Abuelitas emprendedoras de El Castillo: 15 adultas mayores se unen para generar sus ingresos

Son 15 adultas mayores de 65 años quienes forman el grupo «Abuelitas de El Castillo», mujeres que han encontrado en la elaboración de manualidades y hasta repelente para moscos, una forma de mantenerse activas, creativas y con la posibilidad de generar sus propios ingresos.

El grupo tiene casi 9 años y aunque algunas de las iniciadoras ya no están, sus integrantes actuales siguen capacitándose e invirtiendo su tiempo en el aprendizaje y la convivencia que las ha hecho formar una familia.

¿Cuál es el proyecto de las abuelitas emprendedoras de El Castillo?

María Magdalena Bello Ortiz, iniciadora del proyecto, señala que han aprovechado el material reciclable para hacer todo tipo de artículos para el hogar o para regalo.

Recientemente, con dos rollos de citronela, un litro de alcohol, aceite para bebé o de uva, y tras un reposo de tres días, lograron hacer su propio repelente.

Incluso, piensan en perfeccionar la técnica aprendida y volverse emprendedoras y es que la citronela es una hierba aromática que se usa a menudo como un repelente natural de insectos.

«Estoy pensando que todo el grupo nos dediquemos a trabajar eso para poder sacar un poco de ingresos tanto para ellas como para la casa, siento que puede ser un buen negocio y convertirnos en emprendedoras y salir adelante», dijo.

¿Cuándo se reúnen las abuelitas emprendedoras de El Castillo?

Los miércoles y jueves, las abuelitas, como ellas mismas se reconocen de cariño, se reúnen a tomar sus talleres desde las 10 de la mañana, con el más reciente -asesoradas por el Instituto Municipal de las Mujeres- lograron crear una loción de citronela perfecta para alejar a los moscos que generan enfermedades.

Dicen que además de ello desayunan juntas y han logrado una hermandad que las motiva a seguir juntas.

La integrante de mayor edad tiene 84 años, pero es en lo que menos piensa, los talleres les ayudan a desestresarse, estar bien, «dejar los problemas en casa y distraernos y convivir».

«Estamos en este taller con lo de huerto, manualidades, teníamos danzón, teníamos lirio acuático, y quisiéramos que se vinieran a integrar con nosotras más señoras”, añade María Magdalena.

Tomasa Rodríguez de 67 años cuenta que tiene dos meses que se sumó al grupo y ha aprendido a realizar distintas manualidades también. Hace unas semanas también aprendió a hacer repelente.

«Ese día nos dieron la botellita y nos dijeron que con gotitas de aceite menen y la citronela y el alcohol podríamos hacerlo. Ya nos lo pusimos y sí sale bueno», confirma.

Su idea es seguir practicando su elaboración para después pensar en venderlo, porque sería además una forma de apoyar a su esposo en los gastos de casa.

«Hacemos cosas de material reciclado, con las de botella hicimos macetas para plantas, aunque se usan para lo que uno quiera. Hasta ahorita no hemos vendido, lo hemos agarrado para nosotros, pero hacemos muchas cosas».

Agrega que el grupo le ha servido para salir de la rutina y al mismo tiempo aprender nuevas habilidades que puede compartir con sus seres queridos como sus tres hijos, 10 nietos y dos bisnietos quienes la han motivado a continuar en él y darse tiempo para sí misma.