Hechos clave:
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Antes del dinero, existía el trueque, para intercambiar objetos mediante acuerdos.
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El término “dinero” proviene de la palabra latina “denarius”, una moneda romana de plata.
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El dinero debe ser una unidad de cuenta, una reserva de valor y un medio de intercambio.
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La sociedad establece el valor del dinero con base en la oferta y demanda que se tiene sobre él.
- CHECALO -
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Bitcoin permite la emisión de dinero y su procesamiento sin una entidad centralizada.
El dinero es un objeto, sea físico o digital, que es reconocido como valioso por un grupo determinado de personas, siendo aceptado de forma generalizada como medio de intercambio de productos o servicios. El dinero, en la actualidad, es la base de todo intercambio comercial por su facilidad de liquidación, su uso como unidad de cuenta y sus capacidades como reserva de valor. Bitcoin, en particular, se muestra como la última evolución del dinero de nuestros tiempos.
Cuando hablamos de dinero, lo primero que se nos viene a la mente son billetes y monedas emitidos por el banco central de un país. No obstante, existen múltiples formas de dinero. Por ejemplo, los lingotes de oro, las piedras preciosas, los cheques bancarios, los préstamos, los bonos financieros, las transferencias digitales y hasta las criptomonedas son otras formas de lo que conocemos como dinero.
Una de las características que comparten los elementos mencionados es que son instrumentos de intercambio indirecto. ¿A qué nos referimos con intercambio directo? Pues, que se usa como un elemento intermedio entre un bien y otro. Las personas reciben billetes por sus servicios en un trabajo y, luego, esos billetes los pueden usar para comprar comida, ropa o disfrutar de otros servicios.
¿Qué significa “dinero” en el diccionario?
Según la Real Academia Española (RAE), el dinero es un medio de cambio o pago aceptado generalmente. Adicional, se señala que la palabra también designa a la moneda de uso corriente y la hacienda/fortuna de una persona.
Para llegar a esta invención del billete, la humanidad ha tenido que hacer ensayo y error con múltiples elementos intermedios. Por ejemplo, se ha utilizado la sal, la piedra y el oro para fungir como la base del comercio de bienes. No obstante, por su dificultad para contabilizar, su falta de escasez o su complejidad para transportar, respectivamente para los ejemplos anteriores, se han visto sustituidos a lo largo de la historia por nuevos formatos del dinero.
En la actualidad, el dinero basado en monedas nacionales (fíat) es el más aceptado y rige la economía. Europa tiene el euro, Estados Unidos el dólar estadounidense, Colombia y Argentina el peso, Venezuela el bolívar y China el yuan, entre otros sistemas monetarios.
Ya son varias décadas desde que el humano comprende al dinero con las monedas fíat, pero no todo es color de rosa. El sistema fíat ha protagonizado penosos eventos de pérdida de poder adquisitivo por emisión desmedida de unidades, casos de corrupción y falta de transparencia en la contabilidad de su valor.
Una de sus mayores vulnerabilidades es la necesidad de que la población tenga que confiar en los bancos centrales, así como en los representantes del Estado y de las entidades bancarias. Es decir, están a la merced de que una entidad corruptible pueda poner en peligro sus finanzas personales sin salvaguardarse.
Efecto Cantillon en el dinero fíat
Richard Cantillon (1680-1734) fue el primer economista en afirmar que todo cambio en la oferta monetaria distorsiona la estructura de una economía. En este sentido, propuso la teoría de que, si un banco central inyecta más dinero en la economía, el aumento resultante de los precios no se produce de forma uniforme. De esta manera, proponen que las primeras personas en recibir el dinero recién impreso (bancos o gobierno) pueden invertirlo o gastarlo al precio del mercado, mientras que la población recibe un dinero ya devaluado con respecto a los bienes y servicios.
Y es, en medio de este fallido contexto que empobrece a los ciudadanos, donde Bitcoin aparece como una respuesta para saldar las problemáticas actuales del dinero y devolver la autonomía monetaria a la población.
¿Moneda y dinero son lo mismo?
Aunque los términos “moneda” y “dinero” se usan como sinónimos y muchas personas consideran que son la misma cosa, en realidad se tratan de elementos relacionados que tratan de explicar fenómenos distintos.
Por ejemplo, ya de entrada el dinero es un concepto intangible. Es decir, una idea que todos tenemos sobre un medio para intercambiar cosas. Las monedas, por otro lado, sí representan objetos que pueden ser vistos, contados o transformados.
