Seleccionados entre 140 países para diseñar, construir y lanzar un satélite miniatura, los politécnicos quedaron en el lugar 17 de la Cansat Competition
▲ Integrantes del equipo Cuauhtémoc Aeroespacial antes y después del concurso organizado por la Sociedad Astronómica de Estados Unidos y la NASA.Foto cortesía del representativo politécnico
- CHECALO -
Eirinet Gómez
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de julio de 2024, p. 6
El equipo Cuauhtémoc Aeroespacial, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), obtuvo el lugar número 17 en la Cansat Competition 2024, certamen en el que estudiantes diseñan, construyen y lanzan un satélite en miniatura, que simula una misión espacial. El evento organizado por la Sociedad Astronómica de Estados Unidos y la NASA convocó en Virginia a 40 equipos de distintos países.
Participar en concursos como éstos nos ayuda a crecer como estudiantes e ingenieros, pero también como personas. Al construir y diseñar un artefacto como esos, se aprende de ingeniería espacial, telecomunicaciones y la recopilación de datos, pero durante el encuentro hablas con otros competidores, observas la tecnología que utilizan, compartes ideas, y eso deja muchos aprendizajes
, coincidieron tres integrantes del equipo: Estefanía Hernández Falcón, Sofía Rojas Bravo y Greco Ramsés Aragorn Sainos Piña, entrevistados por La Jornada.
A la Cansat Competition 2024 aplicaron 140 países; de los cuales, 40 equipos procedentes de Argentina, Indonesia, Singapur, Taiwán, Bangladesh, India, Corea, Estados Unidos, Italia, Brasil y México, entre otros, fueron seleccionados para acudir a Virginia, Estados Unidos, con el fin de simular la misión.
El equipo Cuauhtémoc Aeroespacial, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), es una plataforma para la formación de estudiantes en ingeniería aeroespacial y disciplinas relacionadas. Está enfocado en el diseño, construcción y lanzamiento de pequeños satélites (cansat o satélites enlatados) estandarizados que se usan para misiones edu-cativas, científicas y tecnológicas.
A ocho años de haberse creado, en la actualidad está integrado por estudiantes de diversas carreras, como aeronáutica, telemática y mecánica. Algunos de sus miembros son originarios de Chiapas, Tabasco, Morelos, Guerrero, Hidalgo, y Ciudad de México.
Con el propósito de participar en la Cansat Competition 2024, los 11 integrantes del equipo se organizaron en cuatro subsecciones: aerodinámica, circuitos, mecánica y programación, y trabajaron durante más de seis meses para diseñar el pico satélite Némesis I.
De acuerdo con la convocatoria, el artefacto fue diseñado con un peso menor a un kilogramo, del tamaño de una lata de refresco de 355 mililitros, fue puesto dentro de un cohete, y en su interior cargaba un huevo, el cual debía resultar indemne durante la competencia.
Según lo estipulado, se establecieron mecanismos para que fuera capaz de censar condiciones atmosféricas como presión, altitud, temperatura, localización GPS y humedad.
Greco Ramsés Aragorn Sainos Piña, de la subsección de mecánica, relató que para la construcción del satélite, todas las piezas fueron diseñadas, impresas y ensambladas en el laboratorio, mientras los componentes electrónicos se consiguieron con un proveedor
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Estefanía Hernández Falcón, capitana de descenso dentro del equipo, mencionó: hicimos pruebas, muchas pruebas, y si algo fallaba, se rompía o sucedía algún percance, se eliminaba la idea y se proponía una mejora para evitar esas fallas
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Sofía Rojas Bravo, miembro de la subsección EPS, agregó que todo el proceso de diseño y manufactura fue documentado según los manuales de la NASA, donde se incluye desde el diseño preliminar hasta su comportamiento en las pruebas ambientales
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Efectuado en junio, el certamen Cansat 2024 duró tres días: el primero, para dar la bienvenida a los integrantes, dar a conocer las reglas de la participación y generar convivencia entre los asistentes; el segundo, para hacer una revisión del modelo y pruebas para comprobar su funcionamiento, y el tercer día, para el lanzamiento.
El día de la competencia, Némesis I estuvo en su apogeo, pero el aerofreno se zafó antes de tiempo y el descenso con el paracaídas se hizo más lento, fue agarrado por una corriente de aire que lo llevó hacia una zona boscosa, donde el artefacto quedó atorado en un árbol de 40 metros. El equipo pasó más de seis horas buscándolo, antes de localizarlo.
Aunque la misión no salió como se esperaba, el aprendizaje no se detuvo. Expertos nos dieron retroalimentación e hicieron observacio-nes para la elaboración de próximos satélites
, contó Sofía Rojas Bravo.