Ayer, 20 de junio, la selección española de fútbol se clasificó para los octavos de final de la Eurocopa tras ganar a Italia por 1 gol a 0. Fue un partido en el que España tuvo muchas ocasiones de gol, especialmente en la primera parte. Sin embargo, a pesar de todos los lanzamientos a puerta fallidos, el único tanto lo marcó el italiano Riccardo Calafiori tras un centro de Nico Williams que apenas tocó levemente en Morata. Después de ese leve toque, el jugador del Bologna F.C. quiso despejar el balón, pero acabó rematando y marcando un gol en propia puerta. Llegados a este punto, según la ciencia, Calafiori debería haber marcado algún gol en portería española, pero por suerte para la Roja en este caso no se cumplieron las predicciones.
En 2020, un equipo de científicos alemanes publicó un estudio en el que se analizaba la reacción de los futbolistas a los goles en propia puerta. Cabe destacar que solo se tuvieron en cuenta los tantos marcados en la Bundesliga alemana. No se analizó ninguna Eurocopa ni ningún otro campeonato. Eso hace complicado extrapolar los datos, pero igualmente es curioso leer sus resultados.
Los investigadores estudiaron 889 casos de gol en propia puerta, marcados en la Bundesliga en los últimos 50 años. También tuvieron en cuenta el desempeño de los jugadores que marcaron los tantos en el resto del partido y comprobaron que, por lo visto, el fallo suele darles alas para jugar mejor y resarcirse con un gol en la portería contraria. No pasó ayer con Italia, pero es bastante más común de lo que parece.
Siempre positivo, nunca negativo
Este estudio alemán constó de dos partes. En la primera, se analizaron los 889 casos de gol en propia puertas ocurridos en 50 años de Bundesliga y el desempeño posterior de los futbolistas. Después, en la segunda parte se entrevistó a futbolistas aficionados sobre cuatro parámetros: rendimiento grupal, rendimiento individual, imagen pública individual e imagen pública grupal.
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Así, vieron que es “particularmente probable” que los futbolistas marquen un gol compensatorio al gol en propia puerta durante el mismo partido. Esto podría hundirles, pero en realidad les da la motivación para seguir jugando en pos de un mejor rendimiento del grupo.
Los autores creen que se debe a la necesidad social que tenemos los seres humanos de pertenecer a un grupo. Psicológicamente, podría ser que aumentemos los esfuerzos compensatorios cuando un error propio pone en riesgo al grupo. Esto podría hacerse incluso inconscientemente. Cabe destacar que los autores de la investigación reconocieron que podría ser que este efecto se dé siempre que marque el otro equipo, aunque no fuese por un gol en propia puerta. No obstante, el hecho de que la desventaja se deba a un error propio parece impulsar hacia un esfuerzo mayor.
Del primer gol en propia puerta a la Eurocopa 2024
El primer caso de gol en propia puerta registrado en la historia del fútbol tuvo lugar en 1877 en Inglaterra, en un partido entre el Wanderers y el Oxford University. Curiosamente, el autor fue el propio portero del Wanderers, Arthur Kinnaird, quien después de parar el balón dio un paso hacia atrás con él en la mano y lo introdujo en la portería. A pesar de sus quejas, el tanto subió al marcador del Oxford University, aunque Kinnaird, que era un hombre con mucho poder en la Inglaterra de la época, logró invalidarlo después de la finalización del partido.
En ese caso, dado que el error fue del portero, habría sido imposible compensarlo con un gol en portería contraria.
Desde entonces, prácticamente todos los campeonatos han tenido casos de goles de este tipo. A veces se ha cumplido el estudio de la Bundesliga y a veces no. Pero lo cierto es que sí que hay bastantes ejemplos que lo apoyan en otros campeonatos. De hecho, en la actual Eurocopa ya ha habido uno.
Ocurrió el pasado 19 de junio en el partido entre Croacia y Albania. El jugador albano Klaus Gjasula marcó un gol que puso a Croacia temporalmente como ganadora del partido. No obstante fue él también quien marcó el gol del empate en pleno descuento, en el minuto 90+5.
Parece que un gol en propia puerta sí que puede hacer que los jugadores redoblen los esfuerzos para compensarlo. ¿Habrá más casos en lo que queda de Eurocopa?
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