-19– y una reunión de trabajo con Mayda Mauri Pérez, quien asumió el pasado febrero la presidencia de BioCubaFarma.
La expansión del conglomerado –que produce el 50% de los productos farmacéuticos de la Isla– a China y el sinnúmero de acuerdos que ha firmado en los últimos meses con empresas rusas parece formar parte de un plan de expansión y búsqueda de autonomía de la estatal del que el Gobierno dio pistas este martes en el programa Cuadrando la Caja.
Antonio Vallín, director de AICA, abordó durante el espacio el “proceso tortuoso” que representa pedir permisos al Estado cada vez que se va a dar un paso o aprobar una inversión extranjera. Muchas veces, admitió, los inversores se desesperan y desisten de dar su dinero a una estatal porque aún no ha llegado el visto bueno de la cúpula. “El inversor no espera”, advirtió el directivo.
Dueño de un largo tramo del programa, Vallín tuvo tiempo de exponer sus propias ideas económicas
Dueño de un largo tramo del programa, Vallín tuvo tiempo de exponer sus propias ideas económicas. “Cuba, con la economía y el tamaño que tiene, y con sus pocos recursos energéticos y minerales, no puede construir una economía basada en sí misma”, zanjó. “Tiene que construir una economía donde Cuba sea un subsistema de una integración mucho mayor con el exterior” y es ahí, precisamente, donde encajan los dos aliados más poderosos de La Habana: Pekín y Moscú.
Este jueves, el centro de innovación ruso Skolkovo aprobó la colaboración en cinco proyectos farmacológicos con BioCubaFarma. Según Prensa Latina, la agencia estima que “las cinco propuestas son moléculas innovadoras primeras en su tipo en el mundo” y una de ellas –diseñada para combatir el Párkinson– ya ha recibido financiamiento ruso desde 2018.
En junio, el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF) anunció que entregaría, en una fase inicial, 11,3 millones de dólares para que BioCubaFarma desarrolle medicamentos contra enfermedades geriátricas y oncológicas. La inversión forma parte de los acuerdos de cooperación rubricados entre el RDIF y un consorcio integrado por la firma cubana y compañías farmacéuticas rusas durante el Foro Económico Internacional que se celebró ese mes en la ciudad rusa de San Petersburgo.
El director general del Fondo, Kiril Dmítriev, explicó entonces que el volumen de las inversiones puede incrementarse hasta los 113 millones de dólares. Precisó, además, que el RDFI está enfocado en atraer al mercado ruso a los mejores fabricantes farmacéuticos del mundo con el fin de localizar la investigación y la producción de medicamentos, sustituir las importaciones y crear una base de producción propia.
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