▲ Escena de La isla de los nahuales, obra sobre el valor de los amigos, la familia y el trabajo.Foto cortesía de Marco Lara
Daniel López Aguilar
- CHECALO -
Periódico La Jornada
Martes 25 de junio de 2024, p. 9
De la mano de personajes inspirados en los sones tradicionales de Veracruz, los niños y jóvenes pueden emprender un viaje que combina la magia del arte escénico y sonoro en el reconocimento del valor de los amigos, la familia y el trabajo en equipo.
Las compañías Púrpura de Cascabel y Teatro de Quimeras presentan la puesta en escena La isla de los nahuales, en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico. El montaje fue escrito y dirigido por Martín López Brie, con dirección musical de Gabriel Rojas.
El grupo Púrpura de Cascabel componía una serie de sones originales mientras manifestaba su interés por contar una historia sobre las raíces de los sones, música veracruzana que forma parte de la mexicanidad. Esa es la semilla de esta iniciativa
, explicó López Brie en entrevista con La Jornada.
Durante el desarrollo de la historia me invitaron a colaborar, me enamoré de la música y del concepto en general. Después escribí un texto a partir de las canciones, y una vez que la historia estaba completa, se compusieron más piezas musicales.
La trama narra la historia de Canelo –joven de 10 años, de origen humilde, padre ausente y madre trabajadora– que debe ir al mercado a conseguir una medicina para su hermana enferma. En el camino, un hombre abusivo y poderoso de la zona, conocido como Gavilán, lo engaña, le roba el dinero y lo humilla.
Para recuperar lo perdido y conseguir el medicamento, Canelo hará un viaje por la isla de los nahuales, donde conocerá personajes raros y misteriosos, aprenderá las raíces del son y de su pueblo para después enfrentarse a Gavilán, quien ahora lo persigue.
El elenco lo integran Gabriel Rojas, compositor de las piezas, quien también interpreta a varios personajes, entre ellos El Piojo; Carlos Valgañón (La Iguana y Cocoa, hermana de Canelo); Mónica Bajonero (la madre, la Petenera y la Tarasca); el cantante de ópera Mauricio Jiménez Quinto (el Gavilán), y Kaleb Oseguera (Canelo). El equipo de producción está a cargo de Marco Liramark y José Ochoa.
No tenemos fórmulas creativas. Pero cada montaje apela a una reflexión; las herramientas de trabajo que usamos son: la estructura de viaje del héroe, común en cuentos populares, mitos y leyendas, o la función de las canciones en una obra de teatro musical
, añadió López Brie (Buenos Aires, 1975).
“La historia de Canelo es una lucha por la dignidad y la justicia, aunque el personaje, en un principio, no lo sabe. ¿Por qué está ausente su padre? ¿Por qué no les alcanza para comprar medicina? ¿Por qué un sujeto abusivo, estafador, adinerado, es la persona más poderosa del pueblo? Aunque parezca ficción, se trata de una historia muy cotidiana.
“La música es en vivo, incluso los efectos sonoros y de ambientación. La escenografía es minimalista: un piso de yute para definir el espacio y un ciclorama de manta. Todo lo demás es construido por la sonoridad y la iluminación, aunado a la imaginación del espectador.
Las artes nos sirven para enfrentar las injusticias. En este viaje de aventuras, los pequeños espectadores se van a divertir, conmover e imaginar. Es una forma de honrar la belleza del mundo, tantas veces expoliada por los poderes inhumanos que buscan ganancias sobre todas las cosas
, concluyó el dramaturgo y director teatral.
La isla de los nahuales tendrá sus últimas funciones este sábado y domingo a las 13 horas en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico (Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, alcaldía Álvaro Obregón). Los boletos cuestan 250 pesos.
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