Las monedas permiten que los usuarios pueden contabilizar cuánto valor tienen de determinado objeto, bien o servicio. Asimismo, las monedas facilitan el entendimiento de que el dinero puede ser intercambiado por otras unidades con valor similar — monedas de otros países, por ejemplo— o que su valor es divisible —no es lo mismo 100 euros, en billetes de 20 euros o de 5 euros; siendo todas unidades de un mismo sistema con distinto valor.
¿Cuál es el origen de la palabra moneda?
Al igual que dinero, “moneda” es una palabra cuyo origen es del latín. El taller en Roma donde se fabricaban los primeros objetos para representar el dinero, como los denarios y los áureos, se encontraba en una colina junto al templo de la diosa Juno Moneta (Juno la Avisadora). De esta manera, la palabra moneda oculta un significado de advertir, avisar o, incluso, demostrar. Esta última muy a tono con la utilidad que tienes las monedas: demostrar el valor de las cosas.
¿Cómo el humano creó el dinero?
Para saciar sus necesidades, los humanos se han visto forzados a comerciar. Esto, principalmente, porque no todos los recursos se encuentran en manos de la mayoría. Mientras una persona sabe trabajar la tierra, otra tiene acceso a la pesca y otras a habilidades artísticas. El deseo de adquirir aquello que no poseemos, llevo a los humanos a intercambiar sus bienes con otras personas o pueblos.
En un principio, los humanos compraban lo que no tenían a través del trueque. En este sentido, se hacía una permuta de objetos, donde una persona podía intercambiar un animal como un burro por quince sacos de arroz, dos jarrones de cerámica o tinta para escribir. Las personas utilizaban sus propiedades como medio de pago y unidad de valor.
Sin embargo, era un método poco práctico, ya que se necesitaba una coincidencia de deseos. ¿Qué es esto? Pues, los individuos involucrados en el intercambio debían querer lo que el otro ofrecía y estos objetos debían tener un valor equivalente. Es decir, si se vendía un burro, el vendedor debía querer los sacos de arroz que el comprador estaba ofreciendo o considerar que hubiese equivalencia de valor entre ambos objetos. De lo contrario, no se llevaría a cambio el trueque.
Mientras las comunidades crecían cada vez más y la producción de objetos se diversificaba, se hizo cada vez más difícil llevar a cabo el trueque. Entonces, se volvió necesario encontrar un elemento medio o instrumento base para todo cambio.
¿De dónde proviene la palabra “dinero”?
Según los diccionarios etimológicos, la palabra dinero está íntimamente relacionada con las medidas de cuenta. En el latín, hace referencia a una moneda romana llamada denarius, que significa cada diez y representaba este valor en plata. La palabra fue evolucionando al árabe como “dinar” para nombrar una moneda de uso común entre varios países de la región. Finalmente, en la España medieval mutó a “dinero” para indicar a la moneda que se aceptaba en las regiones de Castilla, Aragón y Cataluña.
Las comunidades empezaron a utilizar como medio de intercambio ciertos objetos específicos con valor comunitario. Por ejemplo, la sal era valiosa al permitir salar los alimentos y hacerlos más perdurables. El oro y las perlas, otros materiales preciosos, eran hermosos, escasos y duraderos. De esta manera, se empezaron a utilizar como un intermedio para vender otros objetos de uso no tan común y perdurables, como podía ser el caso de los animales o los servicios.
Es decir, el dueño del arroz y el del burro no tenían por qué tener las mismas necesidades básicas para poder comerciar sus bienes. Gracias a estos instrumentos de cambio se podía percibir una ganancia de las propiedades que, luego, se podía intercambiar por cualquier objeto de deseo; los objetos se habían vuelto dinero.
Buscando maneras sencillas de contabilizar bienes, transportar su valor e intercambiar objetos, pronto el ser humano desarrolló las primeras formas de monedas y palabra escrita que conocemos hoy en día. ¿Y a quién debemos agradecer este avance? Pues, a los mismos comerciantes. El término “token” tiene más de 8.000 años de antigüedad, siendo una de las primeras representaciones físicas de lo que el humano comprendería como dinero.
Los tokens se crearon en Sumeria, siendo pequeñas fichas de arcilla o piedra que se utilizaban para contar cuántas unidades de granos, telas, animales o bebidas había en un lugar. Es decir, en un principio se trataba de una especie de libro de contabilidad, como la red de Bitcoin, donde se llevaba un registro minucioso de qué propiedades se tenían.
