Holguín/«Lo que mal empieza mal termina», sentencia un vecino de la agencia Transtur cercana a la Carretera Central en la ciudad de Holguín. La noche del pasado lunes, un estruendo que se escuchó en toda la localidad, provocó la caída del muro perimetral de la empresa estatal. El desplome de la estructura afectó a 19 vehículos que estaban destinados para la venta a particulares y entidades oficiales.
«El muro estaba pegado con saliva, se veía que habían hecho una chapucería», remarca el holguinero, que recuerda haber comentado con otros residentes de la zona, en el reparto Alex Urquiola, los errores cometidos al levantar la tapia. «No tenía cimientos, ni columnas que lo aguantaran, ni tampoco reforzaron la primera línea de bloques, pegada a la tierra», detalla a 14ymedio.
Después de años en una estática milagrosa, el muro se derrumbó este 20 de mayo y cayó sobre parte de los vehículos, ubicados en el parqueo al aire libre. Los daños fueron de todo tipo: pérdida del cristal trasero, abolladura del techo, desprendimiento del guardafangos y colapso de la zona del maletero, según confirmó este diario.
Los autos, la mayoría de la marca surcoreana Hyundai, habían brindado servicio por años como vehículos de renta a turistas. Después de ese tiempo en explotación y, aunque algunos mostraban un marcado desgaste y diversos problemas técnicos, los carros habían sido destinados a la venta.
- CHECALO -
Un Hyundai Accent fabricado en 2008 se vende en el mercado informal de la Isla a un precio que oscila entre los 28.000 y los 32.000 dólares según su estado de conservación y con obligación de pago al contado y en efectivo. A través de las agencias estatales, el precio de un vehículo de este tipo, con años de uso, se mueve entre los 25.000 y los 30.000 dólares.
«Las pérdidas por la caída de ese muro se pueden calcular en cientos de miles de dólares», reconoce un empleado de la agencia Transtur que conversó con este diario bajo la condición de anonimato. «Pero lo peor es la gente que estaba esperando para comprarse un carro así y que ahora sabe que va a tener que esperar o comprarse un modelo de peor calidad», lamenta.
«La mayoría de las veces, cuando ocurre un daño así, los carros terminan echándose a perder bajo el sol y la lluvia, porque la empresa no tiene dinero para repararlos y ponerlos a la venta, pero tampoco existe la autorización para rematarlos a un bajo precio y que el nuevo dueño se ocupe de la chapistería y todo lo demás», explica.
La hilera de vehículos, algunos de color blanco pero la mayoría de un tono gris plateado, ha sido momentáneamente alejada de los restos de la antigua tapia pero «ya el daño está hecho y nadie va a pagar por esto, todo el mundo se lava las manos», advierte el trabajador, en cuya opinión los que levantaron el muro robaron parte de los materiales y nadie supervisó la calidad de la construcción.
«Llegaron la Policía y los peritos. Acordonaron todo esto, pero ¿quién va a saber ahora quiénes fueron los culpables de que ese muro no quedara bien?»
Tras desplomarse la estructura «llegaron la Policía y los peritos. Acordonaron todo esto, pero ¿quién va a saber ahora quiénes fueron los culpables de que ese muro no quedara bien? Tranquilamente, ya ninguno de esos constructores está viviendo en Cuba», presupone.. «Nadie va a pagar por esto, esto va a la cuenta del país, que ya sabemos lo mal que está».
Ahora, ante la vista de todos los transeúntes y los vecinos, han quedado las hileras de carros que hasta hace unos días apenas podían atisbarse a través de algunos huecos o esquinas de la tapia. La visión de los vehículos parqueados por largos meses en el lugar, ha avivado las críticas de quienes contrastan la inmovilidad de tantos autos con las urgencias de transportación de pasajeros y mercancías que experimentan las calles holguineras.
«Aquí los que más pierden son los que estaban en la lista para comprarse uno de estos Hyundai y ya tenían ahorrado su dinerito, porque las ventas de estos carros se hacen con los que van quedando descontinuados de la renta a turistas en cada territorio, no es que vengan de otra provincia, sino que estos eran los que se iban a vender en Holguín», comenta el empleado.
La opción que queda a los potenciales compradores holguineros que quieran un vehículo de la marca surcoreana es traerlo desde el extranjero
La opción que queda a los potenciales compradores holguineros que quieran un vehículo de la marca surcoreana es traerlo desde el extranjero. Importar un Hyundai fabricado en 2020 a través del portal Katapulk asciende a un poco más de 30.000 dólares a los que hay que añadir el pago del arancel aduanero, que puede duplicar la cantidad.
El importe lo determinan las autoridades en dependencia del modelo, año de fabricación y otro tipo de variables. Según datos aportados por directivos de Maravana Cargo, una compañía fundada en Estados Unidos que se dedica a la venta de vehículos a particulares en la Isla, el pago oscila entre los 20.000 y 56.000 dólares.
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