A pesar de no estar reconocida médicamente, en muchos ámbitos la diabulimia se considera el trastorno de la conducta alimentaria (TCA) más peligroso del mundo. Se le calificó así en un documental emitido en 2017 por la BBC, pero cada vez más personas le dan ese calificativo. Y no es para menos. Las personas que la sufren son pacientes con diabetes tipo 1 que deciden disminuir o abandonar el tratamiento con insulina con el fin de perder peso. Esto no solo conlleva los problemas físicos y mentales normales de cualquier TCA. También supone un gran riesgo por el avance de la diabetes sin tratar.
Se conocen casos de personas que han estado a punto de someterse a amputaciones a causa de la diabulimia. Los problemas circulatorios resultantes de la diabetes llegan a ese extremo si no se trata. También puede producir ceguera, fallo renal o enfermedades del sistema nervioso.
Es importante diferenciar este término de las personas diabéticas que desarrollan un TCA. Si siguen administrándose la insulina con normalidad, lo que les ocurre no puede considerarse diabulimia. Este nombre solo se da a quienes buscan esa vía tan rápida como peligrosa para adelgazar.
Diabulimia: un trastorno desconocido pero mortal
Los científicos que han estudiado la diabulimia no se ponen de acuerdo a la hora de darle una descripción médica. Por eso, no hay una clasificación establecida para este TCA. Aun así, cada vez son más los investigadores dispuestos a estudiarla. Por ejemplo, en 2019 el equipo de la doctora Marietta Stadler, del King’s College Hospital de Londres, recibió 1,5 millones de dólares para llevar a cabo una investigación con pacientes de diabulimia. Según ella, los testimonios de los pacientes son esenciales para comprender este TCA. Una vez que lo comprendiese mejor, tenía previsto desarrollar un tratamiento compuesto por 12 sesiones, cuya preparación duraría 5 años.
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De momento no hay nada implantado, aunque en muchos centros ya hay sanitarios preparados para atender la diabulimia. Esta debe tratarse mediante grupos disciplinares, formados por endocrinos, dietistas, psiquiatras y psicólogos. Estos últimos pueden ser de mucha ayuda a través de técnicas basadas en la terapia cognitivo conductual. Además, a veces es recomendable que estén especializados en el tratamiento de adolescentes, pues estos y los adultos jóvenes son los que más habitualmente desarrollan diabulimia.
Se calcula que hasta el 40% de las personas clasificadas como mujeres al nacer y el 10% de los registrados como hombres, con edades entre los 15 y los 30 años, pueden desarrollar diabulimia si tienen diabetes tipo 1. Esto indica que es más habitual de lo que parece, por lo que es importante que los sanitarios estén preparados.
¿Por qué adelgazan?
Suele decirse que las personas con diabulimia adelgazan al dejar la insulina porque este fármaco engorda. Pero no es cierto. Muchas veces, cuando empieza a administrarse, los pacientes cogen algunos kilos, pero no es culpa de la insulina. Hasta ese momento, las células de su cuerpo no habían podido obtener la energía de la glucosa obtenida en la dieta, porque se quedaba acumulada en la sangre. Por eso, descomponían los músculos y la grasa en busca de energía. Eso producía una gran pérdida de peso que se recupera de golpe al empezar el tratamiento. Al fin y al cabo, la insulina ayuda por fin a que las células aprovechen esa glucosa de la sangre.
Muchas personas, al experimentar ese aumento de peso, se preocupan y quieren volver a la pérdida anterior, derivada precisamente de su enfermedad. Por eso, dejan la insulina a escondidas.
Las personas que les rodean pueden darse cuenta porque se muestran incómodas al realizarse pruebas de glucosa o cuando les hablan de acordar citas de seguimiento con su médico. También pueden comprobar que no se han sellado suficientes recetas de insulina en la farmacia. Todo eso, junto a las consecuencias psicológicas de cualquier TCA, entre las que se encuentran la depresión, la ansiedad, la irritabilidad o la incomodidad con la autoimagen, son algunos de los síntomas psicológicos más comunes de la diabulimia. En cuanto a los síntomas físicos, son los habituales de una diabetes sin tratar: cansancio, sed, ganas constantes de orinar, náuseas y mareos, entre otros. Si no se trata, esos síntomas van cada vez a peor, hasta dar lugar a las complicaciones mencionadas anteriormente.
Quizás diabulimia no sea el nombre más adecuado
Las personas con diabulimia pueden darse atracones o no. Pueden realizar purgas o no. Por ese motivo, a veces están muy alejadas de poder compararse con la bulimia. No obstante, ese juego de palabras fue el que se utilizó para dar nombre al TCA y se mantiene desde entonces.
De cualquier modo, el nombre es lo de menos. Aunque no se encuentre reconocida como TCA en los libros, clasificarla como el TCA más peligroso del mundo no es tan descabellado. Básicamente porque una diabetes sin tratar puede convertirse en una diabetes mortal. Si tienes diabetes y te has sentido identificado con esta descripción o alguien a tu alrededor podría estar en esta situación, pide ayuda. No estáis solos.
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