Con el paso de los milenios, el uso de unidades solo para su contabilización quedó en desuso. Para el año 5.000 de nuestra historia, en China se creaban las primeras monedas. Sería una respuesta directa a lo difícil que resultaba comerciar con trueque y materiales preciosos como el oro. Como eran objetos cuyo valor estaba en su peso y se necesitaba cargarlos para el intercambio, el humano vio en los tokens una oportunidad para representar valor cambiario.
En occidente, los romanos serían los primeros en desarrollar un sistema para representar cada lingote de oro, plata o bronce. Dependiendo del peso de la pieza, se acuñaba una moneda que podía intercambiarse como si fuera el mismo lingote. En este contexto, aparece el áureo de oro, el denario de plata, el sestercio de bronce y el as de cobre.
La centralización de la emisión de monedas
El Estado romano era el único capacitado para emitir monedas de plata, como el denario. Estas monedas se usaban para costear los gastos del gobierno, como el sueldo de las legiones y funcionarios. Esta práctica, luego, la adoptarían los billetes fíat emitidos por bancos centrales que representan el poder económico de un país. Bitcoin se crea en gran medida para evitar que la emisión del dinero esté únicamente en manos de una cúpula, quienes pueden manipular la masa monetaria a beneficio de unos pocos.
Para el siglo 10, después de Cristo, es que los primeros billetes se introducen al mercado. Fueron creados en el periodo del emperador mongol Kubali Khan, siendo representaciones de materiales preciosos resguardados en bóvedas. En Europa los billetes colaron fue en el siglo 16, siendo estos respaldos de oro o plata depositados en el Banco de Estocolmo.
La aparición de los billetes, y posteriormente de las tarjetas de crédito y las transferencias electrónicas en el siglo 19 y 20, se trataron de evoluciones del dinero. Los individuos necesitaban formas aún más sencillas de llevar a cabo los intercambios monetarios que hacían, así como buscaban maneras de financiarse que no dependieran del movimiento de grandes sumas de monedas u objetos valiosos.
La primera devaluación de una moneda
La humanidad vivió su primera devaluación monetaria en el imperio romano, cuando el sobrino nieto de César, Cayo Octavio (Augusto), subió al poder e implementó un nuevo régimen monetario. En este nuevo sistema, las monedas como los aureus o denarios bajaron su densidad en metales preciosos. Asimismo, se implementó una nueva moneda de latón, un metal mucho más barato.
Bitcoin es considerado una de las últimas versiones del dinero. Satoshi Nakamoto, el creador de esta criptomoneda, señala en su libro blanco que el dinero fíat y electrónico tenían una gran vulnerabilidad: la necesidad de confianza en un tercero.
Los sistemas tradicionales funcionan con una entidad centralizada capaz de revertir transacciones fraudulentas. Pero, también, esta centralización expone a los usuarios a censura, bloqueo de transacciones y la posibilidad de manipulación de la contabilidad del dinero.
Bitcoin, al introducir un sistema persona a persona capaz de procesar transacciones y emitir monedas sin necesidad de una entidad centralizada, revoluciona la manera en que se ha pensado el dinero en los últimos años de la humanidad.
1 ¿Cuáles son las funciones del dinero?
Según Saifedean Ammous, autor del libro El patrón Bitcoin, “ser instrumento de cambio es la función por excelencia que define el dinero”. Y aunque esto es muy cierto, el dinero tiene tres funciones que lo convierten en un instrumento para mover valor económico a través del tiempo y el espacio.
Estas son:
Principalmente, el dinero funciona como un intermediario para adquirir bienes y servicios. Con una moneda u otra representación de valor, los individuos pueden vender y comprar propiedades, pedir préstamos o gozar de ciertos servicios. En el caso de bitcoin, esta criptomoneda ha sido aceptada para la compra de casas, carros y hasta pizzas.
La unidad de cuenta se refiere a la capacidad del dinero de expresar el valor de otros bienes y servicios. Las monedas fiat, como el dólar, el peso o el euro, son utilizadas para indicar el precio de objetos en tiendas. Bitcoin, por ejemplo, es utilizado como elemento comparativo de valor con otras monedas o fortunas.
