La Habana/La incapacidad del Gobierno cubano para satisfacer la demanda de los productos más elementales afecta también a sus socios comerciales. Las grandes hoteleras instaladas en la Isla han debido comenzar a importar, desde hace años, parte de los productos que destinan a sus instalaciones. A partir del recrudecimiento de la crisis tras la pandemia, sin embargo, las compañías pasaron de importar para “mantener el lujo” a hacerlo por necesidad.
La última en sumarse a la lista fue Meliá, que a inicios de este año anunció que crearía, con permiso del Estado, una empresa importadora propia. No fue hasta este miércoles, sin embargo, que reveló el propósito concreto de Mesol: abastecer con lencería, medios deportivos y artísticos, menaje de cocina e incluso comida, bebidas y artículos de limpieza a sus hoteles.
La transportación, distribución y almacenamiento de los productos también corren a cuenta de la empresa, que tiene por ahora a su principal proveedor en España, pero busca a otros suministradores en América Latina y el Caribe, donde las facturas serán menos costosas.
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Los «adecuados flujos de compra y entrega», añade el comunicado, ayudarán a mantener la calidad del servicio
Los “adecuados flujos de compra y entrega”, añade el comunicado, ayudarán a mantener la calidad del servicio, mermado por la poca variedad de alimentos, la baja calidad de las comidas y la deficiente limpieza, quejas comunes entre quienes se hospedan en la Isla.
Otras compañías han tomado medidas similares. A inicios del pasado año, cuando la india MGM Muthu Hotels rozaba las 7.000 habitaciones en la Isla, su consejero explicó el plan para mantener surtidas todas las instalaciones. “Vamos a tener dos importadoras en Cuba para traer productos, no solamente que sean insumos de bebidas, sino de todo tipo. Pueden ser muebles, enseres, de todo. Estamos creando ya dos sociedades para ello”, dijo en enero, y en mayo ya una de las empresas de trading para importar desde Portugal era una realidad.
“Tenemos una empresa de trading para importar desde Portugal todo tipo de suministros. Estamos creciendo poco a poco, sin prisa pero sin pausa”, añadió.
En 2022, el Gobierno había concedido a la canadiense Blue Diamond la licencia –acompañada de la gestión exclusiva de 11 complejos en Cayo Largo del Sur– para traer a sus instalaciones los insumos necesarios para mantenerlas. Nutella, mantequilla o kétchup, poco disponibles en Cuba, fueron algunos de los productos prometidos entonces por el vicepresidente de Sunwing Travel Group, dueño de la hotelera. “El derecho a importar y poder controlar la calidad es una gran cosa”, dijo el ejecutivo.
«La importación no puede ser la solución, el país debe ser capaz de proveer con productos nacionales a los hoteles»
Ese mismo año Granma publicó un artículo en el que criticaba que los hoteles importaran gran parte de los productos que necesitaban en su gestión diaria, incluidos los alimentos, cuando, aseveraba, podían conseguirlos en Cuba. “La importación no puede ser la solución, el país debe ser capaz de proveer con productos nacionales a los hoteles y asegurar así la atención al creciente arribo de visitantes, lo cual favorece encadenamientos económicos”, se quejaba.
El texto intentaba explicar la asociación exitosa entre hoteleras y los productores de las localidades donde están instaladas, pero olvidaba señalar que los contratos se hacen siempre a través del Ministerio de la Agricultura, que enflaquece el pago de los guajiros y los desincentiva, a la vez que incumple y es informal con las hoteleras.
En 2017 fue Iberostar quien recibió un permiso para crear una importadora mixta con la cubana Logística Hotelera del Caribe (LHC). La cadena española no aclaró qué pretendía importar, pero explicó que la sociedad, enclavada en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, se dedicaría al comercio mayorista de productos para la hostelería y no sería Iberostar la única beneficiada.
Con el turismo estancado en números similares a los del año pasado, además del descrédito que ha sufrido la Isla a nivel internacional por su situación política y económica, las empresas como Meliá han decidido tomar las riendas e intentar mejorar por su cuenta las estadísticas de sus hoteles. En 2023, de los destinos en los que está encallada la empresa española, Cuba fue el único en el que cayeron los ingresos y la ocupación hotelera estuvo por debajo de lo esperado.
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