Pixar lo clava con Ansiedad en ‘Inside Out 2’

Ya sabíamos que Ansiedad tendría un papel esencial en Inside Out 2, pero era difícil imaginar lo bien representada que iba a estar. Pixar lo ha hecho otra vez. Ha conseguido describir el funcionamiento de la mente humana de una forma tan simple como acertada. Las nuevas emociones de Riley son un claro ejemplo de lo que pasa por nuestras cabezas en la adolescencia. Las emociones básicas se intensifican en unas ocasiones y se reprimen en otras, mientras que la vergüenza, la ansiedad y el hartazgo se apoderan de la mayoría de nuestros pensamientos. Además, si bien la envidia ya estaba algo presente en la infancia, resulta que en la adolescencia, cuando pertenecer al grupo se convierte en el centro de nuestras vidas, cobra una nueva relevancia.

Pero la que manda es la ansiedad y eso se refleja perfectamente en la película. Esto no quiere decir que en la infancia no se pueda sentir esa emoción. A veces, por desgracia, aparece muy pronto. Especialmente en los últimos tiempos. Pero, sin duda, la adolescencia es una etapa clave, pues nuestras vidas experimentan un gran número de cambios que pueden llegar a superarnos. Además, todo eso ocurre a la vez que el cerebro se encuentra en plena maduración, por lo que todo se vive más intensamente.

La forma simplificada de representar la ansiedad en Inside Out 2 sería la de un personaje que toca todos los botones de la sala de control, impidiendo al resto de emociones que hagan su parte. Y así es. Pero también hay otras cuestiones mucho más específicas en las que Pixar demuestra otra vez que se ha asesorado muy bien para describir cada emoción. Vamos a hablar sobre ello, pero ten en cuenta que hay algunos spoilers. Si aún no has visto la película, quizás deberías guardar este artículo para cuando lo hagas. 

¿Para qué sirve la ansiedad?

Como todas las emociones, la ansiedad es realmente necesaria. Evolutivamente la desarrollamos para estar alerta ante las situaciones peligrosas. Por ejemplo, pensemos en uno de nuestros antepasados, que sale a recolectar frutos para el desayuno y de repente se topa con un león. Ante este inesperado encuentro, tiene dos opciones: huir o luchar. Si existe la posibilidad de huir, siempre será la mejor opción. Pero a veces no queda más remedio que luchar.

En ambos casos, el cuerpo debe prepararse, por lo que las funciones que en ese momento no son necesarias, como la digestión, dejan de recibir la energía que será mucho más útil en los músculos. Estos, además, se tensan, preparados para ponerse en marcha. La respiración y el ritmo cardíaco se aceleran, las pupilas se dilatan… Cualquiera que haya sentido alguna vez ansiedad conoce de sobra estos síntomas: calambres musculares, temblores, respiración acelerada, palpitaciones, dolor de estómago… 

Ya no es habitual que nos topemos con un león, pero nuestro cuerpo sigue poniendo en marcha la ansiedad ante los peligros de estos tiempos: un examen, una reunión de trabajo, un coche que se salta un STOP… Estar alerta ante cualquiera de esas situaciones es bueno. La ansiedad es muy útil en esos casos. El problema es que a veces llega a apoderarse de nosotros. Se extreman los síntomas o incluso se detectan como amenazas situaciones que realmente no lo son. Ahí es cuando la ansiedad puede requerir que acudamos a terapia.

En Inside Out 2, Ansiedad aparece junto al resto de nuevas emociones, muy contenta por poder trabajar con las antiguas. Sin embargo, poco a poco empieza a volverse más posesiva, impidiendo que las emociones básicas toquen los mandos. Al principio sale bien. Riley hace nuevas amigas, se vuelve popular, siente que encaja… La amenaza de pasar al instituto, en un centro en el que no estarán sus amigas de siempre, parece resolverse a la perfección. Pero todo se va al traste poco a poco.

La salud mental representada en Inside Out 2

A las emociones veteranas no les parece bien que Ansiedad se apodere de los mandos, por lo que inician una discusión. Ella no quiere colaborar, así que las encierra en un tarro insistiendo en que todo es por el bien de Riley. Aquí se representa cómo cuando somos adolescentes a veces reprimimos las emociones, porque la ansiedad se apodera de todo lo demás.

Es cierto que, inicialmente, lo hace por el bien de Riley. Ya hemos visto que la ansiedad es necesaria. Nos ayuda a estar alerta. Poco a poco, la nueva emoción sigue encargándose de los mandos y logrando nuevos éxitos para la niña.

Pero cada vez necesita más. Quiere tenerlo todo controlado. Pone a la imaginación de Riley a trabajar en busca de posibles futuros. Esto es algo normal hasta cierto punto. Nuestro cerebro tiene la capacidad de utilizar la información del pasado y el presente para hacer predicciones del futuro basadas en la experiencia. Pero, lógicamente, esto no es siempre posible. Si el futuro se puede predecir, es más fácil estar alerta ante posibles peligros. Pero si no se puede, se genera incertidumbre y, con ella, ansiedad. Esa ansiedad ya no solo nos mantiene alerta. También nos hace empezar a imaginar posibles futuros alternativos.