El dinero permite acumular valor y mantenerlo en el tiempo, una característica a la que se le conoce como reserva de valor. Anteriormente, con el trueque, existían bienes que se dañaban con el paso de los días o meses (como la comida). En este sentido, para adquirir un bien en otra región o para que las riquezas no se devalúen, se necesita un instrumento capaz de resistir el paso del tiempo. El oro ha sido por mucho tiempo la reserva de valor por excelencia, Bitcoin apunta a destronarlo.
2 ¿Cuáles son las características del buen dinero?
Además de las funciones básicas del dinero, los medios de intercambio también pueden cumplir una serie de características que lo convierten en lo que se conoce como “buen dinero”. Es decir, un objeto intermediario de valor que sea efectivo a la hora de pagar por bienes y servicios.
Se refiere a la propiedad del dinero para ser dividido o fragmentando en unidades más pequeñas de él mismo. A diferencia de metales preciosos que fueron una de las primeras formas de representar valor, el dinero actual es mayoritariamente divisible lo que facilita su intercambio. Redes como Bitcoin tienen grandes unidades como el BTC, pero esta unidad también puede ser dividida en centésimas de sí misma conocidas como satoshi. Para ser exactos: 100,000,000 satoshis por cada bitcoin.
La fungibilidad en el dinero hace referencia a la capacidad que tiene de ser intercambiado por otras unidades o representaciones equivalentes sin perder valor. El dinero promete uniformidad, lo cual facilita su intercambio comercial. Los billetes tienen distintas nominaciones, permitiendo pagar una compra con 50 dólares de la misma manera que cancelar con una moneda de 30 y otra de dólares. Bitcoin logra esta característica con sus unidades equivalentes, donde 0,1 BTC en el monedero de Satoshi Nakamoto vale lo mismo que 0,1 BTC en el monedero de cualquier otro usuario de la red.
El dinero como sistema está creado para que no se dañe fácilmente con el paso del tiempo, las condiciones climáticas o el constante uso. En el caso de los billetes, si una unidad se daña se puede crear otra igual. Los metales preciosos, como el oro, pueden durar siglos. Bitcoin, al tener un registro inmutable distribuido en distintas partes del mundo y con múltiples computadoras conectadas, permite crear una red indestructible.
El dinero existe para facilitar el movimiento de fortunas y capitales. En vez de transportar kilos de oro o una vivienda, un mejor instrumento de cambio representa su valor sin necesidad de ser pesado o difícil de movilizar. Las transferencias electrónicas bancarias, y las tarjetas de débito y crédito permiten a los usuarios acceder a su capital sin llevarlo todo el tiempo. En el caso de las stablecoins o bitcoin, el propietario solo necesita un dispositivo electrónico para acceder a su fortuna.
El buen dinero tiene como característica el tener una circulación limitada y hasta finita, a esto se le conoce como escasez. La escasez es útil en los medios de intercambio ya que facilita su contabilidad y permanencia de valor, al ser difícil introducir nuevas unidades en la economía. El oro ha sido uno de los medios de intercambio más escasos que se conozcan, aunque Bitcoin con su suministro no mayor a 21 millones de unidades lo convierte en el rey de la escasez.
3 ¿Cuáles son los distintos tipos de dinero?
Como hemos mencionado anteriormente, el dinero es un concepto abstracto que tiene distintas representaciones físicas o digitales. De esta manera, nacen las clasificaciones del dinero, tales como:
- Dinero mercancía o “real”: define a todo medio de intercambio cuyo valor proviene del bien que lo compone. Por ejemplo, la sal, el cacao, el café o las pieles de animales son dinero real. Este sistema se utilizaba, sobre todo, en los tiempos precolombinos y las primeras civilizaciones humanas. Bitcoin podría considerarse en un bien “real”, puesto que su valor se basa en la seguridad de su código y los beneficios de su sistema.
- Dinero representativo: Se le considera dinero representativo a todo aquel bien u objeto que sea utilizado como respaldo para la emisión de una moneda. Por ejemplo, el petróleo, el oro, la plata y hasta ciertas divisas pueden usarse para respaldar la emisión de monedas que representarían a los instrumentos anteriores. En el caso de las criptomonedas, las stablecoins serian de los activos digitales que funcionan como dinero representativo.
