Es escasa la cultura para prevenir enfermedades entre la población ya que la generalidad acude al médico sólo cuando se siente mal, pero no lo hacen para checar su estado de salud, advierte la doctora María de los Ángeles Hernández Duran, egresada de la Universidad Veracruzana.
Resalta que por esta situación negativa de no prevenir es que se saturan los servicios médicos de especialidad. El tema, señala, es que no se es precavido y se acude a una revisión tras cumplir 40 años o antes cuando se tiene un historial familiar de enfermedades.
La médico pasante que atiende el consultorio de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana opina que hay poca cultura de prevención para evitar enfermedades.
Un ejemplo de ello es que ya muy pocos utilizan cubrebocas en sitios cerrados y con mucha afluencia, “porque hay enfermedades de temporada o como Covid que sigue presente y que parece que todos intentamos creer que ya no existe”.
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En estas semanas, dice que hay mayor presencia de males respiratorios provocadas por las asoleadas, además hay enfermedades virales que son muy comunes y que se presentan de forma cíclica.
Sin embargo, dice que hay enfermedades que se pueden complicar más como influenza y Covid. «Están ahí y comienzan los repuntes porque las personas se fueron de vacaciones y no se cuidan, no previenen con el uso de cubrebocas”.
Expone, que siempre recomienda a los que llegan a consulta que «sigan usando la mascarilla en lugares cerrados y con mucha gente como es el transporte. Es algo que debe quedar entre nosotros para prevenir enfermarse”.
También es temporada de enfermedades gastrointestinales porque por las altas temperaturas los alimentos se descomponen en menor tiempo y entonces vienen diarreas y vómitos, por lo que lo mejor es no comer en lugares en la calle.
Por ello, resalta que hay que mantener hábitos de higiene como uso de cubrebocas, lavado de manos y asegurarse de tomar solo agua potable de garrafones o hervida.
Estudios personales
Indica que ella no recomienda tal o cual estudio como prevención, porque cuando un médico los pide se basa en el historial personal y familiar de cada paciente.
En medicina en general no hay estudios de laboratorio que sean de rutina porque no es generalizada, sino personalizada. Es específica a cada paciente, porque todos son diferentes, tienen factores de riesgo distintos.
Remarca que los antecedentes familiares de cada paciente es el que determina qué estudios requiere cada uno.
La edad para realizarlos, comenta que también varía. Porque en el caso de las mujeres se pide que a partir de los cuarenta deben realizarse mastografías, pero si tienen factores familiares de riesgo debe ser mucho antes. “Es decir que el historial de cada uno es lo que determina el cuidado y prevención que se debe tener”.
Salud bucal
David Acosta Fernández, estudiante de sexto semestre de la Facultad de Odontología de la Universidad Veracruzana, que en el caso de salud bucal como en todo lo que tiene que ver con el cuerpo humano, todo empieza con una dieta adecuada, con una buena alimentación y evitando el exceso de azúcares y almidones para acumular la acumulación de placa.
Remarca que las familias tienen que evitar la ingesta frecuente de productos industrializados y optar por los naturales.
En el caso de la salud bucal, comenta que comer dulces y todo tipo de frituras y caramelos con el paso del tiempo dañan el origen del diente.
Lo recomendable, resalta, es ir al dentista mínimo cada seis meses, como prevención y controlar daños en la boca. “Sale más barato pagar una consulta cada seis meses que atender una urgencia o un tratamiento más avanzado porque son servicios médicos caros”.
Por su parte, Jair Arcos Sánchez, también estudiante de la Facultad de Odontología, opina que es importante para tener una salud bucal adecuada es tener una buena técnica de cepillado.
“Porque si se es constante haciendo un cepillado inadecuado eso te lleva a casi no hacer nada. Por eso es mejor tener una buena técnica que te enseña el dentista”.
Expone que es necesario utilizar enjuague e hilo dental para prevenir enfermedades en las encías y las piezas dentales. Lo mejor es ir al odontólogo cada seis meses, concluyó.
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa
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