La Habana/Este miércoles entrará en acción, en la terminal de Everton, la central flotante turca Baris Bey, que llegó a Guyana el 1 de mayo procedente del puerto cubano de Mariel. La estatal Guyana Power and Light (GPL) pagó un millón de dólares por su traslado a una empresa intermediaria, la catarí Urbacon Concessions Holding, una cifra a la que tendrá que añadir 0,7 dólares por cada kilovatio por hora (Kwh) que consuma en los próximos dos años.
La Baris Bey, con 36 megavatios (MW) de capacidad, todavía luce en su casco la bandera cubana que, junto con la turca, la decoraba. La tarifa de 0,7 por Kwh dólares cubrirá gastos de mantenimiento que hay que pagar a Karpowership. El total de consumo –y, por consiguiente, el costo total– dependerá de la actividad de la patana estos dos años, y “no está claro”, aseguran los medios locales. “Ellos traen el barco y Guyana paga por la capacidad”, dijo el vicepresidente guyanés, Bharrat Jagdeo, que aseguró que su país también pondría el combustible: fueloil pesado.
La patana abandonó la Isla a punto de comenzar la temporada más calurosa del año, en la que suelen abundar los apagones, y sin que el Gobierno cubano haya despejado numerosas interrogantes. No se sabe cuánto tiempo estuvo la Baris Bay en Mariel, cuánto dinero le costó al régimen alquilarla ni qué otros tratos ha pactado La Habana con Karpowership, la empresa dueña de las cinco patanas que permanecen en la Isla, con intermitencias, desde 2019.
- CHECALO -
La ‘patana’ abandonó la Isla a punto de comenzar la temporada más calurosa del año, en la que suelen abundar los apagones
Este martes, el primer ministro guyanés, Mark Phillips, y varios miembros de su gabinete, realizaron un recorrido por el interior de la embarcación guidados por Kesh Nandlall, el representante de Karpowership en Guyana. La central flotante, anunciaron, está a punto de arrancar.
Los guyaneses, que atraviesan una grave crisis energética, han puesto en Karpowership sus esperanzas de sufrir menos apagones. Sin embargo, a juzgar por la capacidad de generación de la patana y la precariedad de las instalaciones eléctricas, no parece probable que la Baris Bey ofrezca el impulso significativo que espera el sistema eléctrico de Guyana.
En comparación con la flota de patanas turcas en Cuba o con las dos instaladas en República Dominicana –180 MW en total–, la Baris Bey tiene una capacidad modesta. Cuando el Gobierno dominicano anunció que pagaría 40 millones de dólares por alquilar 42 meses las centrales, este diario realizó el mismo cálculo para Cuba y estimó que el régimen pagaba 109 millones para el mismo período, es decir, 31 millones cada año.
Sin embargo, los tratos de Karpowership y su intermediario catarí con La Habana pueden ser distintos de los que sostiene con otros países, por lo que es probable que tampoco paguen la misma cantidad de dinero por cada central.
Cuba instaló en febrero una sexta patana, la Erol Bey, en la ensenada de Guanabacoa, a 450 metros del grupo electrógeno de Regla, en La Habana. La embarcación está, no obstante, inactiva por falta de combustible, según informó este martes la Unión Eléctrica en su parte habitual.
A pesar de las carencias de las que se queja La Habana, el tanquero Syrma, con bandera de Tanzania, zarpó desde Colombia con 110.000 barriles de combustible de Emiratos Árabes para la Isla, según contó a 14ymedio el especialista de la Universidad de Texas Jorge Piñón. Al menos tres altos dirigentes cubanos han viajado a Emiratos Árabes recientemente. Lo hizo el primer ministro, Manuel Marrero, el pasado febrero, para participar en un foro de empresarios. También Ricardo Cabrisas, que renegoció la deuda de la Isla con el Gobierno emiratí. Y por último Miguel Díaz-Canel, que también viajó a otros países árabes aliados del régimen, como Irán.
Cuba mandó también a Guyana a diez ingenieros con “habilidades relevantes” para ayudar a Guyana Power and Light con la crisis energética. En este evento se “comprometió” el embajador de Cuba en Georgetown, que siguió de cerca el proceso de contratación, si bien no se ha implicado directamente –a juzgar por las fotos de la llegada de la Baris Bey– en el recibimiento de la patana.
Según explicó la Administración de Irfaan Alí, el presidente de Guyana, la central turca se instalará en el río Berbice, que desemboca al Atlántico, puesto que Georgetown, la capital, no puede admitir la potencia de la central. Este problema disuadió al Gobierno de contratar una central flotante de 70 MW, como inicialmente habían planificado.
Para 2025, cuando venza el contrato con Karpowership, la estatal GPL tiene planeada la terminación de un proyecto de 2.000 millones de dólares para convertir gas en energía, y que se estima que entregue al país unos 300 MW. Por el momento, la empresa ha puesto todas sus esperanzas en la patana.
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