- Dinero “fíat” o por decreto: Toda moneda cuyo valor es decretado y legitimado por un Estado, se le considera dinero fíat. Se trata de monedas cuya circulación y política monetaria es administrada por bancos centrales, construyendo su valor con base en la confianza de un país o producto de la adopción forzosa. El dólar, el yen, el euro y muchas otras monedas nacionales se basan en esta premisa al ser emitidos por un banco central y abalados por el Estado.
- Dinero fiduciario: Este término originario de la voz latina fides, que se traduce en confianza, trata de aquellas monedas u objetos que la comunidad escoge y confía como medio de pago. En este sentido, es similar al dinero fíat, ya que no está respaldado por un bien físico (como una materia prima), sino en la promesa de pago y liquidez del ente emisor. Por ejemplo, Bitcoin es una moneda fiduciaria, puesto que los usuarios confían en que el sistema no falla y las transacciones siempre serán verificadas de forma correcta.
- Dinero electrónico o e-money: Con el paso de los años y la evolución del dinero, el hombre ha dejado a un lado las representaciones físicas y se ha adentrado en los registros electrónicos. De esta manera, existen sistemas informáticos que permiten mantener una contabilidad sobre el valor de las cosas y llevar a cabo operaciones financieras. Las transferencias bancarias, las monedas digitales y las criptomonedas son un ejemplo de los últimos adelantos en este terreno.
4 ¿Quién crea el dinero y cómo?
Como muestra la historia, el dinero se crea por la adopción de un objeto como medio de cambio. Es decir, nace espontáneamente de la necesidad y el ingenio humano. No obstante, desde la creación de los sistemas monetarios (como el denario romano), la creación del dinero es manejada en gran medida por el Estado.
Cuando se crearon las primeras monedas fíat, como el dólar americano, se determinó que cada una de sus unidades fuese diseñada, aprobada y emitida por organizaciones económicas centralizadas como los bancos centrales.
¿Qué es un banco central?
Los bancos centrales son entidades regulatorias que se encargan de ejecutar las políticas monetarias de un país, monitorear la economía y gestionar la moneda de un país. Para ello, los bancos centrales cumplen la función de definir el sistema monetario, la circulación de este dinero, supervisar las entidades financieras y prestar liquidez a los bancos privados.
Posiblemente por esta creencia arraigada en la sociedad, portales como Wikipedia afirman que para que un instrumento de cambio sea dinero “tiene que estar avalado o certificado por una entidad emisora” que le da confianza y legitimidad. Sin embargo, la historia del dinero y su evolución más nueva, Bitcoin, apuntan a que no se necesita de un ente central para crear nuevas unidades monetarias.
Por ejemplo, para no irnos lejos, hoy no son los bancos centrales los que producen el grueso del dinero de un país. Los bancos privados, como intermediario financiero, son el principal participante en crear dinero. ¿Y, cómo lo hacen? Pues, gracias a captar el ahorro de los depositantes y, luego, prestárselos a otras personas que necesitan financiación.
¿Cómo funcionan los bancos privados?
En la práctica, los bancos modernos no mantienen la totalidad del dinero de los depositantes, puesto que no están obligados legalmente a ello. Al contrario, los bancos mantienen únicamente una fracción del dinero de sus clientes. A esto se le conoce como reserva fraccionaria y, en casos como Europa, está permitido que los bancos solo tengan el 1% del dinero del cliente disponible para su retiro. El dinero restante lo pueden utilizar para hacer préstamos, de los cuales podrán sacar intereses por prestación.
En este sentido, los bancos privados no imprimen dinero (esa es la tarea del banco central), pero si llevan una contabilidad del dinero de sus depositantes, los préstamos que realizan y el capital que pagan los usuarios por dichos préstamos. De esta manera, pueden usar 900 dólares de la cuenta de ahorro de un cliente que tiene 1.000 dólares depositados, prestárselos a un tercero y el dinero de este, al depositarlo en el banco, puede ser nuevamente prestado a una cuarta, quinta y hasta sexta persona.
Esta multiplicación del dinero mediante préstamos se traduce en un cambio en la masa y las políticas monetarias del país Pues, al multiplicarse el valor de la moneda, los bancos centrales se ven en la obligación de crear nuevas unidades.
No obstante, crear dinero no siempre funciona así y menos es una práctica saludable. El uso del capital de los clientes para crear más poder económico es ampliamente criticado poque genera una distribución desigual de las riquezas. Asimismo, en el caso del sector bancario, hace vulnerable a los ciudadanos de corridas bancarias. Un fenómeno en el que muchos usuarios retiran dinero de sus cuentas bancarias al mismo tiempo hasta dejarlo inoperable por no disponer de la totalidad de los depósitos de sus clientes.
