Las bibliotecas son instituciones reservadas para la adquisición, conservación, estudio y exposición de libros y documentos. En ellas se multiplican historias de todo tipo, al tiempo que se rinde culto a las ciencias, al arte, a la historia, a la cultura y, en general, al saber.
No obstante, en el imaginario colectivo han sido recreadas como lugares lúgubres, sombríos, silenciosos e incluso terroríficos. En contraposición, el espacio de edificios imponentes ha sido reservado para palacios, parlamentos, iglesias u otro tipo de instituciones. Sin embargo, hay bibliotecas que sí han logrado desvincularse de esta concepción y alzarse como aclamadas construcciones en el mundo arquitectónico. La Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial es una de las más destacadas.
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La Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, también conocida como la Escurialense o la Laurentina, es una biblioteca renacentista española fundada por Felipe II en el siglo XVI. Fue en ese entonces cuando surgió la necesidad de contar con una gran biblioteca pública en España, similar a las ya existentes en Italia en ese entonces.
Así, fue el cronista Juan Páez de Castro el que se encargó de exponer esta idea ante el monarca Felipe II. No obstante, su propuesta señalaba a Valladolid como lugar ideal para construirla. Pero Felipe II decidió cambiar su localización. Esta biblioteca, ubicada en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial, alberga tesoros literarios tanto manuscritos como impresos, que antes estaban dispersos en diversas bibliotecas de monasterios, catedrales y colecciones privadas. Por otra parte, la construcción del Monasterio del Escorial comenzó en 1563 y finalizó 21 años más tarde.
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En su momento, Felipe II no sólo estableció una biblioteca para almacenar libros, sino que también buscó convertirla en un centro de estudio y trabajo científico. Con el asesoramiento de destacados humanistas de la época, se dotó al espacio de elementos como dibujos, grabados, retratos, instrumentos matemáticos y científicos, mapas y astrolabios. Por contra, en 1671 una fuerte tragedia golpeó los cimientos de este espacio. Un fuerte incendió provocó la pérdida de más de 4.000 códices.
En la actualidad, la biblioteca cuenta con más de 40.000 ejemplares, incluyendo más de 600 incunables y alrededor de 1.400 manuscritos de códices latinos, destacando entre ellos el De baptismo parvulorum, que se cree que fue escrito por San Agustín.
Ubicadas en la entrada principal, las pinturas que caracterizan a este espacio, transmiten una sensación de valentía que contrasta con la oscuridad. Sus colores frescos y vivos reflejan la vitalidad de las artes que representan. La luz que las ilumina proviene de cinco ventanas y cinco balcones que ofrecen vistas al Patio de los Reyes y a la imponente sierra de granito de Guadarrama.
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