Asimismo, existen Estados que imprimen nuevas unidades de moneda sin realmente haberse generado un crecimiento económico. La creación indiscriminada de dinero genera inflación en el mercado de un país, un evento que a largo plazo empobrece a la población y su poder adquisitivo.
Bitcoin se presenta como una solución a este problema, ya que propone una política monetaria programada en código y defendida por una red descentralizada de nodos, capaces de evitar cualquier transacción que conflictúe estas normativas. Esto permite que la emisión de activos no pueda ser alterada por una entidad de forma arbitraria ya que iría contra las reglas de la red y crearía una versión que el resto de los nodos rechazaría.
5 ¿Por qué el dinero tiene valor?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que “el valor” es una medida de equivalencia o relación de un objeto con otro. En este sentido, el valor es mutable y se conforma con base en la comparación de múltiples factores.
Por ejemplo, el valor del dinero está muy arraigado en su capacidad de usarse como medio de pago. Cuando una moneda es ampliamente adoptada por una comunidad y se puede adquirir cualquier bien o servicio con ella, el valor de esta se sustenta. En este caso, el dólar americano, que es aceptado en toda casa de cambio por otras monedas nacionales, es altamente valioso.
La capacidad de reserva de valor del dinero también es un punto a favor para el aumento de su valor percibido. Que una moneda nacional pueda mantener su precio relativamente estable, como el euro o el yen japonés, lo convierten en un bien apreciado y con utilidad.
Por otro lado, si estamos hablando de dinero cuya producción es limitada, como es el caso del oro, la plata, el petróleo o de Bitcoin, no son pocas las personas que utilizarían este medio para resguardar sus fortunas. Después de todo, un bien que es escaso y demandado tiene mayor probabilidad de que su precio aumente con el paso del tiempo.
6 ¿Por qué Bitcoin es dinero?
Al ser una moneda construida a base de códigos y el desconocimiento sobre su funcionamiento, algunas personas cuestionan si Bitcoin es dinero o si acaso tiene valor. No obstante, se trata de un instrumento de cambio que cumple con todas las características propias del buen dinero.
Bitcoin funciona como medio de intercambio para pagos en línea o en persona, así como también es una moneda de curso legal en países como El Salvador. En cuanto a sus características de unidad de cuenta, aunque la volatilidad de su precio pone en entredicho esta función, la criptomoneda se ha convertido en una referencia para representar el valor de mercados de lujo.
¿Qué tanto se usa Bitcoin como medio de intercambio?
Actualmente, Bitcoin mueve un volumen de intercambio de casi 40 millones de dólares diarios. Un promedio de transacciones confirmadas al día de más de 600.000 unidades. En cuanto a direcciones activas al día, los números rondan las 400.000 direcciones. Estas métricas demuestran el amplio uso que tiene Bitcoin como medio de intercambio.
El caso de uso más extendido de Bitcoin es, quizás, su función de depósito de valor. A nivel de código, Bitcoin está programado para que su suministro sea limitado y su emisión controlada. En este sentido, es una moneda que no se devalúa por las políticas monetarias en favor del pago de deudas, cosa que sí ocurre con el dinero fíat. Por estas características, a Bitcoin se le conoce como “el oro digital” y es utilizado para resguardar valor.
Por si fuera poco, la manera en que Bitcoin ha ganado valor con el paso de los años responde a la forma natural en la que cualquier objeto se ha convertido en una moneda de cambio.
Bitcoin es dinero fiduciario. El valor de la criptomoneda no se basa en la confianza depositada en una entidad centralizada, sino en el código desarrollado por Satoshi Nakamoto, auditado por múltiples desarrolladores, las políticas monetarias consensuadas por la comunidad y los nodos/mineros que mantienen la red activa. Asimismo, puede ser considerado dinero mercancía/real, ya que su valor reside en la red que lo compone y en sus capacidades tecnológicas.
Las personas que usan Bitcoin confían en que su sistema es robusto y transparente, así como lo perciben como la última evolución del dinero. Y es que, tomando en cuenta la historia del dinero fíat y sus constantes problemáticas para mantener el valor a lo largo del tiempo, Bitcoin sobresale como una alternativa capaz de resolver estas problemáticas y convertirse en el último mejor dinero creado por la humanidad.
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